Valer¨®n se reivindica en Vigo
El Atl¨¦tico de Madrid desesper¨® al Celta, que se qued¨® at¨®nito ante el f¨²tbol reposado e in¨¦dito del grupo de Claudio Ranieri. Se esperaba en Vigo al cl¨¢sico Atl¨¦tico de Madrid que concede el bal¨®n y lo administra en pocos segundos, y ¨¦se no fue el equipo que ayer pas¨® por Bala¨ªdos. Nadie discutir¨¢ la contribuci¨®n de Hasselbaink, pero la primera ausencia del goleador holand¨¦s oblig¨® a cambiar, y en estos tiempos cualquier cambio en el Atl¨¦tico es para mejor. Despu¨¦s regresar¨ªa a su habitual trinchera y aguantar¨ªa al descontrolado Celta, pero la capacidad de reacci¨®n y la estabilidad del equipo de Bala¨ªdos son ahora las cuestiones por resolver.Las ausencias transformaron al Atl¨¦tico de Madrid, hasta el punto de convertirse en un equipo mucho m¨¢s amable con el bal¨®n de lo que le es habitual; menos apresurado por desprenderse de ¨¦l y con mayor presencia en el campo contrario. Result¨® fundamental para el equipo la participaci¨®n de Valer¨®n, un jugador que no encaja en el Atl¨¦tico cotidiano, el de la pelota larga y el rechace. El canario se incrust¨® entre l¨ªneas y sembr¨® un problema enorme en los centrocampistas defensivos del Celta, que le siguieron la pista desconcertados.
CELTA O ATL?TICO 1
Celta: Pinto; Vivas, C¨¢ceres, Sergio, Tom¨¢s (Hoogendorp, m. 67); Giovanella, Makelele; Karpin, Mostovoi, L¨®pez; y McCarthy.Atl¨¦tico de Madrid: Molina; Gaspar, Santi, Gamarra, Capdevilla; Roberto (Njegus, m. 75), Bejbl, Hugo Leal, Solari (Correa, m. 89); Valer¨®n (L¨®pez, m. 78); y Kiko. Goles: 0-1. M. 29. Valer¨®n entra solo al segundo palo y empuja un centro de Solari, que hab¨ªa cortado el bal¨®n en el medio campo quit¨¢ndoselo al argentino Vivas y corri¨® casi 40 metros. ?rbitro: P¨¦rez Burrull. Sancion¨® con tarjeta amarilla a C¨¢ceres, Mostovoi, Valer¨®n, Makelele, Hugo Leal, Solari, L¨®pez, Karpin. Magn¨ªfica entrada en Bala¨ªdos, unos 20.000 espectadores, pese a que el partido fue televisado por las cadenas auton¨®micas y La 2 en aquellas zonas que no hay cobertura. Noche fresca, pero no demasiado fr¨ªa, y sin lluvia.
La noticia consisti¨® en que el Atl¨¦tico jug¨® en corto y el Celta apel¨® al desplazamiento despiadados para McCarthy. No est¨¢ acostumbrado el equipo de V¨ªctor Fern¨¢ndez a que se apropien de su fisonom¨ªa, y hasta tal punto se pareci¨® el equipo de Ranieri al Celta de los buenos tiempos que incluso se extendi¨® por el campo como lo suelen hacer los de Vigo: con cuatro defensas y dos pivotes por detr¨¢s del bal¨®n y cuatro por delante. Y el m¨¢s adelantado de todos, Kiko. Kiko, con Valer¨®n, por primera vez titulares juntos. El gaditano se perdi¨® entre los centrales sin posibilidad de ofrecer servicios, pero abri¨® los huecos que precisaban Roberto o Valer¨®n.
Si V¨ªctor Fern¨¢ndez confiaba en parar a Solari con el marcaje de Vivas como la mejor herramienta defensiva, su apuesta estall¨® en pedazos a los veinticinco minutos, cuando el lateral argentino se dej¨® arrebatar la pelota precisamente por Solari y Valer¨®n puso por delante al Atl¨¦tico. Una de las caracter¨ªsticas del Celta en la etapa posterior a Mazinho consiste en su capacidad para desmoronarse al primer golpe. Gente como Mostovoi o Karpin necesitan del aplomo del brasile?o para no perder la cabeza.
As¨ª emprendi¨® el Celta la operaci¨®n remontada: con la angustia de una final y sinti¨¦ndose maltratado por la suerte. Mostovoi desapareci¨® dentro de la camiseta de Bejbl, que le persigui¨® hasta en las bandas, y qued¨® el equipo sujeto a alg¨²n golpe de ingenio que no permiti¨® el Atl¨¦tico. Los errores en la defensa, que resultan demasiado abundantes, contribuyeron a experimentar esa sensaci¨®n de desamparo: si Vivas vivi¨® una noche tortuosa ante Solari, el papel que le correspondi¨® a Tom¨¢s en el lateral izquierdo no result¨® m¨¢s c¨®modo.
La transformaci¨®n del Atl¨¦tico amortiz¨® en el descanso. Para Ranieri fue suficiente con cuarenta y cinco minutos de juego reposado y emple¨® la segunda mitad en una tarea en la que se siente m¨¢s c¨®modo el italiano, que repleg¨® a sus jugadores y deshizo el juego del Celta en su propio campo. Por ah¨ª contribuy¨® lo suyo el equipo vigu¨¦s. No se tranquilliz¨® con el descanso; m¨¢s bien al contrario. Con los cambios del tiempo de descanso gan¨® cierta profundidad por la izquierda, por donde entr¨® Revivo, pero sin Gionvanella y con Celades el centro del campo se desesper¨®.
Si Karpin hubiese acertado en la primera ocasi¨®n que tuvo el Celta en la segunda parte sin duda el partido habr¨ªa sido otro y el Atl¨¦tico no se hubiera visto forzado a cambiar su discurso, pero el ruso estrell¨® el bal¨®n en el palo y siguieron los de Ranieri a lo suyo. Indisimuladamente, adem¨¢s.
El cambio de L¨®pez por Roberto demuestra hasta qu¨¦ punto su entrenador dio por zanjada la transformaci¨®n que hab¨ªa experimentado el Atl¨¦tico hasta entonces. Volvi¨® a ser el equipo angustiado por la clasificaci¨®n que premia los puntos por encima de la est¨¦tica. V¨ªctor Fern¨¢ndez realiz¨® algo que no ha sido muy habitual en los ¨²ltimos tiempos: jugar con dos puntas. Insiste en su esquema el Celta hasta en los peores momentos, pero ayer el delantero holand¨¦s Hoogendorp debut¨® en Bala¨ªdos y mand¨® al vestuario al ayer lateral Tom¨¢s. Qued¨® la defensa expuesta a cualquier llegada del Atl¨¦tico, pero el cambio anim¨® al Celta.
Fueron unos pocos minutos, porque al cabo del tiempo volvi¨® a ser el equipo apresurado y nervioso del primer tiempo. Como la temporada pasada, cuando el Atl¨¦tico alej¨® al Celta de la Liga de Campeones, la visita del Atl¨¦tico a Bala¨ªdos result¨® demoledora.
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