Vanessa Redgrave debuta en El Globe como Pr¨®spero
La actriz estrenar¨¢ 'La tempestad' en Londres la pr¨®xima primavera
"Pr¨®spero es un refugiado en toda regla. Ha sido deportado y, en el exilio, tiene dif¨ªcil escapatoria". Vanessa Redgrave describe al protagonista de La tempestad, que interpretar¨¢ a partir del 12 de mayo en el Globe, la r¨¦plica del teatro original donde Shakespeare estren¨® sus obras. Todav¨ªa no ha estudiado a fondo el papel, pero ha extra¨ªdo conclusiones preliminares de sus primeras lecturas tras la invitaci¨®n del director del centro. "Es un exiliado", sonr¨ªe, "un exiliado bastante peligroso".
"Leo con frecuencia La tempestad y, cuando Mark Rylance me propuso el papel de Pr¨®spero, le¨ª el texto con ojos nuevos", afirma Vanessa Redgrave. "Nunca se me hab¨ªa ocurrido interpretarlo, y me llev¨¦ una sorpresa, porque descubr¨ª que la obra gira en torno a un refugiado y su hija".Arte y pol¨ªtica, drama y activismo. Los caminos se entrecruzan, y la dama roja, la abuela de 63 a?os, no piensa claudicar. El m¨¦dico le aconseja silencio para proteger las cuerdas vocales de una laringitis, pero ella sube al escenario cada noche junto a su hermano Cor¨ªn y su cu?ada, Kika Markham, para actuar en A song at twilight, de Noel Coward, en un teatro londinense.
Por las ma?anas prepara la campa?a por la paz y los derechos humanos en Chechenia, que present¨® en el Parlamento de Westminster: "No puedo rendirme. Cuando act¨²o y no acierto a comprender el desarrollo de la interpretaci¨®n, o tropiezo con dificultades, siempre me impongo resolverlas. Con Chechenia me sucede lo mismo. La masacre de Grozni es como el gueto de Varsovia, un pueblo literalmente exterminado. A los que me dicen que no hay esperanza, contesto: todav¨ªa queda gente con vida y debemos ayudarles a tener un presente y un futuro. Debemos trabajar por su seguridad, porque los chechenos no pueden vivir bajo mandato ruso, al igual que los jud¨ªos no pudieron bajo mandato alem¨¢n incluso con los nazis derrotados".
Es frustrante citarse con Vanessa Redgrave. Un d¨ªa propuso una cena, otro acudir al camerino del teatro Gielgud y un tercero a su domicilio al oeste de Londres. Cancel¨® a ¨²ltima hora las tres citas hasta que finalmente se sent¨® frente a la grabadora en una salita de su piso, en la segunda planta de un edificio de ladrillo. Dibujos infantiles firmados con nombres bosnios, albaneses y posiblemente rusos decoran las paredes junto a un folio con corazones y estrellas de colores que Daisy, la hija de Joely Richardson, dedica a su abuela, a la "nana Vanessa". La estatuilla del Oscar, por su interpretaci¨®n en Julia, de 1977, es de las pocas huellas que delatan una brillante trayectoria en cine.
"Es terrible que los peque?os no estudien, junto a Shakespeare y Beethoven, el holocausto. Es la ¨²nica forma de prevenir cr¨ªmenes semejantes y de evitar que se apoyen o permitan reg¨ªmenes de ese calado", lamenta con voz grave.
Chechenia perturba hoy el alma de Redgrave. Hace unos meses fue Kosovo, antes Bosnia y en el pasado los palestinos y otros pueblos que anhelan la autodeterminaci¨®n. "Hay Gobiernos que no est¨¢n de acuerdo, pero la gente tiene derecho a votar a favor o en contra de la indepedencia", dice. El tono de su protesta no parece tan enardecido como antes cuando ped¨ªa armas para Bosnia o criticaba desde Trafalgar Square a la prensa internacional -EL PA?S, entre ellos- por publicar entrevistas con Radovan Karadzic, el criminal de guerra serbio. "No puedo exponer lo que pienso de la prensa, porque sus propietarios siguen sus respectivas pol¨ªticas", dice hoy.
?Est¨¢ perdiendo fuerza? O, por el contrario, ?seguir¨¢ luchando hasta el ¨²ltimo aliento? Redgrave no se lo plantea y prefiere indagar en una cuesti¨®n que reaviva su energ¨ªa. "?De estar sujeta a ciertas condiciones, cambiar¨¦ respecto a c¨®mo soy en la actualidad? Me lo pregunto continuamente y nunca tengo una respuesta definitiva. Esta incertidumbre me da fuerza, aunque al mismo tiempo llorar¨ªa de horror si...". No termina la frase, pero rememora las dictaduras espa?ola, chilena, argentina, estalinista y reg¨ªmenes recientes, y a esas mayor¨ªas silenciosas que observan, sin actuar, c¨®mo desaparecen y matan a sus vecinos. " Pero no se trata de ser valiente, sino de entender, puesto que, sin conocimiento, no se puede tan siquiera intentar responder a la inc¨®gnita", concluye.
Redgrave aplica el estudio al arte y a la pol¨ªtica. "Shakespeare ten¨ªa un conocimiento profundo del ser humano. Cuestionaba los temas de su ¨¦poca, el reinado de Isabel I, un r¨¦gimen tirano, y sus obras son hoy tan relevantes como en el siglo XVI", explica. "La tempestad", contin¨²a, "trata de una persona que quiere vengarse y tiene formas para conseguirlo, pero renuncia a esos poderes. Hay temas muy profundos por explorar en la obra".
Rylance usurp¨® el papel de Cleopatra en la temporada anterior del Globe y deja la maniobra en tablas ofreciendo Pr¨®spero, uno de los personajes masculinos m¨¢s jugosos de Shakespeare, a la veterana Redgrave. "Todav¨ªa no sabemos si convertiremos a Pr¨®spero en mujer. Desde una perspectiva profunda, nadie es hombre o mujer. Todos tenemos aspectos masculinos y femeninos, y la proporci¨®n de ambos ingredientes va cambiando en cada persona. Esta decisi¨®n de recrear Pr¨®spero como hombre o mujer, importante aunque no prioritaria, la resolveremos. Pero a¨²n no tengo la respuesta", dice.
Anteriormente la actriz Nuria Espert tambi¨¦n abord¨® el papel de Pr¨®spero en un montaje de La tempestad que dirigi¨® el prestigiado Jorge Lavelli.
Babelia
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