Ranieri castiga al Atl¨¦tico

A Claudio Ranieri, resultadista por antonomasia, le sacuden los n¨²meros, su ¨²nico gancho: el Atl¨¦tico est¨¢ ya a dos puntos del descenso, hoy por hoy es el equipo m¨¢s goleado de Primera y s¨®lo el Betis ha perdido m¨¢s partidos. Cabe que tambi¨¦n est¨¦ entre los que peor juegan, aunque ¨¦se es el t¨ªtulo m¨¢s disputado en este pesti?o de Liga. Adem¨¢s, el jugar bien o mal no es cuesti¨®n que inquiete a Ranieri, tan italiano ¨¦l. Pero ocurre que su f¨®rmula italianizadora -pura ficci¨®n- es un fracaso. ?No sostienen los modistos del calcio que todo empieza en la defensa?, ?no presumen de manejar los partidos a su antojo?, ?no hab¨ªamos quedado que para un italiano un simple gol de ventaja es una fortuna incalculable? Nada de nada. Un cuento chino que Ranieri ha convertido en una pesadilla.Un mal sue?o que ayer se reprodujo en Santander con toda su crudeza. De entrada, Ranieri espos¨® al banquillo a Kiko y Solari, que teorizaron durante la semana con la conveniencia de que ambos jugaran junto a Valer¨®n. El t¨¦cnico italiano debi¨® pensar que tal atrevimiento roza la desfachatez. Por tanto, a la orilla del banco. El resultado fue un Atl¨¦tico m¨¢s plomizo que de costumbre, dise?ado para chocar, correr, brincar, empujar, saltar...Pero como el f¨²tbol es caprichoso, en un suspiro se puso arriba con un gol de Roberto, en su partido centenario con los rojiblancos. Un golpe que dej¨® aturdido al Racing, que flota desde hace semanas por la cola de la clasificaci¨®n. Los c¨¢ntabros est¨¢n en manos del paraguayo Gustavo Ben¨ªtez, un tipo singular que ha dotado al equipo de un aire atrevido del que suele aprovecharse el enemigo. Ben¨ªtez acostumbra a situar s¨®lo tres defensas, sin laterales -el largo recorrido es exclusiva de Manjar¨ªn y Amavisca-. Fruto del tembleque que se ha apoderado del Sardinero, el t¨¦cnico, al perder a Manjar¨ªn poco antes del inicio por una gripe, apost¨® por cuatro defensas puros y s¨®lo tres centrocampistas. El Racing pag¨® su inferioridad en el centro, la zona m¨¢s industriosa del Atl¨¦tico, y no tuvo la posesi¨®n.

Con todo de cara, los rojiblancos se sintieron inc¨®modos: en este equipo la pelota es un incordio. As¨ª que el Atl¨¦tico solt¨® lastre, le tir¨® el bal¨®n al Racing y decidi¨® jugar al rebote. Una invitaci¨®n temeraria, aunque no lo crea Ranieri. Los c¨¢ntabros encontraron el remedio que no ten¨ªan. El que m¨¢s renta sac¨® fue Munitis, al que no conviene ceder la pelota y, mucho menos, el espacio que le concedi¨® Gaspar en los dos fant¨¢sticos goles de Vivar Dorado.

Volteado el marcador, el Racing devolvi¨® la iniciativa y pudo fundir al Atl¨¦tico a la contra, pero Molina super¨® a Salva. Los madrile?os pusieron todo el coraz¨®n en la partida -?qu¨¦ contraataque c¨¢ntabro frustr¨® Hasselbaink en los aleda?os de Molina!-, pero apenas probaron a Lemmens. A ¨²ltima hora Ranieri tom¨® su ¨²nica decisi¨®n sabia de la tarde: ech¨® mano de Kiko y Solari. De paso mand¨® su en¨¦simo mensaje distorsionado: de entrada, con los buenos es m¨¢s f¨¢cil perder; pero en caso extremo son el ¨²nico recurso para evitar la derrota. Vaya castigo.