El bondadoso granjero de Wisch
En el verano de 1998, Guus Hiddink (Wisch, Holanda, 53 a?os) se vest¨ªa de corto, luc¨ªa dos piernas gruesas y peque?as, y saltaba a los campos de entrenamiento de la Ciudad Deportiva del Madrid con una sonrisa en la boca. Se mezclaba con sus futbolistas en los partidillos y les trataba de igual a igual. "Fue un error", opin¨® ayer un jugador del Madrid. Su escaso dominio del bal¨®n desat¨® la hilaridad de un sector de la plantilla. Mezclado con un grupo de jugadores orgullosos que se ufanaban de ser los ¨²ltimos campeones de Europa, cay¨® en el desconcierto y el des¨¢nimo. Le vali¨® de poco haber logrado que Holanda jugara mejor que nadie en el Mundial de Francia. Menos le sirvi¨® su experiencia en el Valencia (al que llev¨® a la UEFA en dos ocasiones) y sus a?os en el PSV que alz¨® la Copa de Europa en 1988. En los 23 partidos de Liga que le dirigi¨®, el Madrid roz¨® la mitad de la tabla con frecuencia. Le falt¨® convicci¨®n para defender sus criterios y los jugadores le perdieron el respeto antes de ser destituido. El Hiddink sin bigote de ahora llevaba un a?o sin entrenar: el Betis le ha devuelto a los banquillos. Hoy debuta en Mestalla, el campo espa?ol que mejores recuerdos le trae (21.00, La 2 y Auton¨®micas).Hijo de una familia humilde, Hiddink naci¨® cerca de Doetinchem, en una zona rural famosa por su depresi¨®n econ¨®mica. Debut¨® como futbolista profesional en el De Graafschap, conocido como Los Supergranjeros, en 1967. Poco h¨¢bil y algo lento, jugaba de libre o como medio defensivo cuando lo contrat¨® el PSV, en 1970. No logr¨® asentarse en el equipo y regres¨® al De Graafschap, donde termin¨® su carrera.Su valor creci¨® como t¨¦cnico. Sin decidirse por un esquema determinado, su marchamo es puramente holand¨¦s en la medida en que hace del bal¨®n el centro de cualquier teor¨ªa. En Espa?a pregon¨® su uso en todas las facetas del entrenamiento. Desde su etapa en el Valencia hizo del partidillo -o, como ¨¦l dice, "partido en espacio reducido, de cinco contra cinco"- el alfa y omega de su m¨¦todo. Jorge Sim¨®, su preparador f¨ªsico y hombre de confianza desde que dirigi¨® al Valencia, le describe como a un entrenador de costumbres democr¨¢ticas y una gran confianza en el entendimiento de los futbolistas para resolver las situaciones de cada partido. "En Valencia, Hiddink fue pionero en la introducci¨®n de m¨¦todos de entrenamiento exclusivamente con bal¨®n", asegura Sim¨®. "No es del tipo de entrenador dado a interrumpir los entrenamientos para dar charlas t¨¢cticas. Se le escapa que tenga que pedir m¨¢s entrega a unos profesionales. No puede radiar los entrenamientos, ordenando lo que se debe hacer en cada momento, cuando se trata de jugadores de categor¨ªa".
Los jugadores del Madrid, y su presidente, Lorenzo Sanz, no pensaron lo mismo. Pero incluso los que m¨¢s dicutieron con ¨¦l, como Seedorf, siempre le consideraron "una buena persona... Demasiado buena".
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