Llu¨ªs Pasqual: "L'hort dels cirerers' es una historia de personas, personas y personas"
El Teatre Lliure pone en escena, con direcci¨®n de Llu¨ªs Pasqual y un largo reparto en el que figuran Anna Lizaran, Jordi Bosch, Ferm¨ª Reixach, Manel Dueso, Francesc Garrido, Teresa Lozano y Rosa Vila, una de las obras se?eras del repertorio universal: L'hort dels cirerers, de Anton Ch¨¦jov. "Esperamos encontrar el estado de gracia para hacer a Ch¨¦jov, ese poeta tan fr¨¢gil, y esta obra maestra", dijo ayer Pasqual al presentar el espect¨¢culo. "?Qu¨¦ es L'hort dels cirerers", se interrog¨® el director; y respondi¨®: "Una historia de personas, personas y personas". El montaje, en traducci¨®n de Joan Oliver, se estrenar¨¢ ma?ana y est¨¢ previsto que permanezca en cartel hasta final de temporada, una temporada que, previsiblemente, ser¨¢ la ¨²ltima del Lliure en su sede hist¨®rica de Gr¨¤cia, antes del traslado a Montju?c.
Es decir que este L'hort... ser¨¢ el ¨²ltimo espect¨¢culo en el Lliure. Llu¨ªs Pasqual quita hierro al asunto, recuerda que L'hort dels cirerers fue bautizado por su propio autor "comedia en cuatro actos", y subraya que, con los actores, ha "re¨ªdo mucho en los ensayos". Pero, a la vista de las circunstancias, habr¨¢ que encorsetarse el alma para afrontar algunos parlamentos de los personajes despidi¨¦ndose del jard¨ªn del t¨ªtulo, un jard¨ªn que transparenta, en este contexto, el viejo Lliure, la entra?able sala de Gr¨¤cia: "Ja ¨¦s hora de marxar", "Ad¨¦u, casa!; ad¨¦u vida passada!". Va a ser dif¨ªcil, pues, no sentir un nudo en la garganta cuando Anna Lizaran (Liubov Andreievna) diga las postreras l¨ªneas de su personaje: "Oh, el meu jard¨ª estimat, tan bonic, tan tendre, la meva vida, la meva joventut, la meva felicitat, ad¨¦u!... Ad¨¦u!... Donar l'¨²ltim cop d'ull a aquestes parets...".Tras Tot esperant Godot -la espera-, L'hort dels cirerers -la marcha- aparece, en una lectura restringida a los avatares del Lliure, como un nuevo cap¨ªtulo en la epifan¨ªa de la nueva sede del colectivo. Una nueva sede, en Montju?c, en el Palau de l'Agricultura, que significa un forzoso adi¨®s a una forma de hacer y entender el teatro -aunque s¨®lo sea por las dimensiones- y un abrir la puerta hacia nuevos horizontes. No cabe duda de que la ¨²ltima obra de Ch¨¦jov -fue estrenada por Stanislavski el mismo a?o de la muerte del autor, en 1904-, con ese viejo, amado jard¨ªn de cerezos que sale a subasta a causa de las deudas, es una alusi¨®n a este fin de partida.
Sin embargo, ya fuese por pudor o por subrayar la dimensi¨®n universal de la obra, Pasqual quiso ayer pasar deprisa sobre la relaci¨®n entre L'hort dels cirerers y la situaci¨®n del Lliure. "L'hort... no explica s¨®lo nuestra peque?a historia, todo el mundo tiene su jard¨ªn", zanj¨® rodeado de 12 de los int¨¦rpretes del montaje, que, con un total de 20, dispone del mayor reparto reunido nunca en un montaje del Lliure.
Pasqual, que afronta su segundo ch¨¦jov tras Les tres germanes, brome¨® diciendo que si a todo el mundo se le pone cara de "aburrimiento intelectual" al hablar de Beckett, con Ch¨¦jov "la gente pone los ojos en blanco y se lentifica; parece que sea un universo lleno de silencios y pausas, nost¨¢lgico. Y resulta que Ch¨¦jov dice bien claro que L'hort... es una comedia, e incluso discute con Stanislavski porque opina que ¨¦ste lo enfoca como una tragedia". Consider¨® Pasqual que el t¨®pico de un Ch¨¦jov lento y melanc¨®lico obedece a la tradici¨®n de los rusos blancos en Par¨ªs, "que proyectaban su nostalgia sobre un autor que no ten¨ªa nada de nost¨¢lgico". El director subray¨® que la duraci¨®n de su montaje es de una hora y cuarto la primera parte y menos de una hora la segunda.
Pasqual cree que hay en L'hort... "una poes¨ªa que sobrepasa el naturalismo; se trata de una ¨²ltima obra, igual que La tempestad, La flauta m¨¢gica, o el Falstaff de Verdi. Cuando grandes autores como Shakespeare, Mozart o Ch¨¦jov, poetas, llegan a ese alto momento final, hay una inteligencia, un sentido del humor, una sonrisa tierna, una serenidad que lo llenan todo".
"El espacio esc¨¦nico es esto", continu¨® el director se?alando la sala desnuda. "Pero hay todo lo que pide Ch¨¦jov".
El director a?adi¨® que conf¨ªa en que la magia de la casa, la especial qu¨ªmica que se produce en el Lliure a causa de la proximidad entre el p¨²blico y los actores, funcione una vez m¨¢s.
Cinco de los actores del reparto debutan en el Lliure. Uno de ellos es el veterano Santi Sans (1933), que encarna al entra?able Firs, lacayo de 87 a?os; y su caso es muy especial. ?l, que actu¨® en el antiguo teatro de la Cooperativa La Lleialtat -el actual Lliure-, ser¨¢ el encargado de decir el ¨²ltimo parlamento en el escenario -"Tancat. Se n'han anat..."- antes de que el Lliure de tantos recuerdos -personas, personas y personas- sea definitivamente historia.
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