El viaje interior
F¨¦nix, por la compa?¨ªa de Vicente S¨¢ez. Maybe Tomorrow, por El Ojo de la Faraona. Dansa Val¨¨ncia. Teatro Principal y Teatro Rialto. Valencia, 13 de febrero.
La impresi¨®n en algunos pasajes g¨¦lida de F¨¦nix, ¨²ltima creaci¨®n coreogr¨¢fica de Vicente S¨¢ez, no debe llamar a enga?o, puesto que la obra relata en cierto modo una especie de viaje interior erizado de dificultades. Ese calor contenido, que a¨²n as¨ª estalla muchas veces, entra en un fruct¨ªfero di¨¢logo con la c¨¢lida percusi¨®n del grupo Amores en directo, produci¨¦ndose uno de los encuentros m¨¢s feraces en la danza valenciana desde hace mucho tiempo. F¨¦nix es tambi¨¦n, probablemente, la coreograf¨ªa m¨¢s narrativa de Vicente S¨¢ez hasta la fecha, y algunos indicios permiten suponer que se trata de una especie de punto y aparte en la brillante carrera de su autor. Una escenograf¨ªa que plantea sus propios misterios, que ir¨¢n desvel¨¢ndose a lo largo del recorrido del espect¨¢culo, contribuye a la creaci¨®n de una atm¨®sfera m¨¢s liricom¨ªstica que misteriosa, que va cobrando densidad a medida que cumple su ciclo por sus propios lugares rituales de paso, para fundirse de manera gozosa en los brillantes pasajes de la plenitud consumada y el inmediato renacimiento a la vida, desprovisto ya de cualquier adherencia interior. Un trabajo que gana en densidad a medida que avanza y que habr¨¢ que ver m¨¢s de una vez.Algo muy distinto es Maybe Tomorrow, especie de est¨¦tica de lo arbitrario de los canarios El Ojo de la Faraona, donde un recitativo en off situado entre el flujo libre de conciencia y el surrealismo sirve para situar un recorrido abierto que trata de fundir el vac¨ªo en la sucesi¨®n de instantes con la inanidad del instante mismo. Si no hay argumento todo est¨¢ permitido, de modo que los int¨¦rpretes charlan a veces entre s¨ª, hacen como que se cuentan chistes, se ven de pronto estorbados por obst¨¢culos grotescos, y hay algunas dosis de humor. Todo en medio de una escenograf¨ªa que alude al romanticismo para ridiculizarlo situ¨¢ndose entre el arte povera y la desolaci¨®n beckettiana, escenario perfecto para una coreograf¨ªa desde?osa con los relieves del presente y que lo mismo, aunque no ser¨ªa igual, podr¨ªa no bailarse en absoluto.
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