La diferencia est¨¢ en la familia
Las pol¨ªticas exigen m¨¢s representaci¨®n femenina, aunque reconocen que las cosas est¨¢n cambiando poco a poco
El Parlamento andaluz est¨¢ formado por 109 esca?os. En la ¨²ltima legislatura s¨®lo 32 de ellos los ocuparon mujeres, un 29,35%. Ese es, punto arriba, punto abajo, el porcentaje que suelen conseguir las mujeres en la pol¨ªtica a pesar de que cada legislatura hay menos hombres en las listas electorales. ?D¨®nde est¨¢ el truco? Concha Caballero, parlamentaria de IU lo sabe bien. Por mucho que las listas se hagan de forma paritaria o ajustando los sexos a porcentajes m¨¢s generosos para la mujer, si ¨¦stas no aparecen en los primeros puestos, su misi¨®n queda relegada al adorno de las candidaturas. ?Qu¨¦ hacer? Caballero, fajada en la lucha feminista desde hace a?os, aboga por una f¨®rmula legal, a la francesa, que obligue a una representaci¨®n paritaria. Pero, como quiera que las cosas, con m¨¢s o menos lentitud, van cambiando, la parlamentaria de IU se permite una broma: "Esto no cambia m¨¢s que a palos".Este m¨¦todo, que tiene poco futuro social y pol¨ªtico, se ha traducido en la famosa discriminaci¨®n positiva en la que no todos los partidos est¨¢n de acuerdo. Hay un gran consenso a favor de este sistema entre las fuerzas de izquierda y el Partido Andalucista (PA), pero las populares mantienen algunas diferencias.
"Creo que la cuota es echar tierra sobre nuestro tejado", afirma Carolina Gonz¨¢lez Vigo, parlamentaria popular desde 1994 y una de las mujeres m¨¢s j¨®venes del Parlamento, 29 a?os. "Me resisto a las cuotas l¨¢cteas, eso es presentarse ante la sociedad como una imposici¨®n". "A las izquierdas y a las comunistas se les cae el argumento por su propio peso. En el PP se est¨¢n consiguiendo puestos de responsabilidad", a?ade Gonz¨¢lez Vigo. Sin embargo, Ana Mar¨ªa Corredera (PP), 32 a?os, parlamentaria andaluza desde 1994, defiende las cuotas tanto en pol¨ªtica como en el trabajo "porque es una forma de ir acortando diferencias".
Y, de nuevo, mientras Corredera piensa, desde una postura m¨¢s centrista, que todas las mujeres batallan por la igualdad de oportunidades sin distingos ideol¨®gicos, su compa?era Gonz¨¢lez Vigo, sin desde?ar la antigua lucha de las feministas, afirma que fueron las mujeres procedentes de sectores conservadores las que comenzaron la defensa de la igualdad puesto que "ten¨ªan un nivel econ¨®mico superior y, por tanto, una formaci¨®n mayor".
Respecto a la discriminaci¨®n positiva, Ana Uru?uela, 28 a?os, candidata al Senado por el PA, dice que la experiencia en pol¨ªtica le ha llevado a pensar que las cuotas "son importantes y determinantes". "La discriminaci¨®n positiva es necesaria para los dos g¨¦neros all¨¢ donde est¨¦n subrepresentados", a?ade.
Por seguir en pol¨ªtica, hay que dejar constancia de otra queja: la falta de mujeres en los puestos org¨¢nicos de los partidos. "Eso es cierto", dice Isabel Pozuelo, congresista del PSOE. "Ah¨ª siguen los chicos", afirma Concha Caballero, de IU. Y tambi¨¦n se queja de lo mismo Mar¨ªa Teresa Jim¨¦nez Vilches, candidata socialista al Parlamento por Granada.
Familia
Jim¨¦nez Vilches apunta una diferencia entre la izquierda y la derecha, para seguir este debate, en la que han coincidido otras mujeres: "El PP defiende a la familia m¨¢s que a la mujer, o a la mujer a trav¨¦s de la familia, mientras que los progresistas creen en la superaci¨®n global de las desigualdades".
Concha Caballero hab¨ªa dicho lo mismo unas horas antes: "No son capaces de separar el concepto de mujer del concepto de familia". Pero Caballero hace tambi¨¦n una cr¨ªtica a la izquierda: "La lucha feminista sigue siendo patrimonio de la izquierda pero hemos perdido mucho, hemos dejado esa bandera a cierta pol¨ªtica de imagen del PP. Nos cogi¨® con el paso cambiado y con un discurso interiorizado sobre la mujer. Han puesto mujeres en muchas alcald¨ªas, la presidenta del Senado [Esperanza Aguirre] y la propia candidata andaluza [Te¨®fila Mart¨ªnez]. Han actuado de forma inteligente, pero el mensaje feminista sigue siendo de la izquierda, aunque no dudo de la val¨ªa de ¨¦stas.
Efectivamente, las mujeres del PP echan mano de los nombres femeninos que encabezan sus ayuntamientos y otras instituciones hasta el punto, en algunos casos, de relegar a ¨¢mbitos estrictamente rurales, la discriminaci¨®n de la mujer.
No es tan cierto. Las estad¨ªsticas demuestran lo contrario en otros sectores: la econom¨ªa, por ejemplo, el periodismo, sin ir m¨¢s lejos, o el poder, en may¨²sculas. Estos ejemplos los pone Blanca Alc¨¢ntara, 45 a?os, parlamentaria desde 1990 y con una larga trayectoria feminista. Dice Alc¨¢ntara: "Si la poblaci¨®n femenina es igual o superior a la masculina, es de justicia que, una vez superado el bache de la formaci¨®n, las mujeres est¨¦n representadas en todos los ¨¢mbitos". Su compa?era en el Congreso, Isabel Pozuelo, se manifiesta en los mismos t¨¦rminos, y por eso bromea, pero afirma: "La discriminaci¨®n positiva, es muy positiva". Alc¨¢ntara dice adem¨¢s que no vale el ejemplo de Te¨®fila Mart¨ªnez, ni de el Margaret Thatcher. "La mayor¨ªa no llega".
Al otro lado del color pol¨ªtico, Mar¨ªa Jos¨¦ Camilleri (PP), 50 a?os, diputada en el Congreso durante la ¨²ltima legislatura, opina que "est¨¢n en los puestos las que valen y tiene ganas" y dice que no puede contar ninguna an¨¦cdota machista que le haya ocurrido. Otras s¨ª las tienen. Su compa?era de partido, Carolina Gonz¨¢lez Vigo, recuerda un rifirafe con el director general de RTVA, Eduardo Abell¨¢n. "Me dijo en un debate que no me contestaba por ser mujer. Hasta Concha Caballero le dijo que se hab¨ªa pasado. Pero me doli¨® porque, despu¨¦s, las mujeres no apoyaron una comparecencia para que Abell¨¢n explicara su actitud. Ni PSOE ni IU, que se llenan la boca de defender a las mujeres".
Amargas an¨¦cdotas y algunas algo m¨¢s jocosas, pero, ay de quien se atreva. Elena V¨ªboras, 42 a?os, parlamentaria andaluza desde 1994, cree que la gran revoluci¨®n ha sido conseguir que nadie cuestione la desigualdad. "Y si est¨¢n en contra de la igualdad, al menos no lo dicen p¨²blicamente". V¨ªboras habla de la clara minor¨ªa en que se encuentran las mujeres en muchos ¨¢mbitos: "Si los hombres se unen y deciden que tenemos que desaparecer lo tendr¨ªan f¨¢cil". No cree, por suerte, que eso vaya a ocurrir.
La parlamentaria nota la discriminaci¨®n en los foros pol¨ªticos cuando los hombres se dirigen a las mujeres, por el cambio de tono de ¨¦stos: "Se ponen paternalistas. Parece que hablan a una hija y bajan el tono como diciendo: para que me entiendas". Ana Mar¨ªa Corredera (PP) tambi¨¦n lo nota. "Claro que el tono es distinto. Se nota un tic, es como si estuvieran ense?¨¢ndote. Te responden como dando una lecci¨®n, como diciendo, aprenda usted".
Sin embargo, Mar¨ªa Jos¨¦ Camilleri, tambi¨¦n del PP, afirma: "S¨®lo lo nota la que est¨¢ dispuesta a notarlo".
Siete socialistas m¨¢s
Si las mujeres del PP echan mano de las caras femeninas que dirigen sus ayuntamientos, de las ministras que han gobernado y gobiernan, de la candidata a la Junta, desde las filas socialistas recuerdan la promesa de Chaves de formar un gobierno paritario si vuelve a ser presidente y de la composici¨®n en cremallera de las candidaturas que, con s¨®lo repetirse los resultados de las anteriores elecciones, elevar¨ªa el n¨²mero de socialistas en el Parlamento de 17 hasta 24.
Sobre la igualdad, acerca de la participaci¨®n de la mujer, al respecto del tono de los hombres o en la necesidad de esforzarse en demostrar que se vale, todo est¨¢ cambiando a mejor. En eso coinciden todas. Pero cuando las cosas avanzan es porque est¨¢n retrasadas. Un dato que aporta Elena V¨ªboras: "El 80% de las intervenciones en el Parlamento andaluz han sido de mujeres, ahora bien, los hombres se reservan los temas que salen en la televisi¨®n, los importantes. El trabajo de pe¨®n lo llevamos nosotras. Tenemos que realizar un esfuerzo superior para que se nos reconozca. Si vas de listilla, te matan. Tienes que hacerte la tonta y no sobresalir mucho. Y claro que me hacen bromas con mi apellido, pero siempre digo que no pico".
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