La polic¨ªa liber¨® a centenares de inmigrantes en v¨ªsperas de la entrada en vigor de la ley
La nueva norma vac¨ªa los centros de extranjeros acusados de irregularidades y delitos menores
Centenares de inmigrantes que permanec¨ªan retenidos en los centros de internamiento de extranjeros (CIE) en espera de la expulsi¨®n o la c¨¢rcel han sido liberados en los d¨ªas previos a la entrada en vigor de la Ley de Extranjer¨ªa, al prohibir ¨¦sta los 40 d¨ªas de detenci¨®n permitidos por la ley anterior y anular muchos de los motivos de internamiento. Unos 40 extranjeros, presuntamente los m¨¢s conflictivos, siguen en los centros de M¨¢laga, Barcelona, Madrid, Las Palmas, Valencia y Murcia. La mayor¨ªa de los que han sido puestos en libertad est¨¢n indocumentados, y su salida ha sido comunicada al juez.
En los centros de internamiento de Murcia, M¨¢laga o Valencia, un ¨²nico inmigrante habita sus instalaciones. En M¨¢laga continuaba retenido un extranjero que supuestamente agredi¨® a unos polic¨ªas; en Valencia, un lituano al que se ha expulsado varias veces de Espa?a, y en Murcia, el ¨²nico hu¨¦sped forzoso del centro tiene nacionalidad ecuatoriana e ingres¨® hace m¨¢s de 20 d¨ªas. Su delito fue intentar entrar en Estados Unidos con un pasaporte espa?ol falsificado que hab¨ªa comprado en su pa¨ªs. Hipotecado con la mafia que le hab¨ªa vendido el documento falso y los billetes de avi¨®n, su sue?o acab¨® en el aeropuerto de Washington, donde fue expulsado de nuevo a Espa?a, informa Antonio Aguilar. Las c¨¢rceles temporales que son de hecho los CIE -acogen a los inmigrantes pendientes de expulsi¨®n y a los delincuentes con peticiones de condena menores de seis a?os- han sido objeto de conflicto permanente con las ONG, abogados y jueces. Sus restringidas salidas al patio, la ausencia de tel¨¦fono, de comunicaci¨®n cara a cara, o incluso de asistencia letrada, se convirtieron en cap¨ªtulo fijo de la memoria del Defensor del Pueblo de los ¨²ltimos a?os. El hacinamiento y la falta de garant¨ªas han originado en ocasiones incendios provocados por los propios internos. Las denuncias de abogados y ONG, especialmente en M¨¢laga y Valencia, forzaron a una mejora general de las instalaciones y a una mayor transparencia sobre lo que ocurr¨ªa en su interior. En la actualidad, la mayor parte han hecho las paces con sus detractores
Los CIE albergan a los extranjeros indocumentados, a quienes han entrado en Espa?a de forma clandestina y a todos aquellos que han cometido delitos penados con privaci¨®n de libertad de menos de seis a?os. Este tipo de personas segu¨ªan recluidos, alrededor de medio centenar, al comenzar el a?o. Durante enero, y especialmente en los d¨ªas previos a la entrada en vigor de la nueva ley, han sido puestos en libertad, al derogar la ley las causas de internamiento, es decir, estancia ilegal, carecer de medios l¨ªcitos de vida, ejercer la mendicidad, o desarrollar actividades ilegales. La libertad de los internados por este ¨²ltimo supuesto ha sido solicitada al juez. El resto, simplemente comunicada.
"A nosotros nos gustar¨¢ m¨¢s o menos lo que ha pasado, pero somos funcionarios y nuestra obligaci¨®n es cumplir la ley", comenta Jos¨¦ Garc¨ªa Santalla, jefe del ¨¢rea en la Comisar¨ªa General de Extranjer¨ªa. Por orden de la ley est¨¢n en la calle. Seguramente pregunt¨¢ndose todav¨ªa por qu¨¦ extra?a carambola est¨¢n libres, aunque sea indocumentados y, algunos, adem¨¢s, bajo vigilancia judicial.
Con la nueva ley, los CIE desaparecen como tales. S¨®lo acoger¨¢n a los inmigrantes autores de "faltas muy graves" y excepcionales, y se anula su car¨¢cter penitenciario.
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