Fogosos novilleros

Los novillos de Ana Mar¨ªa Boh¨®rquez, con poca fuerza, resultaron manejables; el quinto toro se impuso al torero mexicano y lo mand¨® a la enfermer¨ªa. Fernando Roble?o es un novillero con muchos recursos. A su primer toro lo tore¨® a base de tandas de derechazos y naturales, con manoletinas como adorno. A su segundo volvi¨® a torear con ambas manos, en esta ocasi¨®n con derechazos muy largos. Naturales a pies juntos y ayudados por alto. Tal vez adolece de jugar con demasiadas ventajas de cara al p¨²blico.El torero mexicano Jos¨¦ Orozco Jalisco es un buen capotero, como los de su geograf¨ªa jalisciense. Tore¨® con un variado repertorio con el percal. Tiene una planta muy torera. Seg¨²n contaban por el tendido, lleva viviendo en Sevilla tres a?os. Se le nota que hace un toreo muy espa?ol, de corte art¨ªstico, lo que pasa que est¨¢ bastante verde todav¨ªa. En su segundo novillo estuvo a merced del animal. Tore¨® demasiado embarullado, porque no entendi¨® que a ese novillo hab¨ªa que doblegarlo con la muleta y no torear al son que mandaba el toro. Lamentablemente, recibi¨® un par de volteretas que le hicieron pasar a la enfermer¨ªa, una vez que mat¨® al morlaco.

Rafael de Julia es otro buen capotero, pero tuvo el inconveniente de dejarse un novillo precioso, tanto de estampa como de embestida, por no saberle dar aire una vez que el animal sali¨® del caballo. Se parti¨® un pit¨®n por no cuidar ese novillo, que era excelente. Quiso aprovechar el pit¨®n derecho, el bueno, pero el p¨²blico no estaba para perdonarle puesto que el novillo echaba sangre por ese pit¨®n como un manantial. En su segundo volvi¨® a torear muy bien con el capote. En la faena instrument¨® tandas de derechazos y naturales, algunos de buena factura, y otros algo despegaditos. En muchos momentos aparentaba que era m¨¢s torero de lo que realmente mostraba.

Este III Encuentro Mundial de Novilleros es una ocasi¨®n ¨®ptima para pulsar c¨®mo puede venir la temporada de este a?o. O deber¨ªa serlo. Los valores j¨®venes aportan las ansias de ser figuras, y de ah¨ª que en los quites se roben capotazos unos a otros. Pero eso est¨¢ bien porque explica que quieren ser toreros y no desean desaprovechar cualquier instante que acaezca en la lidia.

De otro lado, tambi¨¦n se les aprecia a estos j¨®venes algunos aspectos de las picard¨ªas que llevan las figuras. Por ejemplo, el hacer de los novillos; en este caso, se estrellaron bastante continuamente contra los burladeros. De ah¨ª que dos de ellos se partieran los pitones. Esto lo ven hacer a las figuras y, por ende, lo aplican para ellos mismos. Sin embargo, eso es justamente lo que no tienen que imitar de las figuras. Vale m¨¢s que ellos pongan la emoci¨®n, el inter¨¦s, las ansias de ser toreros sin pensar en lo que hacen las figuras. Importa que ellos sean figuras, por derecho. Las trampas vendr¨¢n m¨¢s adelante, y ser¨¢n imitados por nuevos j¨®venes que a¨²n est¨¢n correteando con pantal¨®n corto.