Tom Cruise y Jason Robards logran un gran d¨²o en la bella y extra?a 'Magnolia' Larga y cerrada ovaci¨®n a la pel¨ªcula espa?ola 'S¨¦ quien eres' en la secci¨®n Panorama
Magnolia es una bella y desmedida pel¨ªcula coral. M¨¢s de tres horas de cine intimista que al final se rompe en una extra?a met¨¢fora apocal¨ªptica. La escribi¨® y dirigi¨® Paul Thomas Anderson y una veintena de actores llena de talento, un reparto en el que Jason Robards y Tom Cruise bordan un idilio padre-hijo de enorme vigor. La secci¨®n Panorama recibi¨® con una ovaci¨®n a la excelente pel¨ªcula espa?ola S¨¦ quien eres, dirigida por la debutante Patricia Ferreira. Dar¨¢ que hablar esta intensa exploraci¨®n de nuestra amnesia hist¨®rica.
Desde que, el segundo d¨ªa de esta Berlinale, concurs¨® el filme japon¨¦s Coro de muchachos, no se hab¨ªa vuelto a ver aqu¨ª otra pel¨ªcula de talla digna de un festival de esta especie. Hasta que ayer lleg¨® la estadounidense Magnolia, extra?a pel¨ªcula que en todos los aspectos se sale de la norma y propone un caso rar¨ªsimo de cine l¨ªrico, casi intimista, pero con anchura y duraci¨®n de obra ¨¦pica. Son m¨¢s de tres horas de cine intrincado, no siempre f¨¢cil de ver, pues recorre muchos itinerarios argumentales que se agolpan y a veces crean dificultades de orientaci¨®n en el espectador.Reproduzco, tal como fueron escritas, con imprecisiones y balbuceos, algunas anotaciones a pie de pantalla que sugiri¨® a este cronista, para orientarse dentro de ella, la proyecci¨®n de Magnolia: "Los tres sucesos ver¨ªdicos iniciales dan la clave formal de la partitura del filme, que va a discurrir sobre un vertiginoso tejido de cruces y de azares. El juego del azar y la necesidad es la materia con la que quiere jugar Paul Thomas Anderson, guionista y director. Es la materia de la comedia y la tragedia fundidas. El itinerario de cada uno de los personajes se interfiere y entromete en el de los otros, en una combinaci¨®n de destinos en forma musical de contrapunto. Concepci¨®n musical de la construcci¨®n del filme. ?C¨®mo sortear, entre tanto uso del azar, el peligro de la arbitrariedad? ?D¨®nde est¨¢ el punto de la vertebraci¨®n y la configuraci¨®n de tantas historias en una sola?".
La pantalla se va cargando poco a poco de signos ocultos y de ¨¦stos es de donde nace esa vertebraci¨®n. Hay un desvelamiento progresivo de cada personaje frente a otro. Las apariencias se disuelven y la trastienda sale a la luz a trav¨¦s de poderosas im¨¢genes clave, como el genial mon¨®logo ag¨®nico de Jason Robards, que nos hace entender la naturaleza de lo que le ocurre a su hijo, el hasta entonces incomprensible Tom Cruise, que de pronto se vuelve di¨¢fano. Un personaje desvela a otro. La formidable historia del polic¨ªa enamorado de la drogadicta es lo mismo. Uno revela el rostro de otro. Al mirarlo se convierte en su espejo.
Imagen ins¨®lita de la vida en una peque?a ciudad de California, Magnolia tiene algo de ese realismo sucio que Robert Altman tom¨® prestado a la literatura de Raymond Carver para disolverlo en las im¨¢genes de Short cuts. Pero tiene tambi¨¦n Magnolia algo de rechazo a las consecuencias totalmente pesimistas de ese realismo. Carver y Altman son gente demasiado incr¨¦dula para Anderson, que tiene un fondo de viejo predicador. Su recurso al castigo b¨ªblico tiene aires facilones de una redenci¨®n de catequesis. Pero nadie puede quitarle a este extra?o hombre de cine el coraje de emprender y consumar una pel¨ªcula de esta desmesurada magnitud, casi inconcebible en el comercio actual de celuloide.
Riqueza y precisi¨®n
Mientras tanto, en el Panorama volvi¨® a pisar fuerte una pel¨ªcula espa?ola. S¨¦ quien eres abarrot¨® la gran sala 7 de los ultramodernos CinemaXX. Fue respirada en medio de un intenso silencio y su final abri¨® una larga y un¨¢nime ovaci¨®n. S¨¦ quien eres es una pel¨ªcula que entra y se ve con ligereza, pues tiene un corte formal gen¨¦rico y est¨¢ basada en un gui¨®n muy bien ordenado y graduado, lo que es primordial cuando se est¨¢ moviendo un juego de intriga, una pura averiguaci¨®n, que requiere afinar el sentido del cine como diversi¨®n.
Patricia Ferreira, pese a ser una debutante, ha cogido con fuerza y claridad, las riendas de ese buen gui¨®n y lo ha multiplicado gracias a su notable posesi¨®n del oficio y el instinto de filmar y a su exquisito entendimiento con los int¨¦rpretes, que bordan su intrincado trabajo, logrando Miguel ?ngel Sol¨¢ y Ana Fern¨¢ndez, los protagonistas, un hermoso d¨²o con tres caras -la amorosa, la patol¨®gica y la policiaca-, todas ellas llenas de riqueza y de precisi¨®n.
Babelia
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