Unas 2.500 personas se concentran en las calles de Berga para protestar por las agresiones contra j¨®venes de la localidad

Berga cambi¨® los gritos y los c¨¢nticos de guerra de la Patum por el silencio pacificador. Unas 2.500 personas llenaron ayer la plaza de Sant Pere, donde cada a?o el d¨ªa del Corpus se celebra la fiesta de la Patum. En este mismo lugar ayer se reclamaba paz y seguridad en la vida nocturna de la ciudad. La concentraci¨®n llegaba despu¨¦s de una oleada de agresiones efectuadas el viernes y el s¨¢bado de la semana pasada por un clan familiar presuntamente relacionado con el mundo de la delincuencia y la droga.Al parecer, miembros de este colectivo atacaron hace una semana a varios j¨®venes que sal¨ªan de un bar: hirieron de gravedad con arma blanca a uno de ellos, y otros seis resultaron heridos de diversa consideraci¨®n.

La acci¨®n puso en alerta a la ciudad. A los j¨®venes que se sintieron agredidos, a los pol¨ªticos que est¨¢n amenazados y a las fuerzas de seguridad que, a pesar de haber detenido en varias ocasiones a algunos de los integrantes de este grupo por diversos delitos, no han erradicado la violencia. En la plaza de Sant Pere coincidieron gentes de todos los espectros sociales y pol¨ªticos de la ciudad para pedir un¨¢nimemente que se ponga fin a la violencia.

Tras la manifestaci¨®n de condena de los hechos, el alcalde de Berga, Josep Maria Badia, se mostr¨® satisfecho tanto por el alto grado de movilizaci¨®n de la ciudadan¨ªa como por la serenidad con que se ha actuado. El alcalde de la localidad prometi¨® el m¨¢ximo rigor en el control del grupo violento, cinco miembros del cual se encuentran en prisi¨®n tras ser detenidos poco despu¨¦s de cometer el ataque de la semana pasada.

Como medidas para mantener la seguridad, tanto la polic¨ªa local como los Mossos d'Esquadra han reforzado la vigilancia este fin de semana y lo continuar¨¢n haciendo en los pr¨®ximos, hasta lograr que la ciudad recobre el clima de tranquilidad que respira habitualmente.