Abordar el debate social
Recientemente, la ONU ha alertado sobre el envejecimiento demogr¨¢fico, planteando la inmigraci¨®n como una posible soluci¨®n al descenso de la fuerza de trabajo y al problema de financiaci¨®n de las pensiones que afrontan a medio plazo los pa¨ªses desarrollados. Este enfoque parte de las proyecciones de la Organizaci¨®n, seg¨²n las cuales, en un escenario de recuperaci¨®n media de la fecundidad y entradas de emigrantes reducidas, la poblaci¨®n europea retroceder¨ªa en el pr¨®ximo medio siglo en 100 millones, correspondiendo a Espa?a una ca¨ªda superior a nueve millones. Por otra parte, la relaci¨®n de dependencia entre personas en edad pasiva y activa alcanzar¨ªa en el 2050 el 72% en Europa y el 95% en Espa?a, siendo esta cifra la m¨¢s elevada del mundo.La propuesta de las migraciones de sustituci¨®n se viene defendiendo desde diversos ¨¢ngulos, aunque tambi¨¦n provoca reacciones contrarias basadas en los problemas sociales que conllevar¨ªan. Los argumentos a favor son numerosos, tanto por la necesidad de la inmigraci¨®n como por su inevitabilidad, dejando aparte las razones de solidaridad, eliminaci¨®n de barreras y nivelaci¨®n progresiva de las abismales diferencias de renta entre los pa¨ªses pobres, que concentran la mayor¨ªa de la poblaci¨®n, y los ricos, cuyo peso demogr¨¢fico es cada vez m¨¢s reducido.
La inmigraci¨®n es necesaria porque las medidas incentivadoras de la natalidad, al margen de su dudosa eficacia, no pueden evitar un envejecimiento que viene determinado por la estructura actual de la pir¨¢mide. Esta inexorable inercia la evidencian los escenarios elaborados bajo las hip¨®tesis m¨¢s optimistas de recuperaci¨®n de la fecundidad, que tambi¨¦n reflejan hasta el a?o 2050 una ca¨ªda acelerada de la poblaci¨®n en edad laboral y un aumento del peso de los ancianos. Otras medidas para paliar la incidencia del envejecimiento sobre las pensiones son el recorte de las prestaciones y el retraso de la edad efectiva de jubilaci¨®n. Un reciente estudio de la Comisi¨®n Europea opta, entre otras, por este tipo de reformas, y considera "pol¨ªticamente impensables" los escenarios de intensa inmigraci¨®n. Aunque hay argumentos para el retraso de la jubilaci¨®n, fundamentalmente el aumento de la esperanza de vida, no se puede ignorar el rechazo social de medidas de esta naturaleza, que, en todo caso, no son incompatibles con pol¨ªticas migratorias m¨¢s expansivas.
Y ello porque, incluso con pol¨ªticas restrictivas, la inmigraci¨®n se impondr¨ªa como consecuencia del avance de nuestra renta y la decreciente presi¨®n demogr¨¢fica sobre el mercado de trabajo. Aunque el aumento de la participaci¨®n laboral femenina est¨¢ sosteniendo el crecimiento de la poblaci¨®n activa, ¨¦ste se ralentiza progresivamente, lo que, junto con el dinamismo del empleo, explica la r¨¢pida reducci¨®n de la tasa de paro. Dicha tasa todav¨ªa es muy elevada (15,4%), si bien se distribuye desigualmente, lo que, unido a la insuficiente movilidad, se traduce ya en una escasez de mano de obra en determinados mercados que se suple con inmigrantes, muchos en situaci¨®n irregular, hecho que est¨¢ contribuyendo a la contenci¨®n salarial. Aunque las estad¨ªsticas no cuantifican la inmigraci¨®n en toda su extensi¨®n, apuntan a entradas muy superiores a las supuestas en los escenarios demogr¨¢ficos. As¨ª, la cifra de extranjeros residentes aument¨® de 610.000 a 720.000 entre 1997 y 1998, lo que implica un incremento anual de 110.000 sin contar las entradas irregulares. Este flujo, en continuo ascenso, contrasta con las proyecciones de la ONU, que suponen un saldo inicial de 20.000 inmigrantes, que se reduce hasta anularse, y con las del INE, que incorporan una entrada constante de 35.000.
Espa?a presenta todav¨ªa una proporci¨®n escasa de poblaci¨®n extranjera, inferior al 2%, frente al 6% en Francia y el 9% en Alemania. Sin embargo, la situaci¨®n est¨¢ cambiando r¨¢pidamente y nuestro pa¨ªs se est¨¢ convirtiendo en uno de los principales destinos de los movimientos migratorios, ya que, a las razones econ¨®micas y demogr¨¢ficas, se une la atracci¨®n cultural para Latinoam¨¦rica y la vecindad con ?frica, el continente con crecimiento poblacional m¨¢s intenso. Es urgente enfrentar este fen¨®meno en todas sus vertientes, abordar un debate social que no ha tenido lugar previamente a la aprobaci¨®n de la Ley de Extranjer¨ªa y dise?ar con base en esta norma una pol¨ªtica integral en el marco de la Uni¨®n Europea. Se trata de evitar la peor de las situaciones, que ya se est¨¢ produciendo, de una inmigraci¨®n irregular, marginada y que no contribuya con impuestos y cotizaciones. Para impulsar la integraci¨®n de los emigrantes, objetivo imprescindible para el avance de la riqueza y la renta, es fundamental la concienciaci¨®n de la sociedad respecto a la necesidad de la inmigraci¨®n, frente a la actitud de rechazo detectada en encuestas recientes.
Carmen de Miguel Casta?o es economista y estad¨ªstica.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.