Retirados los cargos contra un profesor acusado de falsedad por intentar corregir el acta de un claustro
El abogado acusador de un catedr¨¢tico de instituto de Granada tuvo que retirar ayer en pleno juicio los cargos para no vulnerar "los principios del proceso penal". As¨ª, absuelto, termin¨® un sorprendente proceso judicial abierto por ?ngel Villanueva, secretario del instituto Cervantes y antiguo juez suplente de la Audiencia granadina, contra el catedr¨¢tico Pablo Alc¨¢zar. Su delito, pedir que se recogiera en el acta de claustro una intervenci¨®n suya. Villanueva y el fiscal lo acusaron de falsedad en documento y pidieron al principio 4 a?os de c¨¢rcel y 3 de inhabilitaci¨®n.
Una vez interrogados los testigos, con el peregrino prop¨®sito de aclarar si Pablo Alc¨¢zar intervino o no con la "parsimonia" suficiente como para dar a entender al secretario si deb¨ªa recoger sus palabras en el acta, tanto el fiscal como el acusador particular retiraron los cargos contra el profesor que, durante dos a?os, se ha visto envuelto en un laber¨ªntico proceso judicial. La mayor¨ªa de los testigos, profesores del colegio, aseguraron que Alc¨¢zar pidi¨® al secretario que incorporara al acta sus palabras.El letrado Enrique Ceres, que representaba en un principio al secretario del instituto (hasta que se retir¨® hace pocos d¨ªas), al director y a la jefa de estudios, decidi¨® no seguir adelante con la acusaci¨®n "a la vista del resultado contradictorio de la prueba".
Ceres explic¨® que a pesar de que sus clientes insist¨ªan en la comisi¨®n del delito de falsedad ¨¦l no ten¨ªa intenci¨®n de continuar pues "de lo contrario se vulnerar¨ªan los principios del derecho procesal".
Llamada telef¨®nica
A comienzos de febrero de 1997 Pablo Alc¨¢zar asisti¨® a un claustro del instituto de ense?anza media Miguel de Cervantes. Mediada la reuni¨®n abandon¨® la sala para contestar a una llamada telef¨®nica. Era su abogado quien le comunic¨® que acababa de recibir la respuesta del Defensor del Pueblo Andaluz a una queja presentada con anterioridad respecto a anomal¨ªas en los plazos para la elecci¨®n del director.
El catedr¨¢tico regres¨® al claustro, aguard¨® que concluyera la persona con el turno de palabra y a continuaci¨®n explic¨® la noticia, que el Defensor del Pueblo hab¨ªa aceptado que la elecci¨®n del director del centro fue an¨®mala.
En apariencia todo hab¨ªa transcurrido correctamente. Sin embargo, dos meses despu¨¦s, en el claustro siguiente, Alc¨¢zar descubri¨® que en el acta de la sesi¨®n anterior no constaba su intervenci¨®n. Para corregir la omisi¨®n se entrevist¨® con los responsables del instituto quienes le sugirieron que presentara un voto particular exigiendo que se a?adieran al acta las palabras que hab¨ªa pronunciado ante sus compa?eros.
El secretario, ?ngel Vallanueva, consider¨® dicho voto como un intento de falsificar el acta por lo que denunci¨® al catedr¨¢tico ante el juez. Villanueva sostuvo que Pablo Alc¨¢zar no dijo durante el Claustro lo que conten¨ªa el voto particular. La denuncia de Villanueva fue respaldada despu¨¦s por el director del instituto, Joaqu¨ªn L¨®pez-Sidro, y la jefa de estudios, Antonina Mart¨ªn, que ayer no acudi¨® a la vista oral.
En el juicio ante la Audiencia Provincial de Granada ni el secretario ni el director del instituto pusieron en duda que Pablo Alc¨¢zar intervino en el claustro para comunicar la resoluci¨®n del Defensor del Pueblo. En cambio, subrayaron que sus palabras fueron "informativas" y que nunca advirti¨® de que ten¨ªan que constar en el acta por lo que, su intento posterior de a?adirlas, constitu¨ªa un delito de falsedad.
Alc¨¢zar, por el contrario, explic¨® ayer que "dict¨®" su intervenci¨®n en el claustro e incluso que advirti¨® al secretario para que la incluyera. "Le¨ª lo que hab¨ªa escrito con parsimonia, aunque tengo por costumbre no mirar a nadie cuando hablo. Estaba convencido de que aquello era lo suficientemente importante para fuera transcrito en el acta", dijo.
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