Campa?a para erigir una estatua a la mujer en la plaza de Trafalgar de Londres Avanza un proyecto de homenaje a la participaci¨®n femenina en la II Guerra Mundial
La elecci¨®n de un nuevo monumento para la plaza de Trafalgar ha derivado casi en un asunto de inter¨¦s nacional. La columna del almirante Horacio Nelson preside uno de los enclaves m¨¢s reconocibles de la capital del Reino Unido, pero una de las cuatro basas ornamentales que la rodean sigue vac¨ªa desde hace 158 a?os. Se ha nombrado un comit¨¦ que escoja el monumento que, para la ciudadan¨ªa, ya est¨¢ claro. Debe instalarse una escultura que conmemore la aportaci¨®n de las mujeres brit¨¢nicas a la victoria aliada en la II Guerra Mundial.
El pomposo nombre otorgado al comit¨¦ que escoger¨¢ el monumento: Grupo Asesor para la Basa Vac¨ªa, est¨¢ formado por artistas, historiadores y urbanistas que, hasta el momento, ha servido de poco a la hora de tomar decisiones. Nombrado por Chris Smith, titular de Cultura, y presidido por sir John Mortimer, abogado, escritor y modelo de civismo, se re¨²ne una vez al mes en los s¨®tanos ministeriales. Convertida en un aut¨¦ntico ejercicio de estilo, dicha cita no ha logrado despejar ninguna de las dudas que impiden coronar la humilde base de piedra en litigio. ?Se busca honrar a otro h¨¦roe o m¨¢s bien resaltar un ideal? ?Hay que instalar una figura hist¨®rica, un grupo escult¨®rico contempor¨¢neo, una pieza educativa o un simple elemento decorativo?El grupo asesor reconoce que necesita m¨¢s tiempo para decidirse y ha aceptado gustoso cualquier sugerencia ciudadana. Como era de esperar, las propuestas recibidas hasta ahora oscilan entre lo formal (la reina Isabel II o Diana de Gales), pol¨ªtico (Nelson Mandela y Gandhi), cient¨ªfico (Dolly, la primera oveja cl¨®nica del mundo) y puramente festivo (una paloma urbana). Mortimer ha ido rechaz¨¢ndolas todas con la flema que le caracteriza, pero hay una idea que le resultar¨¢ m¨¢s dif¨ªcil descartar.
Una patrona de lujo
Patrocinada por Betty Boothroyd, presidenta de la C¨¢mara de los Comunes, cerca de 250 diputados e innumerables cartas de ciudadanos an¨®nimos, trata de conmemorar por fin el esfuerzo realizado por siete millones de mujeres brit¨¢nicas durante la II Guerra Mundial. Alistadas en el Ej¨¦rcito, trabajando en f¨¢bricas y granjas en remotas zonas rurales, cuidando enfermos o bien a sus familias mientras los hombres de la casa luchaban en el frente, "sin ellas hubiera sido imposible ganar la guerra", seg¨²n el mayor David Robertson, que representa a una asociaci¨®n ben¨¦fica empe?ada en erigir este monumento. "El recuerdo de su esfuerzo debe ser preservado para futuras generaciones", ha a?adido el militar, que cuenta con una patrona de lujo, la princesa Ana de Inglaterra. Para demostrar que est¨¢ muy al d¨ªa, ahora trata de interesar a otra brit¨¢nica famosa, Victoria Beckham, la spice pija del popular grupo de pop, para que les apoye.
John Mortimer, presidente del grupo asesor, admite que una triple escultura mostrando a una mujer de uniforme, otra vestida de trabajadora de f¨¢brica o granjera temporal y una m¨¢s en traje de civil llevando a un ni?o, es la propuesta m¨¢s popular para Trafalgar. "La plaza, sin embargo, no se llenar¨¢ a base de votos. Todas las ideas son bienvenidas y el comit¨¦ las tendr¨¢ en cuenta para tomar su propia decisi¨®n".
Mientras los expertos deliberan, la controvertida basa seguir¨¢ sirviendo de escaparate al aire libre para algunos artistas con ideas tan simples como radicales. Hasta el pasado d¨ªa 11, la coronaba una peque?a figura de Cristo con las manos cruzadas a la espalda firmada por Mark Wallinger. En marzo la sustituir¨¢ una enorme cabeza humana, un libro y un ¨¢rbol de Bill Woodrow. El pr¨®ximo a?o, la escultora Rachel Whiteread erigir¨¢ una basa invertida. Si las mujeres de la guerra pierden esta vez la partida, sir John y los suyos bien podr¨ªan apadrinar la segunda propuesta m¨¢s popular de las efectuadas hasta ahora. La misma aboga por convertir la basa vac¨ªa en un soporte escult¨®rico donde puedan exponer sus obras, por rotaci¨®n, cuantos artistas contempor¨¢neos lo deseen.
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