En defensa de Calvo
Acudo en ayuda de Miguel Camacho, que el pasado d¨ªa 13, en esta secci¨®n, comentaba "estupefacto y horrorizado" la entrevista en el PA?S Andaluc¨ªa, con Carmen Calvo, consejera de Cultura. Acudo cordial para decirle que se equivoca. Y no por dar ca?a a la gobernante sino por excluyente y distra¨ªdo. Algo le impide entender lo que cualquiera entiende de la se?ora Calvo acerca de su hermano y rival pol¨ªtico. Decir que tiene "encefalograma plano" en su gesti¨®n no es verdad. Ataque si se lo pide el cuerpo, pero h¨¢galo con fundamento. Como dir¨ªan los j¨®venes andaluces del foro-idea que en estos d¨ªas se entrenan en el debate inteligente: ?datos! ?quiero datos!Lo suyo es pues una exageraci¨®n visceral y peligrosa por intolerante. Si, porque usted, que se dice ser "de los otros, de los andalucistas", quiere anular a los no creyentes. Por eso, yo tampoco quisiera tenerle a usted en el Parlamento andaluz. Aunque yo defienda su derecho a estar all¨ª, no quisiera tenerle, porque, antes que andaluz, soy un moro mierda, soy una prostituta callejera, soy gitano, soy drogadicto y hasta maric¨®n. Se preguntar¨¢ como puedo ser tantas cosas a la vez. Pues de siglos que soporto la aberraci¨®n de la exclusi¨®n, mi piel ya no aguanta, se cuartea. Y me penetra tanta miseria que me deviene en una multipropiedad del dolor.
Quisiera alarmarle lo suficiente como para hacerle pensar en esto: el m¨¢s m¨ªnimo localismo es un sida invasivo-destructor del cuerpo social. Pero atenci¨®n: el m¨¢s peque?ito signo de comprender/justificar uno solo de los aspectos de ese catetismo nos hace tambi¨¦n portadores-transmisores del virus. Si nos distraemos, podremos ver como lo de El Ejido, no es m¨¢s que la primera pompita del puchero que empieza a hervir. Desde lo andaluz, ese sentir de dolor y gozo que nos marca, le invito a so?ar con una Virgen del Roc¨ªo por la marisma ?a golpe de tam- tam! No quisiera personalizar en usted lo que intuyo esta ocurriendo en tantas mentes distra¨ªdas con los ismos. Perdone por ser intransigente en lo esencial. Yo no me distraigo.- . .
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.