Donativos y frusler¨ªas
?lvarez del Manzano ha contratado a un se?or llamado Bujidos para que se indigne por ¨¦l cuando le piden las cuentas. El otro d¨ªa, el se?or Bujidos daba tales gritos de indignaci¨®n en una emisora de radio que una radioyente le llam¨® por error "se?or Mugidos". Gritaba sin contenidos formales o sem¨¢nticos reconocibles, de ah¨ª quiz¨¢ el lapsus de la radioyente. Hay personas que se indignan de este modo para despistar, porque lo cierto es que cuando al se?or Mugidos o Bujidos, que ya estoy hecho un l¨ªo, se le preguntaba por los viajes del alcalde respond¨ªa no sabe no contesto. Ahora ya sabemos lo que escond¨ªa debajo de sus gritos: un par de viajes privados financiados con dinero p¨²blico. Para llegar ah¨ª hemos tenido que enterarnos de cosas que no nos interesaban lo m¨¢s m¨ªnimo: que la se?ora del alcalde se llama Eulalia, por ejemplo, o que a ¨¦l le gusta que se sepa que est¨¢ casado; insiste mucho en esta tonter¨ªa, ignoramos por qu¨¦.A m¨ª, sin embargo, me da igual el estado civil de nuestro regidor. Y lo de que su se?ora se llame Eulalia ni me va ni me viene. No s¨¦ por qu¨¦ tengo que enterarme todo el d¨ªa de cosas que no me interesan, cuando se me hurtan continuamente las que afectan a mi patrimonio.
Bien, su se?ora de usted se llama Eulalia, de acuerdo, y usted tiene el vicio de que todo el mundo sepa que usted est¨¢ casado con do?a Eulalia, me parece muy bien; pero ?ha hecho m¨¢s viajes privados como el de Mallorca? De eso se trata, se?or alcalde, por favor. Cuando yo no pago una multa, llega usted y me embarga la cuenta corriente. Me la ha embargado ya m¨¢s de una vez sin que yo le contara a usted mi vida. Pregunto, pues: si yo le dijera que estoy casado y le diera el nombre de mi mujer, ?me quitar¨ªa usted la multa? Sospecho que no porque no tiene nada que ver una cosa con otra. A ver si es posible que encontremos un territorio com¨²n para entendernos, porque es que entre los razonamientos de usted y los mugidos del se?or Bujidos no hay forma de establecer una conversaci¨®n medianamente razonable. M¨¢s cosas: mi se?ora (en el caso de que servidor est¨¦ casado, que no le digo ni que s¨ª ni que no) jam¨¢s ha estado en una mesa petitoria, o como se llamen estas mesas de se?oras absurdas. Pero, de haberlo estado, a m¨ª no se me habr¨ªa ocurrido pavonearme delante de ella con un donativo de 60.000 pesetas que le he cogido previamente a mi vecino.
Si usted quiere presumir de potencia econ¨®mica delante de do?a Eulalia cuando do?a Eulalia se encuentre en estado petitorio, h¨¢galo con su dinero de usted, que para eso tiene inmobiliarias. Ya me gustar¨ªa a m¨ª pasar por las dificultades econ¨®micas de las que usted se lamenta. O sea, que muy mal lo de los donativos, el de la mesa petitoria de su se?ora y los otros. El dinero municipal est¨¢ para lo que est¨¢. As¨ª que vaya usted descont¨¢ndome del pr¨®ximo embargo la parte correspondiente a estas limosnas y no vuelva a cobrarme las multas que le ponen a su ch¨®fer. Por cierto, que Bujidos afirm¨® tan tranquilo en la radio que el ch¨®fer incumpli¨® la legislaci¨®n vigente sobre la limitaci¨®n de velocidad por ¨®rdenes superiores, de ah¨ª que el Ayuntamiento se hubiera hecho cargo de la multa. A ver si lo entendemos: ordenan ustedes cometer un acto ilegal y las consecuencias las pago yo con mis impuestos. Es lo que dec¨ªamos antes: que si no hay un pensamiento racional es muy dif¨ªcil discutir. Y en este asunto aparecen mezcladas las santas cofrad¨ªas, las mesas petitorias de se?oras absurdas, una boda en Mallorca, un viaje a Sevilla, una esposa y varios abusos de autoridad.
?O no es un abuso de autoridad que salga usted con la patochada de que no piensa decir una palabra m¨¢s mientras estemos en periodo preelectoral? En periodo preelectoral estamos siempre, se?or m¨ªo. Y a m¨ª me ha embargado usted la cuenta m¨¢s de una vez en periodo preelectoral. Por cierto, que nunca me he quejado por no discutir, aunque s¨¦ perfectamente que pierden el 42% de los recursos. Lo acepto todo, vamos. Puede usted entrar a saco en mi cuenta corriente y cobrarse todas la multas que quiera, pero a cambio h¨¢game usted el favor de decirme si se ha gastado m¨¢s dinero p¨²blico con su se?ora, aunque su se?ora de usted se llame Eulalia. O sea, que no nos venga otra vez con la cantinela de que est¨¢ casado y de que es muy feliz, una cosa no tiene nada que ver con la otra. De paso, d¨ªgale al se?or Bujidos o Mugidos que no grite tanto en las emisoras de radio, porque da la impresi¨®n de querer tapar algo feo con sus aullidos. En otras palabras, que no le hace a usted ning¨²n favor. Suyo afect¨ªsimo.
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