Un segundo testigo se retracta y niega ahora todas sus acusaciones
El juicio por el caso Lasa-Zabala se est¨¢ convirtiendo en un esperpento. Ayer, un segundo testigo, Julio V¨¢zquez Aira, guardia civil seis a?os y polic¨ªa 22, se retract¨® de sus declaraciones anteriores y dijo no recordar si en la noche del 15 al 16 de octubre de 1983, la del secuestro de los etarras, acompa?¨® al agente ?ngel L¨®pez Carrillo a O?ate (Guip¨²zcoa), donde se hab¨ªa producido un atentado de ETA, y si ¨¦ste hab¨ªa regresado a San Sebasti¨¢n en el coche del entonces gobernador, Julen Elgorriaga, y con el que era jefe del cuartel de Intxaurrondo, Enrique Rodr¨ªguez Galindo.
El polic¨ªa Julio V¨¢zquez Aira es el segundo testigo que se retracta de sus declaraciones previas, ya que esta semana tambi¨¦n lo hizo el tambi¨¦n ex guardia civil Jos¨¦ Mar¨ªa Vel¨¢zquez Soriano, Txema. Anteriormente, lo hizo uno de los procesados, Felipe Bayo.V¨¢zquez hab¨ªa declarado durante la instrucci¨®n del sumario, en 1995, que acompa?¨® a L¨®pez Carrillo hasta Aretxabaleta y Mondrag¨®n (Guip¨²zcoa) y que, al regresar a San Sebasti¨¢n, Carrillo volvi¨® con Julen Elgorriaga y Enrique Rodr¨ªguez Galindo en el coche del primero. Agreg¨® que pararon en Placencia de las Armas despu¨¦s de que el conductor del entonces comandante hiciera se?as porque hab¨ªa recibido una llamada por la emisora para que se pusiera urgentemente en contacto con Intxaurrondo. Dijo que hab¨ªa visto a Galindo entrar en el ayuntamiento de esa localidad guipuzcoana y que despu¨¦s regresaron al Gobierno Civil.
Ayer, sin embargo, V¨¢zquez manifest¨®: "No tengo en estos momentos conciencia de haber vivido esa situaci¨®n". Y se?al¨® que, en principio, crey¨® que s¨®lo ten¨ªa que corroborar una informaci¨®n period¨ªstica para hacer un favor a un amigo, L¨®pez Carrillo. ?ste y un periodista de El Mundo hab¨ªan comentado los hechos con ¨¦l y, seg¨²n dijo ayer, ya no sab¨ªa qu¨¦ hab¨ªa vivido y qu¨¦ le hab¨ªan comentado.
Luego, asegur¨® que le desbordaron los hechos porque se sinti¨® impresionado por la secretaria de Estado, Margarita Robles, que era la m¨¢xima responsable de la polic¨ªa. Agreg¨® que se asust¨® porque pens¨® que pod¨ªa salir como imputado si no declaraba como lo hizo.
Sin embargo, las nuevas manifestaciones no encajan porque fue V¨¢zquez quien precis¨® ante el juez que hab¨ªan ido al lugar del atentado en un coche Talbot Horizon y no en un Citro?n como hab¨ªa dicho inicialmente L¨®pez Carrillo. Adem¨¢s, ¨¦ste s¨®lo hab¨ªa hablado de Mondrag¨®n y fue V¨¢zquez quien declar¨® que hab¨ªan ido a Aretxabaleta. Ayer, en cambio, neg¨® haber estado en estas localidades, y eso que ante el juez hab¨ªa descrito la puerta del cuartel de esta ¨²ltima como "muy estrecha".
Contradicciones
V¨¢zquez no lleg¨® a decir que no estuvo en el lugar del atentado, sino que no lo recordaba. No obstante, asegur¨® que nunca iba a ninguno porque no era su misi¨®n y que s¨®lo acudi¨® a uno, en Usurbil, donde a un etarra le explot¨® la bomba que manipulaba. "No era mi misi¨®n ir a los atentados y no iba", explic¨® lac¨®nicamente. A continuaci¨®n, a?adi¨® que tampoco era la misi¨®n de L¨®pez Carrillo, en contra de lo que ¨¦ste ha manifestado en el juicio.
El fiscal pidi¨® que le leyeran una declaraci¨®n anterior donde afirmaba: "Le he acompa?ado muchas veces al lugar de los atentados". En ese momento V¨¢zquez reconoci¨®: "Carrillo me cont¨® que su misi¨®n era acercarse al lugar del atentado" y casi inmediatamente apostill¨®. "Pero, curiosamente, nunca le vi llamar al gobernador desde el lugar de los atentados".
De inmediato, el fiscal concluy¨®: "O sea, que s¨ª ha asistido". Pillado en falta, V¨¢zquez apenas admiti¨®: "A algunos".
El testigo declar¨® que no ha sido amenazado para que cambie su declaraci¨®n y que L¨®pez Carrillo era "el hermano" que no ten¨ªa para justificar el supuesto favor de ratificar en un primer momento la declaraci¨®n del primero.
Sin embargo, ayer manifest¨® que L¨®pez Carrillo era un polic¨ªa m¨¢s y que no era el responsable del grupo de contrapropaganda del que ambos formaban parte. Esa afirmaci¨®n contradec¨ªa frontalmente las manifestaciones del propio Carrillo y las del asesor ejecutivo del gabinete del ministro del Interior, Rafael de Francisco, quien el pasado martes afirm¨® que Carrillo era el jefe del grupo porque ten¨ªa imaginaci¨®n, ingenio y capacidad de trabajo.
El abogado ??igo Iruin le hizo ver que con varios meses de diferencia, en 1995, hab¨ªa realizado varias declaraciones y un careo con el comandante C¨¢ndido Acedo y que siempre hab¨ªa sostenido lo mismo.
Iruin: ?Por qu¨¦ no dijo entonces lo que dice hoy?
V¨¢zquez: No lo s¨¦. No tengo explicaci¨®n para eso.
A continuaci¨®n, V¨¢zquez explic¨® que nunca hasta ahora hab¨ªa pensado en la transcendencia de sus manifestaciones, ni aun cuando Galindo, Elgorriaga, Dorado y Bayo estaban en la c¨¢rcel.
El abogado y procesado Jorge Argote le pregunt¨®: ?No sabe c¨®mo salir de este enredo? A ello respondi¨®: "Estoy viendo la salida a lo m¨ªo, hoy aqu¨ª".
Tras estas manifestaciones, el fiscal pidi¨® que se cite como testigo al periodista Jos¨¦ Luis Lobo, de El Mundo, para carearse con V¨¢zquez.
El general Galindo tuvo que abandonar moment¨¢neamente ayer la sala por sufrir una leve arritmia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.