La ausencia de figuras blancas desvirtua el cross de Elgoibar
No hay carrera interesante de cross sin atletas africanos. Y no hay emoci¨®n sin el concurso de alguna excepci¨®n blanca, por norma general una figura aislada entre la marea africana, a caballo entre la heroicidad y la conmiseraci¨®n. Falt¨® este ¨²ltimo ingrediente en el Memorial Muguerza de Elgoibar (Guip¨²zcoa). Estuvo Mart¨ªn Fiz, ahora mucho m¨¢s maratoniano que fondista de praderas, pero tan valiente como acostumbra. Demasiado poco para una carrera de prestigio que reclamaba apellidos como el de Brown o como el Lebed, sorpresa inmensa en Amorebieta. Estaba Abel Ant¨®n, pero nunca en disposici¨®n de incidir en una prueba que se le queda peque?a en todos los sentidos. As¨ª que la cita de Elgoibar no tuvo otro misterio que descubrir cu¨¢l de los participantes kenianos se colocar¨ªa la txapela una vez en el podio. Fiz form¨® parte de la cabeza del grupo, ¨²nicamente hasta que los africanos calentaron sus m¨²sculos. Una presencia, la del alav¨¦s, testimonial pero indicativa de su esp¨ªritu. Despu¨¦s, a partir del kil¨®metro dos, la realidad acab¨® pes¨¢ndole demasiado. As¨ª, Fiz logr¨® incrustrarse por los pelos en una grupo de 13 africanos. Puro contraste. Al final, pudo superar a tres de ellos para acabar en una meritoria d¨¦cima plaza. M¨¢s hubiera sido demasiado. Dos kil¨®metros m¨¢s lejos, Kipketer y Ruto, incapaces de controlar su ritmo y su zancada, lograron definir y enterrar la carrera. Kipsang enganch¨® tambi¨¦n el vag¨®n adecuado. Fue el ¨²nico. Relev¨¢ndose ordenadamente, el tr¨ªo de cabeza abri¨® un foso irrellenable: avanzaban en fila hacia meta, cumpliendo un tr¨¢mite, sin otra emoci¨®n que la de repartirse al final los cajones del podio.
Festival de Etiopia
Su situaci¨®n tuvo un calco media hora antes: cuatro africanas, de Etiopia en este caso, se unieron en primera fila para decidir en privado la victoria. Prueba de la salud de las fondistas etiopes, de su progresi¨®n y adecuado seguimiento, se impuso la campeona del mundo de cross junior de 1998, seguida de su sucesora. Etiopia respeta mucho y defiende el buen orden de las jerarqu¨ªas.
El circuito dise?ado en Elgoibar, sus subidas y bajadas, sus saltos y obst¨¢culos naturales acab¨® desanimando a Kipsang. Su dimisi¨®n coloc¨® a Ruto y Kipketer ante la disyuntiva de atacarse o la de jugarselo todo a la carta de la velocidad terminal. El ritmo de la prueba, con ritmos por debajo de los tres minutos en cada uno de los 10 kil¨®metros programados, exprimi¨® a la pareja de cabeza y zanj¨® su hostilidad. Acabaron en un precioso mano a mano postergado hasta los ¨²ltimos metros. Kipketer fue un poco m¨¢s r¨¢pido. Su llegada constituy¨® el ¨²nico misterio de una carrera monocolor.
Clasificaciones:
Hombres: 1? Kipketer (Kenia); 2? Ruto (Kenia); 3? Kipsang (Kenia); 4? Kirui (Kenia).
Mujeres: 1? Taye (Etiopia); 2? Kidane (Etiopia).
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