Strip-tease mental
Ahora que nos estamos acercando al n¨²cleo de la campa?a electoral, y estamos ya pr¨®ximos a los discursos cuerpo a cuerpo y a los debates cara a cara, es el momento de recordar una vez m¨¢s a los pol¨ªticos que todo lo que digan podr¨¢ ser utilizado en su contra, por utilizar una frase hecha de las pel¨ªculas. No es una recomendaci¨®n para fomentar viejas virtudes como la prudencia o la templanza, sino un simple consejo para la eficacia de sus comunicaciones. Y es que, cada d¨ªa con m¨¢s frecuencia, las palabras y declaraciones de los pol¨ªticos dicen m¨¢s sobre sus propias caracter¨ªsticas que sobre los defectos de sus adversarios. Una tendencia realmente peligrosa para ellos mismos.Ejemplos. Hace unos d¨ªas, no muchos, Federico Trillo comparaba a distintas personalidades pol¨ªticas por su adecuaci¨®n para ocupar un Ministerio del Interior, de Econom¨ªa o de Exteriores. Ciscar frente a Mayor Oreja, V¨ªctor R¨ªos o Matutes y otras combinaciones posibles. Estoy convencido de que el se?or Trillo pretend¨ªa simplemente influir en su p¨²blico y siempre dentro de cierto estilo humor¨ªstico. Pero no se daba cuenta de que sus palabras tambi¨¦n destapaban la anatom¨ªa y parte de la fisiolog¨ªa de sus prejuicios. Seg¨²n parece, el ministro del Interior debe tener un aspecto robusto y llevar barba cerrada, el de Exteriores debe ser pulcro y tener cara de estar siempre en alg¨²n pa¨ªs lejano, el de Econom¨ªa, tener aspecto de nuevo rico, y as¨ª sucesivamente. Sus comparaciones revelan opiniones preconcebidas sobre un tipo de individuos o sobre grupos enteros, generalizaciones excesivas y muy simplificadas, es decir, revelan los estereotipos y los prejuicios del se?or Trillo. Peligroso, muy peligroso.
M¨¢s ejemplos. El se?or Rubalcaba se inventa una palabra nueva, aznarizar, para hacer referencia a cierta forma de comportamiento pol¨ªtico que critica en sus adversarios. No es bueno echar verbos. Ya es bastante absurdo y excesivo utilizar el nombre de una persona, junto con el sufijo -ismo, para inventarse una supuesta doctrina o sistema, como hizo la oposici¨®n de entonces con aquello del felipismo. Pero utilizar el apellido, el nombre de familia, para formar un verbo y expresar as¨ª un juicio acerca del sujeto, es tambi¨¦n una generalizaci¨®n excesiva. Estereotipar mediante el apellido es como juzgar a todos a trav¨¦s de uno solo, y ese es un mal s¨ªntoma pol¨ªtico. Si se pone de moda el procedimiento ret¨®rico del se?or Rubalcaba tendremos que soportar un mont¨®n de disparates y de asociaciones libres, porque resulta f¨¢cil y demasiado sugestivo utilizar en los debates el verbo gonzalear, como tambi¨¦n almunizar, y mejor ni pensar en rubalcabar. Y eso que no se le ocurri¨® intentarlo con los segundos apellidos, porque se habr¨ªa complicado terriblemente la vida.
Cuando habla un pol¨ªtico, debemos fijarnos m¨¢s en lo que descubre de s¨ª mismo que en lo que dice de sus adversarios. Creo que fue Ava Gardner quien, aburrida de la conversaci¨®n entre Clark Gable y Grace Kelly sobre las costumbres de las fierecillas salvajes, destap¨® sus aut¨¦nticas intenciones al decirles que estaban haciendo un strip-tease mental. Pues eso. Cuidado con el strip-tease mental, especialmente durante la campa?a de las pr¨®ximas elecciones.
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