El Maratona luso recupera en Lasarte el t¨ªtulo europeo de clubes
Una explicaci¨®n entre atletas blancos, europeos en este caso, sobre la hierba del hip¨®dromo de Lasarte. Su ¨²nica posibilidad de expresarse en voz alta, la cabeza erguida, sin complejos de inferioridad. Se trataba del Campeonato de Europa de clubes y esto exclu¨ªa a etiopes o keniatas. La prueba hablar¨ªa castellano o portugu¨¦s. Un poco de italiano o franc¨¦s, quiz¨¢, pero poco. La pelea no admitir¨ªa muchas variantes: o ganaba el club luso Maratona, como casi siempre, o sorprend¨ªa por segunda vez consecutiva el equipo Adidas, espa?ol. Hab¨ªa morbo. M¨¢s del acostumbrado, puesto que cab¨ªa cualquier pron¨®stico. Un contraste con la prueba aperitivo dise?ada para satisfacer el paladar de los incondicionales de los atletas de color. Aqu¨ª s¨®lo pod¨ªa ganar un africano. Salvo que el ucranio Lebed se volviera loco y enloqueciera (como en Amorebieta) a los atletas de Kenia. El cross corto (poco m¨¢s de cinco kil¨®metros de distancia) enseguida coloc¨® en vanguardia a Kipketer, Ruto... y a Lebed, empe?ado en disimular la palidez de su piel.Un poco m¨¢s tarde corr¨ªa la ¨¦lite europea, y entre ella, Paulo Guerra, otrora bautizado con el sambenito de esperanza blanca, expectativa que ahora cuelga del cuello de Lebed. El relevo parece claro: Guerra no pudo ni con su compatriota Henriques ni con Enrique Molina; Lebed estuvo a punto de batir a Kipketer. El cross corto se decidi¨® en la hierba alta de la interminable recta final. Con un desparpajo suicida, Lebed sac¨® el guante y abofete¨® a Kipkepter y Ruto. Un ultraje. Kipketer, soliviantado y todo dientes, mord¨ªa la hierba y superaba a Lebed. Todo parec¨ªa en orden. Lebed retiraba su envite. faltaba media recta. Y Lebed volvi¨® a cre¨¦rselo. Super¨® a Ruto y peg¨® su aliento al cuello de Kikpeter. El rostro de ¨¦ste, puro esfuerzo y sorpresa, se contrajo en una fea mueca. Apret¨® m¨¢s. Aguant¨® Lebed. Y un poco m¨¢s, hasta cruzar la l¨ªnea zancada con zancada. Precioso.
Henriques impresiona
El portugu¨¦s Henriques, poco despu¨¦s, quiso ser Lebed. Escondido, dej¨® que Alejandro G¨®mez y Molina (valientes) tensaran el grupo, descolgaran a los d¨¦biles y convitieran la cita en un di¨¢logo entre portugueses y espa?oles. Hernandes, que no hab¨ªa abierto la boca hasta entonces, firm¨® un kil¨®metro de noria (el ocho, en 2 min 48 s, 15 segundos por debajo de la media de la prueba) que mare¨® a la concurrencia. Por supuesto, se qued¨® s¨®lo. Su victoria, sus puntos, devolvieron el t¨ªtulo al Maratona, que acumula cinco t¨ªtulos en seis a?os.
Clasificaciones: 1? S. Kipketer (Kenia) 15.52; 2? S. Lebed (Ucrania) a 1 s; 3? E. Ruto (Kenia) a 2 s. C. femenina (5,6 kms.): 1? M. Okayo (Kenia) 19:14; 2? J. Mart¨ªn a 4 s; 3? K. Butler (Canad¨¢) a 9 s.
Europeo de clubes: 1? E. Henriques (Maratona) 29. 46; 2? E. Molina (Adidas) a 6 s; 3? P. Guerra (Maratona) a 7 s; 4 ? A. G¨®mez (Adidas) a 8 s.
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