El pa¨ªs de la risa loca
Un centro cultural organiza un taller l¨²dico para ense?ar a las personas a re¨ªrse
En el pa¨ªs de la risa loca a cualquiera que no se le dibuje una sonrisa en el rostro puede caerle un rayo l¨¢ser fulminante. La ¨²nica condici¨®n para transitar por este territorio imaginario es re¨ªrse a carcajada limpia.Ese pa¨ªs no es m¨¢s que un enorme sal¨®n del centro cultural Huerta de la Salud, en el distrito de Hortaleza, donde comenz¨® ayer un taller de risoterapia, una t¨¦cnica cuyo objetivo principal es "hacer re¨ªr a la gente y lograr que tenga una actitud positiva ante la vida".
El taller ha tenido tanta aceptaci¨®n entre los habitantes de la zona que ayer ya hab¨ªa una lista de espera de casi 100 personas. Y algunos, incluso, buscaban cualquier posibilidad de entrar a ¨²ltima hora. Las clases de risoterapia se extender¨¢n hasta el pr¨®ximo 15 de mayo, con sesiones cada lunes, a partir de las 17.30. Es la primera vez que esta actividad se lleva acabo en el distrito de Hortaleza, aunque ya antes se hab¨ªa puesto en marcha en otros centros culturales.
En la primera sesi¨®n y durante noventa minutos, Carmen Labella, la encargada de dirigir el taller, logr¨® que sus alumnos, 20 en total, abandonaran el miedo al rid¨ªculo y comenzaran a probar los beneficios de la risa. "?ste no es un curso pensado para prestar ayuda psicol¨®gica, b¨¢sicamente se trata de actividades l¨²dicas, pero est¨¢ claro que el cambio de actitud en las personas es notable, al margen de los beneficios fisiol¨®gicos que est¨¢ comprobabo proporciona la risa", contaba Carmen.
En el primer d¨ªa se trataba s¨®lo de una toma de contacto. Era el d¨ªa de las presentaciones. Pero la presencia repentina de c¨¢maras fotogr¨¢ficas y de televisi¨®n en la sala hicieron que la profesora tuviera que cambiar de t¨¢ctica.
En poco tiempo hizo que las participantes -todas mujeres- se olvidaran del agobio de la prensa y soltaran sonoras carcajadas. Para ello fue necesario comenzar con un ejercicio suave, de relajaci¨®n. Caminar por el sal¨®n e imaginarse paseando por el parque del Retiro en una bella ma?ana de sol y cielo azul. Durante ese peque?o recorrido una mirada entre dos iniciaba el contacto. Despu¨¦s fue cuesti¨®n de jugar. S¨®lo jugar. Como ni?as jugaron mujeres entre 15 y 77 a?os. Jugaron a pasear por un pa¨ªs de otro planeta, al juego de los equ¨ªvocos y a contarse historias. As¨ª, durante noventa intensos minutos. Con la pr¨¢ctica, dec¨ªa Carmen, sus alumnas estar¨¢n tan relajadas y "sueltas", que ser¨¢n capaces hasta de dirigir un show televisivo. La idea, cuenta, es que tambi¨¦n asistan hombres. "Pero ellos son m¨¢s reacios a este tipo de cosas y tienen m¨¢s inhibiciones", explicaba.
Al final de la jornada los rostros que al principio eran un poco t¨ªmidos y serios, parec¨ªan relucir. Carmen, de 77 a?os, se sent¨ªa feliz: "Me ha gustado mucho. Estoy maravillada de poder re¨ªrme del mundo".
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