La princesa Carolina y el tribunal de La Rota
Procesos largos y costosos al alcance ¨²nicamente de los ricos y famosos. Juan Pablo II ha ordenado endurecer las causas de nulidad de los matrimonios entre cat¨®licos, pero no consigue romper con la imagen de simon¨ªa a la que, en 1972, se enfrent¨® su predecesor, Pablo VI. Aquel papa dict¨® duras normas para la reforma de los tribunales de la Sacra Rota y, a instancias suyas, el Tribunal Supremo de la Signatura Apost¨®lica persigui¨® lo que sus jueces denominaron "los abusos supuestos en este campo, o los que han llegado a verificarse realmente, que han hecho circular comentarios que ofenden verdaderamente a la Iglesia".Ahora, Juan Pablo II vuelve a "amonestar a la Sacra Rota por conceder demasiadas anulaciones", seg¨²n la interpretaci¨®n del peri¨®dico italiano Corriere della Sera, del pasado s¨¢bado. Pero, de inmediato, este y otros muchos medios de comunicaci¨®n pon¨ªan el dedo en la llaga que m¨¢s le duele al Vaticano: el reguero de famosos y famosas que exhiben, de vez en cuando, sus habilidades para ver anulados por Roma, casi siempre con gran celeridad, matrimonios que se hab¨ªan presentado antes como mod¨¦licos desde el punto de vista cat¨®lico.
Las revistas del coraz¨®n
Juan Pablo II ha pedido a los funcionarios y abogados del Tribunal de la Rota que se mantengan fieles "a las exigencias de seriedad y profundidad" jur¨ªdica que requiere cada caso. Pero rara es la semana en la que algunos medios de comunicaci¨®n maltratan ese empe?o. Unas veces son las separaciones de famosos, cuya relaci¨®n en Espa?a resulta agotadora y, en otras, los afectados son poderosos personajes de la pol¨ªtica, como el presidente de Argentina, Carlos Menem, o el de Per¨², Alberto Fujimori. Este ¨²ltimo reclam¨® del Papa, con gran urgencia, la separaci¨®n de su esposa, Susana Higushi.
Pero es la princesa Carolina de M¨®naco, centro de la mirada de las revistas del coraz¨®n en todo el mundo, el principal dolor de cabeza de los que, desde el Vaticano, se esfuerzan por reducir el debate de las anulaciones a una dimensi¨®n can¨®nica. La curia romana no niega los datos y las estad¨ªsticas del Tribunal de La Rota (por ejemplo, el que las perversiones sexuales figuran entre los principales motivos de demanda, por una u otra pareja), pero pierde la paciencia cuando se le recuerda que la uni¨®n can¨®nica de esa princesa monegasca, en 1973, con el franc¨¦s Philippe Junot fue anulada al considerar el tribunal eclesi¨¢stico que la joven era una "inmadura" en el momento de la boda.
Esa anulaci¨®n lleg¨® cuando Carolina de M¨®naco ya ten¨ªa varios hijos de su segundo marido, Stefano Casiraghi, a los que, en otro r¨¢pido proceso, el Papa declar¨® como leg¨ªtimos del tard¨ªo matrimonio can¨®nico.
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