Pek¨ªn afronta el mayor caso de corrupci¨®n en China
Descubierta una red de contrabando que involucra a la c¨²pula del partido en Xiamen
El Gobierno chino ha enviado a la ciudad de Xiamen a m¨¢s de 1.000 inspectores, al mando de Lio Liying, la mujer que encerr¨® por corrupci¨®n hace cinco a?os al secretario del Partido Comunista de Pek¨ªn, para investigar la mayor red de contrabando descubierta hasta ahora en el pa¨ªs. Lai Changxing, un hombre de negocios ligado a las autoridades, es acusado de estafar m¨¢s de 3,3 billones de pesetas y ha huido al extranjero, pero al menos 200 dirigentes pol¨ªticos de Xiamen han sido detenidos para ser interrogados.
Desde hace varios meses, las calles de Xiamen, vibrante ciudad portuaria de Fujian, en el sur de China -justo enfrente de la isla de Taiwan-, son escenario de lo que est¨¢ en trance de convertirse en el mayor caso de corrupci¨®n de la China moderna. Al menos 1.000 inspectores, bajo las ¨®rdenes del m¨¢s fino sabueso de la jerarqu¨ªa comunista, Lio Liying -una mujer famosa desde que hizo caer por corrupci¨®n, hace cinco a?os, al secretario del Partido en Pek¨ªn, Chen Xitong-, recorren la ciudad y someten a todos los cargos importantes de la jerarqu¨ªa del partido y el Gobierno provincial a un estricto interrogatorio.Hace unos d¨ªas, los habitantes de la ciudad descubrieron, mitad sorprendidos, mitad inquietos, la voluntad del r¨¦gimen de eliminar el "c¨¢ncer" de la corrupci¨®n, en palabras del presidente chino, Jiang Zemin. Algo nunca visto en un r¨¦gimen en el que las investigaciones de la CCDI, la c¨¦lula anticorrupci¨®n del Partido, dotada de amplios poderes policiales y judiciales, quedan sistem¨¢ticamente arrinconadas cuando se trata de sujetos cercanos al poder central.
En un primer momento, sin embargo, el caso era de lo m¨¢s vulgar en un pa¨ªs que conjuga, al mismo tiempo, unos aranceles de importaci¨®n muy elevados y el poder exorbitante de una Administraci¨®n que controla la econom¨ªa y distribuye de forma discriminatoria licencias y otros derechos. Un hombre de negocios chino, originario de Fujian pero residente en Hong Kong, Lai Changxing, monta a principios de los a?os noventa una red de importaciones de contrabando que, al principio, se dedica a la gasolina, despu¨¦s a los autom¨®viles, ordenadores y tel¨¦fonos port¨¢tiles, semiconductores y cigarrillos. Para ello se asegura el apoyo del Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n -cuyos buques escoltan a los cargueros que transportan las mercanc¨ªas-, la polic¨ªa y las aduanas de la Administraci¨®n provincial -que dejan entrar bajo cuerda los valiosos cargamentos-, la administraci¨®n de telecomunicaciones, que le compra los tel¨¦fonos Nokia o los grandes bancos estatales que financian sus reservas.
Lai Changxing, que r¨¢pidamente se convierte en uno de los pilares de la econom¨ªa de Xiamen, tiene comprado a todo el mundo y no omite ning¨²n detalle: posee un club privado, The Red Mansion, en el barrio de Huli, donde acuden a distraerse los miembros del Ej¨¦rcito y el partido; adquiere el club de f¨²tbol de la ciudad, con intenci¨®n de que ascienda a Primera Divisi¨®n, y fleta vuelos enteros de seguidores para apoyarlo cuando juega en otras ciudades; ordena construir una Ciudad Prohibida en miniatura para atraer a los turistas a Xiamen; emprende la construcci¨®n de un hotel de lujo y proyecta erigir una torre de 88 pisos que ser¨ªa la m¨¢s alta de China.
Cuando el primer ministro, Zhu Rongji, acude en persona el pasado mes de octubre a informarse sobre ¨¦l, el secretario del partido en la ciudad, Shi Zhaobin, le dice: "Lai ha contribuido enormemente a la prosperidad de nuestra ciudad". Lai Changxing est¨¢ tan acostumbrado a que todo el mundo se deje comprar que, en octubre, cuando ve a Zhu Rongji, se atreve a aproximarse y preguntarle su precio a cambio de una amnist¨ªa fiscal: "?Mil millones de yuans?", aventura. Ante la mueca indignada del primer ministro, no duda en subir la puja: "?Dos mil millones?".
A su vuelta a Pek¨ªn, Zhu Rongji exige su detenci¨®n y da la orden de cerrar todas sus empresas. Informado de lo que se le viene encima por la polic¨ªa local, Lai consigue hacerse con nuevos pasaportes para ¨¦l y su familia y huye hacia Shangai. Liu Liying, encargada de la investigaci¨®n, solicita ayuda a Interpol. Hay rumores sobre su presencia en Filipinas, pero nadie sabe d¨®nde se encuentra. Tambi¨¦n huyen otras personalidades: el vicealcalde de Xiamen, Lan Pu, y su mujer, que escapan a Australia, y el hijo de un miembro de la Comisi¨®n Militar Central.
Hay tantas personalidades implicadas que los rumores se suceden. Se habla de Lin Youfang, que encabezaba la sociedad de importaci¨®n y exportaci¨®n de Fujian y que es la mujer de Jia Qingling, amigo del presidente Jiang Zemin desde hace 30 a?os -fue testigo de su boda-, miembro del bur¨® pol¨ªtico y secretario del partido en Pek¨ªn tras suceder a Chen Xitong, detenido en octubre de 1995 por corrupci¨®n. Aunque, por ahora, no parece haber ninguna prueba contra ¨¦l y las autoridades han desmentido el rumor, el caso es que Jia Qingling fue de 1985 a 1996 uno de los principales personajes del Partido Comunista en Fujian, y luego su principal dirigente.
Decidido a mostrar su empe?o en luchar contra una plaga que debilita al poder central, Jiang Zemin ha hecho saber que nadie, sean cuales sean su rango y su fama, va a escapar a las investigaciones y los castigos que se anuncien. Queda por saber hasta d¨®nde est¨¢ dispuesto a llegar en una b¨²squeda que se aproxima peligrosamente a su entorno. El presidente chino ya ha anunciado que respalda a su amigo Jia Qingling, contra el que no ha cristalizado ninguna acusaci¨®n.
Un tr¨¢fico ilegal billonario
No es la primera vez que el Gobierno chino se ocupa de las redes de contrabando. El a?o pasado fueron detenidos numerosos altos cargos de la administraci¨®n de aduanas en Zhuhai, frente a Macao. Lo que distingue la ¨²ltima operaci¨®n es su amplitud: la prensa de Hong Kong, que dispone de fuentes en la polic¨ªa china, informa de que el valor del tr¨¢fico interceptado asciende a 150.000 millones de yuans, es decir, 3,3 billones de pesetas. Parece que ya se ha arrestado a una treintena de responsables, sobre todo de la polic¨ªa y las aduanas. Y hay casi 200 miembros del Gobierno detenidos para ser interrogados.Aunque este caso es espectacular por su amplitud y la categor¨ªa de los c¨®mplices involucrados, el contrabando en general est¨¢ muy extendido en las ciudades de la costa, que, en muchas ocasiones, se han desarrollado gracias a las relaciones comerciales, tanto legales como fraudulentas, entre China y el resto del mundo, sobre todo con la pol¨ªtica de reforma y apertura de China que emprendi¨® hace 20 a?os Deng Xiaoping. El contrabando est¨¢ tan extendido que cuando el poder quiso acabar el a?o pasado con el comercio clandestino, el volumen de los art¨ªculos importados legalmente aument¨® en un 20%, s¨®lo con las mercanc¨ªas que antes entraban a escondidas y que ahora est¨¢n oficialmente registradas.
Sin embargo, el caso ha tenido todav¨ªa m¨¢s resonancia porque, en esos mismos d¨ªas, la oficina auditora nacional publicaba un informe que revelaba que se hab¨ªan desviado, por lo menos, 125.000 millones de yuans (2,5 billones de pesetas) destinados a tareas de asistencia social. En concreto, hab¨ªan desaparecido 5.000 millones de yuans (99.000 millones de pesetas) de las indemnizaciones previstas para los habitantes del valle de las Tres Gargantas (donde fue preciso desplazar a 1,1 mill¨®n de personas para permitir la construcci¨®n de una presa), con lo que no hacen m¨¢s que confirmarse los siniestros rumores de corrupci¨®n que rodean a este gran proyecto desde su inicio.
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