C¨®mo convivir con el arte contempor¨¢neo
La entrada en los hogares de instalaciones y piezas de car¨¢cter ef¨ªmero y tecnol¨®gico plantea una nueva relaci¨®n del coleccionista con la obra
Una de las cuestiones que, relacionadas con el coleccionismo, ha planteado el arte contempor¨¢neo, debido a la expresi¨®n y complejidad de soportes con los que ¨¦ste se ha manifestado, es la posibilidad de que muchas de las piezas, bien sea por tratarse de instalaciones que requieren grandes espacios, por su complejidad tecnol¨®gica o por su car¨¢cter de pieza ef¨ªmera, dificultan la posibilidad de que el coleccionista privado las adquiera para instalarlas en su hogar. Son, en este sentido -o al menos ¨¦sta es la idea generalizada que se ha querido transmitir-, obras cuyos destinatarios han de ser los espacios de los museos y centros de arte o, en su defecto, las dependencias de grandes empresas.En una mesa redonda celebrada el pasado viernes en el marco del Collectors Forum, que ha reunido en Arco a coleccionistas de todo el mundo, se plante¨® por parte de la mayor¨ªa de los participantes una nueva sinton¨ªa de relaci¨®n entre el coleccionista y la obra. Una relaci¨®n de intimidad familiar con la pieza, que no excluye, sino que fomenta, la posibilidad de que la pieza privada tambi¨¦n tenga una difusi¨®n p¨²blica. Los participantes demostraron con el relato de su experiencia que cualquier obra de arte puede formar parte del paisaje cotidiano de sus propietarios.
La mesa redonda fue moderada por Manuel E. Gonz¨¢lez, director del programa de arte del Chase Manhattan Bank y comisario, junto a Carmen Gim¨¦nez, de la exposici¨®n KCHO: Las columnas infinitas, que se presenta estos d¨ªas en el Palacio de Cristal del parque del Retiro.
Consenso familiar
El argentino Juan Augusto Vergez plante¨® una de las premisas b¨¢sicas para todo coleccionista: el consenso familiar. "Tengo esposa y cuatro hijos. Es fundamental que exista una sinton¨ªa con toda la familia, porque estar volcado con el coleccionismo representa muchas cosas m¨¢s. En casa convivimos con el arte y eso requiere la complicidad de toda la familia". Vergez empez¨® a coleccionar arte latinoamericano en 1985. "Compr¨¦ obras de los a?os sesenta en adelante, pero finalmente decid¨ª que me dedicar¨ªa a coleccionar arte del momento", explic¨®.
La singularidad de este coleccionista se encuentra en la circunstancia de que las piezas que ha ido adquiriendo han ocupado en su hogar el espacio de los muebles hasta pr¨¢cticamente no dejar ninguno. Incluso varias de las piezas, pensadas para ir en el suelo, han ocupado el techo de la casa. "Algunas de las obras configuran espacios que nos hacen sentir confortables". Vergez dedica el cari?o cotidiano a una de las piezas como si se tratara de una planta. "Tenemos una pieza de la brasile?a Valeska Su¨¢rez, que es una fuente, que adem¨¢s tiene aroma. Hay que dedicar tiempo a conservarla y sabemos que tiene un car¨¢cter ef¨ªmero, que un d¨ªa dejaremos de tenerla, pero lo importante es que hemos disfrutado de ella".
Esta idea tambi¨¦n fue recogida por el alem¨¢n Rolf Hoffman, que particip¨® en la charla junto a su esposa, Erika. Ambos, relativizando el instinto posesivo y exclusivista de algunos coleccionistas. "Hay que tener en cuenta que las obras nos superar¨¢n en el tiempo", afirmaron. El matrimonio Hoffmann se traslad¨® de Colonia a Berl¨ªn para vivir y trabajar en 1997. All¨ª rehabilitaron una antigua f¨¢brica de la zona este de la capital alemana, en donde hay actividad laboral durante toda la semana, que se desarrolla en medio de instalaciones y todo tipo de piezas contempor¨¢neas. En la planta baja del edificio abrieron un pasillo que se convirti¨® en una nueva calle p¨²blica, por la que pueden transitar los ciudadanos durante el d¨ªa y para la que encargaron a un artista una intervenci¨®n del espacio. Cada s¨¢bado, mediante visita concertada, ofrecen el resto de su espacio al p¨²blico para compartir su pasi¨®n".
La brasile?a Isabella Pratta, para quien "el arte es la manera de comunicarse con el mundo", tambi¨¦n tiene una casa repleta de piezas art¨ªsticas. Instalaciones luminosas que conviven con los tradicionales electrodom¨¦sticos. Est¨¢ casada, tiene dos ni?os, y la colocaci¨®n de las piezas es discutida en familia. Incluso uno de sus hijos se ha iniciado en el coleccionismo, gracias a la bondad crediticia de alg¨²n galerista.
Isabella Pratta es asesora de la edici¨®n brasile?a de la revista Vogue, en cuyas p¨¢ginas ha publicado reportajes en los que se muestra claramente que el arte contempor¨¢neo no est¨¢ re?ido con el confort, la elegancia y el gusto en un hogar.
No sent¨ªa esta comodidad Patrizia Sandretto Re Rebaudengo en su infancia. "He crecido rodeada de obras de arte antiguas que para m¨ª eran s¨®lo decoraci¨®n", explic¨®. En 1992 decidi¨® que su entorno ten¨ªa que estar en consonancia con su sentir y su tiempo, y decidi¨® dedicarse al arte contempor¨¢neo. La voluntad de compartir, junto con el inter¨¦s de apoyar a artistas j¨®venes, le llev¨® a crear la Fundaci¨®n de Arte Sandretto Re Rebaudengo, que tambi¨¦n promueve el disfrute p¨²blico de su colecci¨®n.
Alejado del inversor
Para la coleccionista, el papel del comprador de arte tiene que estar alejado de la mentalidad de inversor. "Adquirir arte no es jugar a bolsa. Por cada artista nuevo que triunfa en el mercado, cien se quedan al margen". Patrizia Sandretto Re Rebaudengo afirma que lo que le gusta "es detectar tendencias, que no quiere decir seguir las modas".
La coleccionista italiana encuentra un mayor aliciente en la adquisici¨®n de obras de sus contempor¨¢neos, porque ha compartido con ellos las mismas experiencias vitales. "Para m¨ª es una aventura saber que comparto con los artistas los mismos libros, las mismas pel¨ªculas, las mismas referencias", explic¨®.
Tambi¨¦n tiene la misma voluntad de difundir su colecci¨®n el conde italiano Panza di Biumo. Junto a su esposa, Rosa Giovanna Magnifico, empez¨® a coleccionar obras en 1956 y fue acumulando expresionistas abstractos, informalistas, conceptuales, pop y minimalistas. Compr¨® firmas clave del arte contempor¨¢neo en un momento en que su posici¨®n en el mercado del arte todav¨ªa no se hab¨ªa consolidado. "No creo en el artista de ¨¦xito r¨¢pido. Para m¨ª, esto es sin¨®nimo de moda", afirm¨®.
Panza di Biumo posee unas 2.500 obras, la mitad de las cuales se encuentran en el MOCA de Los ?ngeles, en el Guggenheim y en el Museo Cantonal de Lugano. Tambi¨¦n tiene piezas en pr¨¦stamo en el Museo de Gubbio y en el Museo de Arte Moderno y Contempor¨¢neo de Rovereto, actualmente en construcci¨®n.
Babelia
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