Fern¨¢n-G¨®mez defiende la libertad a trav¨¦s de la palabra en su ingreso en la Academia
El actor y escritor entusiasma con su discurso, que ley¨® ante m¨¢s de 800 personas
"Y habr¨¦is advertido que, c¨®mico de oficio,me he esforzado en que se advierta la may¨²scula fon¨¦tica, ya que no ortogr¨¢fica, en esa palabra: agradecimiento". Fernando Fern¨¢n-G¨®mez, nacido en Lima en 1921 y espa?ol, madrile?o, de toda la vida, tom¨® ayer posici¨®n del sill¨®n B de la Real Academia Espa?ola, que dej¨® vacante al morir Emilio Alarcos. Durante m¨¢s de una hora, entusiasm¨® a los m¨¢s de 800 asistentes con su discurso sobre la Aventura de la palabra en el siglo XX, una apasionada defensa de la libertad a trav¨¦s de la palabra escrita y hablada tal como la entiende un "c¨®mico".
Fernando Fern¨¢n-G¨®mez, apoyado en su habitual bast¨®n, con el pelo ya blanco que no oculta su pelambre pelirroja y acompa?ado por su compa?era de tantos a?os, Emma Cohen, conquist¨® la Real Academia. Con su voz grave, sonora y profunda, tan conocida a trav¨¦s de las numerosas pel¨ªculas que ha protagonizado, El abuelo, Belle ?poque, Mam¨¢ cumple cien a?os, La lengua de las mariposas... el actor, escritor, dramaturgo, novelista y memorialista, conquist¨® a los asistentes, mucho de ellos colegas.Fern¨¢n-G¨®mez dedic¨® un elogioso recuerdo a Emilio Alarcos y traz¨® un inteligente recorrido por su trayectoria profesional. "Para un obrero de las palabras, como puede serlo el c¨®mico que hoy os dirige estas series de ellas, es un gozo recorrer los caminos abiertos por Alarcos, recrearse en las diferencias entre lengua y habla. En nuestro oficio, modesto y libertario, siempre se ha planteado esta diferencia, aunque los oficiantes ignor¨¢semos que debat¨ªamos cuestiones acad¨¦micas", dijo.
Fernando Fern¨¢n-G¨®mez insisti¨® a lo largo de su discurso en que sus palabras eran las de un c¨®mico. "Es inevitable que en las palabras que escuch¨¢is, se?ores acad¨¦micos, y en las que vais a escuchar, se oiga la voz de un comediante, o resuenen sus ecos, pues de las arias deformaciones profesionales de quien os habla, la de actor es la m¨¢s evidente. Adem¨¢s, es mi prop¨®sito referirme -aunque alg¨²n que otro desv¨ªo sea inevitable- a lo que ha sido y es la palabra en el ¨¢mbito del espect¨¢culo".
El oficio de la palabra
Fernando Fern¨¢n-G¨®mez entr¨® en la Real Academia Espa?ola flanqueado por dos de los acad¨¦micos que ingresaron ¨²ltimamente en la instituci¨®n, Ignacio Bosque y Luis Mar¨ªa Anson. Le esperaban en la mesa presidencial el director de la Academia, V¨ªctor Garc¨ªa de la Concha, el secretario de Estado de Cultura, Miguel ?ngel Cort¨¦s y los acad¨¦micos Camilo Jos¨¦ Cela, Pedro La¨ªn Entralgo y Domingo Yndur¨¢in. Los asientos reservados a los acad¨¦micos estaban casi llenos: Fernando L¨¢zaro Carreter, Francisco Ayala, Carlos Bouso?o, Juli¨¢n Mar¨ªas, Antonio Mingote, Rafael Alvarado y Gregorio Salvador, entre otros.
Todos escucharon con gran atenci¨®n el discurso del "c¨®mico". "No puedo negar que hablar de la palabra, pensar, aunque trivialmente, sobre ella, con la voz, la memoria, el entendimiento de un c¨®mico es algo muy diferente a hablar o pensar sobre la palabra si se gana uno la vida con cualquier otro menester", dijo el nuevo acad¨¦mico Fernando Fern¨¢n-G¨®mez."Quiz¨¢s si no es necesario, puede por lo menos ser ¨²til diferenciar entre la palabra hablada, la palabra escrita y una tercera variante, la palabra escrita con la intenci¨®n de que sea hablada. Y hoy, merced a los grandes adelantos, con la intenci¨®n de que sea no s¨®lo hablada, sino divulgada, divulgad¨ªsima", a?adi¨® el actor y escritor.
Perd¨®n
Natalia Figueroa, Manuel Alexandre, Manuel Guti¨¦rrez Arag¨®n, Jos¨¦ Luis Borau, Mar¨ªa Asquerino, Agust¨ªn Gonz¨¢lez, Andr¨¦s Amor¨®s, entre otros, celebraron las palabras de Fern¨¢n-G¨®mez, que conmovieron a sus compa?eros de profesi¨®n. "Otro suceso digno de consideraci¨®n, ¨¦ste no s¨®lo para los sacerdotes de Tal¨ªa sino para el resto de la humanidad, es la televisi¨®n. La intromisi¨®n del espect¨¢culo en los hogares. Que el hogar, en vez de ser un coto cerrado, se haya convertido en un lugar por el que deambulan actores, actrices, pol¨ªticos, periodistas, augures, maniqu¨ªes, incluso gente de la calle y gente de lejan¨ªsimas tierras con la que puede encontrarse el abuelo cuando le han dejado solo en la sala de estar".
"Y ya no me queda sino pedir perd¨®n porque el discurso de ingreso de este c¨®mico en la Real Academia Espa?ola no haya sido muy acad¨¦mico. Ustedes perdonen".
Sus compa?eros c¨®micos aplaudieron a rabiar. Quiz¨¢ no fue muy acad¨¦mico el discurso, pero ofreci¨® una amplia informaci¨®n sobre la evoluci¨®n de la palabra en el mundo del espect¨¢culo. Fernando Fern¨¢n-G¨®mez hizo, sobre todo, hincapi¨¦ en el valor de la palabra como veh¨ªculo de libertad durante todos los tiempos.
Las palabras que pronunci¨® Fern¨¢n-G¨®mez fueron como una bocanada de aire fresco que encandil¨® a todo el mundo.
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