Entre comerciantes y consumidores, un ¨¢rbitro
Un libro recoge las m¨¢s curiosas sentencias dictadas por la Junta Arbitral de Consumo de Madrid
Por la Oficina Municipal de Informaci¨®n al Consumidor, en la Junta Arbitral de Consumo del Ayuntamiento de Madrid, pasan cada d¨ªa casos tan incre¨ªbles como el de una pareja que lleg¨® a alojarse en un hotel listo para estrenar y result¨® que segu¨ªa en obras, o el de la mujer que, no contenta con el te?ido de su cabello, que no ocult¨® sus canas, pidi¨® la devoluci¨®n total de su dinero en una peluquer¨ªa; o el de otra se?ora que culp¨® a los tacones de sus zapatos de un intenso dolor de espalda.Para resolver los conflictos que surgen entre comerciantes y consumidores naci¨® la Junta Arbitral de Consumo. Este sistema, puesto en marcha desde 1986, resuelve de forma extrajudicial los problemas en materia de consumo. Cuando no hay arreglo amistoso interviene la Junta. Eso s¨ª, s¨®lo si hay voluntad de ambas partes.
Ayer, el Ayuntamiento present¨® su Laudos de la Junta Arbitral de Consumo, un libro que recoge varios de los casos m¨¢s curiosos que se vivieron el a?o pasado en la Junta.
- Zapatos desgastados. En quince d¨ªas, los zapatos que la demandante hab¨ªa comprado para su hijo estaban desgastados. No hab¨ªa raz¨®n aparente para el deterioro, as¨ª que acudi¨® a la tienda en la que adquiri¨® el calzado para que fueran examinados por el fabricante. Una vez examinados, la tienda aleg¨® que no se hac¨ªa cargo porque el motivo del desgaste era el "mal uso del calzado". As¨ª las cosas y despu¨¦s de volver a examinar los zapatos, la Junta decidi¨® desestimar la reclamaci¨®n toda vez que, como reconoci¨® la reclamante, su hijo los utilizaba para jugar al f¨²tbol. "Qued¨® probada la inexistencia de defecto de fabricaci¨®n", sentenci¨® la Junta.
- Hotel en obras. Se trataba de un viaje a la Rep¨²blica Dominicana. Un hotel "para estrenar" los esperaba. Cuando llegaron all¨ª, la sorpresa fue may¨²scula: el hotel estaba en obras, y la piscina, el agua y el aire acondicionado no estaban en condiciones aceptables. Los afectados pidieron a la agencia de viajes contratada una soluci¨®n en breve. Pero nunca lleg¨®. Ante la Junta Arbitral solicitaron entonces una compensaci¨®n econ¨®mica que el Colegio Arbitral consider¨® justa. La agencia de viajes reclamada tuvo que reintegrar a los reclamantes 200.000 pesetas por los trastornos sufridos.
- El canc¨¢n defectuoso. Dos d¨ªas despu¨¦s de recoger el vestido de novia que hab¨ªa mandado hacer para su hija, la mujer descubri¨® que el canc¨¢n del traje no estaba bien confeccionado. Como la boda se celebraba a unos 150 kil¨®metros de Madrid el 16 de septiembre, se acord¨® que lo reparar¨ªan el 14. Pero el arreglo no era el que esperaban. La tienda aleg¨® que se trata de una pieza independiente del vestido y el efecto al que est¨¢ destinado se cumple en funci¨®n de c¨®mo se lo coloque la novia. La novia, entonces, aport¨® como pruebas las fotograf¨ªas de su boda, en las que, en efecto, el canc¨¢n motivo de discordia sobresal¨ªa por debajo del vestido. En consecuencia, y teniendo en cuenta que la prenda ya hab¨ªa sido reparada con anterioridad, se decidi¨® estimar parcialmente la reclamaci¨®n. As¨ª, el establecimiento tuvo que abonar a la parte reclamante, en el plazo de ocho d¨ªas, la cantidad de 5.000 pesetas en concepto del "valor residual" del canc¨¢n.
- Fundas inservibles. El vendedor le dijo a la cliente que las fundas de sof¨¢ eran adaptables a todos los estilos y modelos. Pero en su casa, la mujer comprob¨® que no le serv¨ªan, as¨ª que regres¨® a la tienda para que se las cambiaran. Le dieron otro modelo m¨¢s grande, pero tampoco le sirvi¨®. La reclamante solicit¨® la devoluci¨®n del dinero, pero el establecimiento contest¨® que dentro de sus normas no se establec¨ªa tal devoluci¨®n. As¨ª las cosas, y considerando que ninguna de las fundas sirvi¨®, el Colegio Arbitral acord¨® que, en el plazo de diez d¨ªas, la tienda devolviera las 7.990 pesetas que pag¨® la cliente por las fundas.
- Dolores de espalda. Unos zapatos de tac¨®n que costaron 11.995 pesetas eran la causa que la demandante atribu¨ªa a unos fuertes dolores de espalda que ven¨ªa padeciendo. Por ello reclamaba el importe total del calzado, pues ¨¦ste presentaba, a su juicio, defectos de fabricaci¨®n. Ya no aguantaba m¨¢s los dolores. La Junta Arbitral tuvo que desestimar este caso. Analizado el tac¨®n y comprobado el "¨¢ngulo que forma con la horizontal", se lleg¨® a la conclusi¨®n de que no pod¨ªa producir los dolores de espalda, sencillamente, porque no estaba mal fabricado.
- Cubrir las canas. La mujer s¨®lo quer¨ªa cubrirse las canas. Para ello acudi¨® a una peluquer¨ªa a fin de te?irse el cabello. Pero una vez terminado el servicio, las canas segu¨ªan all¨ª. Y su nuevo color de pelo no le gustaba.
En este caso, la Junta Arbitral no lo tuvo nada dif¨ªcil para dictar sentencia. La peluquer¨ªa reconoci¨® que el servicio prestado no proporcion¨® el resultado que esperaba el cliente y se comprometi¨® a devolver el importe, 3.100 pesetas.
- Mel¨®n agrio. El chocolate no alcanz¨® para todos los invitados; en la ensalada de ahumados y caviar, este ¨²ltimo no exist¨ªa; la copa fr¨ªa de mel¨®n ten¨ªa sabor agrio; el servicio de vajilla era insuficiente, y, adem¨¢s, no sirvieron la copa tropical de frutas naturales, ni el caf¨¦, ni las infusiones. Por este particular men¨², contratado para el d¨ªa de su boda, los demandantes ten¨ªan que pagar 1.471.250 pesetas, de las cuales hab¨ªan abonado 400.000. Ante la Junta Arbitral y argumentando la mala calidad del servicio, solicitaron que se cancelara la factura que quedaba pendiente. El colegio estudi¨® el caso, pero admiti¨® que, dadas las circunstancias, era dif¨ªcil llegar a un acuerdo, pues las pruebas se las hab¨ªan comido los invitados. Objetivamente, s¨®lo result¨® probado que se hab¨ªa llevado a cabo la contrataci¨®n, y que ¨¦sta se incrementaba en un 7%. Aun as¨ª, la Junta decidi¨® que los demandantes s¨®lo pagaran una parte de la factura.
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