Evocaci¨®n sin nostalgia de las vanguardias

Acostumbra Alfonso Aij¨®n a introducir, entre sus conciertos de repertorio para los abonados de Iberm¨²sica, otros de car¨¢cter extraordinario consagrados a la temporaneidad. Este a?o, algunas figuras de la generaci¨®n espa?ola de los a?os cincuenta -que clasifico, seg¨²n su nacimiento, como de 1931- cumplen setenta a?os. As¨ª, Crist¨®bal Halffter, Luis de Pablo, Manuel Castillo y, reci¨¦n cumplidos, pero dentro del a?o anterior, Carmelo Bernaola. Iberm¨²sica ha evocado en estos nombres el movimiento en pro de la Nueva M¨²sica, surgido, planeado y desarrollado en Madrid hace casi medio siglo. Y la Orquesta de Granada, bajo la direcci¨®n de su titular, Josep Pons, ha montado un programa que cont¨® con mucho p¨²blico.Volvimos a escuchar, en versi¨®n fiel e impecable, las Invenciones, de Luis de Pablo, escritas en 1955 y revisadas, por ¨²ltima vez, el a?o pasado. Lo mejor que cabe decir de estos pentagramas es que contin¨²an vivos aunque hoy no provocan esc¨¢ndalo, como anta?o, sino admiraci¨®n. Los j¨®venes vanguardistas de los a?os cincuenta son hoy maestros galardonados y situados en la historia. Del sevillano Manuel Castillo fue ofrecida su Sinfon¨ªa homenaje a Manuel de Falla, que es de 1996. Hermoso y dif¨ªcil trabajo, pues Castillo logra usar temas fallescos para conducirlos por v¨ªas tecnoestilistas diferentes.

Carmelo Bernaola estuvo representado por las Piezas caprichosas, para viol¨ªn y orquesta, nacidas en 1996, para el Oto?o Soriano, un festival creado y pilotado por Od¨®n Alonso, otro nombre protagonista de la generaci¨®n. Son bellas las ideas y diferente a otras composiciones bernaolanas su tratamiento, que incide en alg¨²n pasaje, en un repetitivismo a su manera. Las toc¨® excelentemente el concertino de la orquesta granadina, James Dahlgren, americano, procedente de San Francisco. Cerr¨® la noche Crist¨®bal Halffter, constante entusiasta de la transmigraci¨®n sonora de las artes pl¨¢sticas, con su Daliniana, encargo de la Orquesta de Cadaqu¨¦s en 1994 y tan refinada, po¨¦tica, colorista, impetuosa y bien estructurada como suelen ser todas las obras de Halffter.