Los militares disidentes tienen pruebas de que sus generales ordenaron 1.700 desapariciones
Oficiales argelinos promueven una denuncia en Espa?a contra el terrorismo de Estado
Los oficiales argelinos que han optado por la disidencia sue?an con ver a los generales, que ostentan el poder en la sombra en Argelia, sentados en el banquillo y juzgados por genocidio. Su idea puede convertirse en realidad si prospera la iniciativa que los abogados de varias ONG y del clandestino Movimiento Argelino de los Oficiales Libres (MAOL) est¨¢n preparando: denunciar ante la justicia espa?ola y de alg¨²n otro pa¨ªs la desaparici¨®n en los ¨²ltimos a?os de 1.700 ciudadanos argelinos, v¨ªctimas de torturas y dados por desaparecidos, seg¨²n los militares disidentes.
La guerra civil larvada que vive Argelia desde hace ocho a?os se ha cobrado, seg¨²n reconoce el presidente argelino, Abdelaziz Buteflika, unos 100.000 muertos. El portavoz de la disidencia militar argelina, el coronel Baali Al¨ª, que vive clandestinamente en Espa?a, asegura que al menos un 10% de esas v¨ªctimas son desaparecidos a manos de militares o paramilitares. "Para derrotar a la amenaza del Estado isl¨¢mico acabaron implantando el Estado del terror", denuncia.Para Baali Al¨ª y sus hombres del MAOL, este "terrorismo de Estado" no debe quedar impune. "De ah¨ª que, con la ayuda de abogados y de familiares de las v¨ªctimas, hayamos recopilado una documentaci¨®n completa sobre 1.700 casos de civiles secuestrados y torturados y, dados por desaparecidos despu¨¦s", explica.
"En cuesti¨®n de semanas", anuncia el coronel desertor, "vamos a remitir la documentaci¨®n a la justicia, en Espa?a a la Audiencia Nacional, y a instancias similares en otros pa¨ªses. No lo haremos s¨®los, sino que contaremos con el respaldo de ONG de derechos humanos y un bufete de abogados norteamericanos que ha trabajado para la ONU", advierte. "Quedan por perfilar algunos detalles menores de la operaci¨®n y por eso no puedo a¨²n dar los nombres de los abogados", se disculpa.
La intenci¨®n de la disidencia militar es acusar a una decena de generales, los que de verdad controlan los resortes del poder, de "detenci¨®n ilegal, secuestro, torturas y ejecuci¨®n extrajudicial". "A los jueces intructores les corresponder¨¢ calificar si han perpetrado o no un genocicio", aunque el coronel Al¨ª no tiene muchas dudas al respecto.
"Si tuvi¨¦ramos delante un mapa de Argelia les indicar¨ªa d¨®nde est¨¢n las fosas comunes", con cientos de v¨ªctimas civiles, afirma Al¨ª en tono encendido. "Hay una en el bosque de Bainem (cerca de Argel), y otra dentro del cuartel de Benisous, y otra...". Si en Madrid y en otras capitales se adimiten a tr¨¢mite las denuncias de sus abogados, los oficiales del MAOL saldr¨¢n de la clandestinidad para testificar ante los tribunales y "contar las salvajadas" que han presenciado. "Eso s¨ª, nos gustar¨ªa que la justicia garantice nuestra seguridad", a?ade el coronel.
El caso del general Pinochet y el de los militares argentinos procesados por el juez Baltasar Garz¨®n incitan a los desertores argelinos a ser optimistas sobre la suerte de su iniciativa.Hay incluso un ejemplo m¨¢s cercano que refuerza a¨²n m¨¢s su confianza: el del capit¨¢n mauritano Ely Uld Dha, procesado el a?o pasado por un juez de Montpellier (Francia) por torturar a opositores pol¨ªticos en Nuakchott entre 1990 y 19991. Fue detenido en Francia mientras segu¨ªa un cursillo de perfeccionamiento.
Si la justicia francesa sigue la misma pauta con los generales argelinos, ¨¦stos pueden verse obligados a renunciar a pasar sus vacaciones en Francia y a dejar de someterse en la antigua metr¨®poli a revisiones m¨¦dicas.
Las desapariciones no son m¨¢s, seg¨²n Baali, que una de las facetas de la violencia perpetrada por los generales argelinos. "El poder ha instrumentalizado al islamismo para sabotear el proceso democr¨¢tico en Argelia y para atemorizar a los argelinos". "La violencia en Argelia es el hijo bastardo de una pareja ileg¨ªtima formada por un sistema corrupto y autoritario y una ideolog¨ªa enferma", sentencia, refiriendose a la interpretaci¨®n integrista del islam.
Islamismo infiltrado
El MAOL no se cansa de denunciar que el Grupo Isl¨¢mico Armado (GIA), el m¨¢s extremista de todos, est¨¢ parcialmente infiltrado por el servicio de informaci¨®n militar (DRS) al igual que el Grupo Salafista para la Predicaci¨®n y el Combate, una escisi¨®n del anterior. El coronel Al¨ª asegura que estos grupos han llegado a recibir instrucciones de la DRS para desencadenar ataques durante el ¨²ltimo Ramad¨¢n (mes de ayuno isl¨¢mico) en la zona centro del pa¨ªs.
"Los islamistas profesan una ideolog¨ªa que puede empujarles a perpetrar cr¨ªmenes, pero el que los planifica ha sido frecuentemente la DRS", asegura Al¨ª. "Las matanzas de 1997 fueron, por ejemplo, una maniobra del Estado Mayor para sabotear el di¨¢logo entre el Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n (el gran partido islamista ilegalizado en 1992), y el presidente de la Rep¨²blica, Liam¨ªn Zerual, e incitar al brazo armado de los integristas, el EIS, a decretar una tregua".
Para que nada frenase las matanzas, el Ej¨¦rcito deb¨ªa de permanecer de brazos cruzados. "He visto t¨¦lex dando la orden de dejar sin cobertura de seguridad a zonas que luego fueron arrasadas por los integristas", recuerda indignado. "He sido testigo de manipulaciones y cr¨ªmenes y no hice nada. Est¨¢bamos cegados". "Un d¨ªa, sin embargo, salimos del coma y nuestra conciencia se rebel¨®", concluye Al¨ª.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.