Las diferencias de gasto auton¨®mico sanitario superan las 20.000 pesetas por persona al a?o
Las mayores distancias se registran dentro del propio territorio del Insalud
El dinero que los Presupuestos Generales del Estado destinan a la asistencia sanitaria (4,35 billones este a?o) se reparte de forma desigual. El acuerdo que est¨¢ en vigor desde 1997 beneficia a Catalu?a frente al resto de las comunidades auton¨®mas, pero es dentro del territorio Insalud que gestiona el Gobierno central donde se producen las mayores distancias. Seg¨²n el presupuesto liquidado de 1998, Baleares recibi¨® casi 22.000 pesetas menos por habitante y a?o que Arag¨®n. Para el PSOE, el problema es que en el terreno de la financiaci¨®n no siempre se siguen criterios sanitarios de reequilibrio.
El acuerdo de financiaci¨®n sanitaria de 1997, que firmaron todas las autonom¨ªas con competencias transferidas, trat¨® de paliar el nivel de endeudamiento que sufr¨ªan, sobre todo, Catalu?a y Andaluc¨ªa, dotando a ambas administraciones de financiaci¨®n adicional. Como consecuencia de ello, Catalu?a viene siendo la comunidad m¨¢s beneficiada (v¨¦ase el cuadro que se reproduce en esta p¨¢gina), mientras que la Comunidad Valenciana y Canarias son, junto a las del Insalud, las m¨¢s perjudicadas.Pero lo m¨¢s sorprendente es constantar que las principales distancias en cuanto al gasto per c¨¢pita se producen dentro del territorio Insalud que gestiona el Gobierno central y que administra la asistencia sanitaria de diez comunidades aut¨®nomas donde vive el el 38% de la poblaci¨®n.
As¨ª, algunas comunidades del Insalud viven un doble castigo financiero que no ha tenido en cuenta el nivel de desequilibrio sanitario del que se part¨ªa. De modo que, en equipos de alta tecnolog¨ªa, s¨®lo ciertas comunidades a¨²n regidas por el Insalud ofrecen unos indicadores tan pobres. Los datos reci¨¦n publicados en un estudio de Jaime S¨¢nchez Revenga, Interventor General de la Seguridad Social, aseguran que en 1998 no hab¨ªa un solo equipo p¨²blico de resonancia magn¨¦tica nuclear ni en Baleares ni en Cantabria ni en La Rioja ni, por supuesto, en Ceuta y Melilla. En Castilla-La Mancha, seg¨²n informa Carmen Navarro, directora de Presupuestos del Insalud, se ha instalado el primero en el hospital de Toledo el a?o pasado. Tambi¨¦n escasean las bombas de cobalto y los litotrictores, pero Navarro asegura que se han hecho enormes esfuerzos para dotar de infraestructuras a zonas antes olvidadas como Castilla y Le¨®n, Castilla-La Mancha, Baleares y Murcia.
Las cifras del propio Insalud, sin embargo, hablan de un reparto per c¨¢pita del gasto que en 1998 registraba diferencias de hasta 22.000 pesetas, cosa que ocurr¨ªa entre Arag¨®n (113.779 pesetas) y Baleares (91.843). Junto a esta ¨²ltima, las comunidades que menos dinero recibieron fueron La Rioja y Castilla-La Mancha. Estas desigualdades perduran, adem¨¢s, en el tiempo, pues en 1993 Baleares y Arag¨®n recib¨ªan aportaciones que distaban casi 19.000 pesetas per c¨¢pita, si bien en a?os posteriores se hab¨ªa empezado a recortar el abismo que ahora se vuelve a detectar.
Estas comunidades del Insalud y Catalu?a son la cruz y la cara de un sistema de financiaci¨®n que introdujo en 1994 racionalidad en el sistema nacional de salud pero, por otro, est¨¢ produciendo desequilibrios territoriales no siempre fundamentados, seg¨²n los cr¨ªticos, en razones sanitarias. "En el acuerdo de 1994", dice la ex ministra de Sanidad ?ngeles Amador, "se benefici¨® a Galicia por su retraso sanitario. Desde 1997 se prima a Catalu?a s¨®lo como parte del acuerdo de investidura con CiU".
Algunos analistas han hecho la comparaci¨®n entre comunidades aut¨®nomas respecto a la poblaci¨®n de derecho. En ese caso (v¨¦ase el cuadro), las distancias tienden a acrecentarse. La llamada poblaci¨®n protegida es la resultante de restar a la poblaci¨®n total la cubierta por las mutualidades de funcionarios (Muface, Isfas y Mugeju).
Un estudio de los economistas Jos¨¦ S¨¢nchez Maldonado y Jes¨²s Salvador G¨®mez Sala, profesores de la Universidad de M¨¢laga, propone tener en cuenta en acuerdos sucesivos s¨®lo la poblaci¨®n de derecho, "dado el car¨¢cter universal de la prestaci¨®n sanitaria y su financiaci¨®n v¨ªa impuestos". Amador admite que es un asunto a debatir en el futuro. En cualquier caso, el criterio per c¨¢pita, protegido o no, tambi¨¦n utilizado en otros pa¨ªses, es el b¨¢sico com¨²nmente aceptado.
"Al final, el envejecimiento de la poblaci¨®n u otras circunstancias de salud terminan por anularse unas a otras", explica Carmen Navarro.
Todos beneficiarios
La novedad del acuerdo de 1997 respecto al de 1994 fue incluir fondos de redistribuci¨®n que permitieron dotar a Catalu?a de m¨¢s dinero que al resto. Uno de ellos se basa en el n¨²mero de pacientes desplazados que asume Catalu?a. El otro es una compensaci¨®n por la p¨¦rdida de poblaci¨®n protegida. Tambi¨¦n el Insalud ha perdido poblaci¨®n protegida, pero los pacientes desplazados que asume Madrid suelen provenir de las comunidades del propio Insalud, como explica Carmen Navarro, de ah¨ª que no se pueda beneficiar de dicho fondo.
El consejero catal¨¢n de Sanidad, Eduard Rius, cree que de las demandas que CiU hizo al Gobierno central en 1997 se han beneficiado todos. "Nosotros no sufrimos un endeudamiento mayor que el resto, lo que pasa es que fuimos los primeros en ponerlo encima de la mesa. Aqu¨ª la cuesti¨®n es saber si la sanidad est¨¢ subfinanciada o no", dice Rius. "Hasta que no se culmine el proceso de transferencias y Madrid obtenga la suya no sabremos si el modelo es bueno o no porque Catalu?a en este aspecto s¨®lo es comparable a Madrid; tiene el mismo nivel de equipamientos y desplazados".
Los acuerdos financieros lograron el avance de ligar el presupuesto sanitario al PIB y en estos a?os el dinero disponible ha crecido muy por encima de otras partidas, aunque tanto Rius como PSOE e IU creen que a¨²n debe aumentar. En todo caso, advierten desde Castilla-La Mancha, nadie quiere que le quiten un duro a los dem¨¢s. "S¨®lo pedimos m¨¢s dinero para reequilibrar nuestros d¨¦ficits", se?ala la consejera de Sanidad Matilde Valent¨ªn.
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