El voto de la conciencia
El asesinato de Fernando Buesa y de su escolta por la acci¨®n terrorista de ETA cierra definitivamente el esperanzador periodo que comenz¨® en septiembre de 1998 con el anuncio de una precaria tregua y vuelve a plantear la eterna y terrible pregunta: ?cu¨¢ntos muertos har¨¢n falta para que la paz llegue a Euskadi?Los comentaristas suelen enfrentarse al siguiente dilema: ?salida pol¨ªtica (sin abandonar, por supuesto, las medidas policiales) o salida exclusivamente policial? Tras el asesinato del teniente coronel Blanco el mes pasado y tras los dos asesinatos de anteayer, el pacto de Lizarra -salida pol¨ªtica- se halla en una v¨ªa muerta y el PNV, adem¨¢s de derrotado, se encuentra burlado, cornudo y apaleado. ?Es el momento de confiar s¨®lo en la opci¨®n exclusivamente policial? ?O hay otras v¨ªas pol¨ªticas de signo muy distinto a la de Lizarra?
Probablemente el error est¨¢ en el planteamiento: la contraposici¨®n de esta doble opci¨®n -v¨ªa pol¨ªtica-v¨ªa policial- es falsa. La ¨²nica opci¨®n posible en democracia es -valga la redundancia- la v¨ªa democr¨¢tica. Y esta v¨ªa democr¨¢tica es, en esencia, muy simple: respetar las reglas que entre todos nos hemos dado y dejar que hable el pueblo en total libertad. Para ello hace falta la acci¨®n de la polic¨ªa y hace falta tambi¨¦n que el pueblo se manifieste y adquiera el protagonismo propio de toda democracia.
Lizarra ha fracasado por dos razones. Primera, porque era un pacto d¨¦bil y fr¨¢gil ya que los sujetos contratantes eran, ¨²nicamente, una parte de las c¨²pulas de determinados partidos vascos. Es decir, ni participaban todos -no estaban ni el PP ni el PSOE, que representan a la mitad de los vascos- ni siquiera estaban de acuerdo todos los miembros de estas mismas c¨²pulas de los partidos firmantes: por razones opuestas, ni un sector del PNV (Ardanza, Atutxa, Cuerda, Arregui, probablemente Ibarretxe, entre otros), ni un sector de EH (partidario de seguir la lucha armada). Adem¨¢s, los militantes y votantes de estos mismos partidos reproduc¨ªan y amplificaban las divisiones de sus c¨²pulas. S¨®lo la tenue esperanza de que la tregua, con el paso del tiempo, se consolidara milagrosamente hac¨ªa que estas diferencias no afloraran, de forma confrontada, en la opini¨®n p¨²blica.
La segunda raz¨®n del fracaso de la tregua est¨¢ en la mentalidad de los miembros de ETA y de parte de EH. S¨®lo hay que leer los comunicados de los ¨²ltimos meses para darse cuenta de que en ellos no hay ni un solo atisbo de mentalidad democr¨¢tica. Hablan de Euskal Herria como Franco hablaba de Espa?a: es decir, en su nombre. Franco dio un golpe de Estado y provoc¨® una guerra civil para salvar a Espa?a contra la voluntad que los espa?oles hab¨ªan manifestado en las urnas cinco meses antes. ETA habla tambi¨¦n en nombre de una fantasmal Euskal Herria cuando las urnas no le otorgan m¨¢s legitimidad que el soporte de un escaso 15% de los votantes. Franco fusil¨® sin piedad no s¨®lo a rojos, masones y separatistas que no conoc¨ªa, sino a parientes, amigos y compa?eros de profesi¨®n. Con la misma crueldad, ETA mat¨® a Yoyes hace unos a?os mientras paseaba con su hija por Orditzia y -como pod¨ªa verse en la foto de EL PA?S de ayer- Josu Ternera estaba junto a Fernado Buesa la semana pasada en el Parlamento vasco y ayer ni siquiera acudi¨® al mismo para testimoniar su dolor ante su asesinato. Con estos mimbres de desprecio a la libertad de las personas, con tan alto grado de inhumanidad, es imposible respetar las m¨ªnimas reglas de un Estado de derecho. No se puede contar con esta gente -no merecen otro trato y aun ¨¦ste es demasiado generoso- para una vida pol¨ªtica de normalidad democr¨¢tica.
Por tanto, el PNV, EA e IU deben volver al lugar de donde nunca debieron salir: al seno de las dem¨¢s fuerzas democr¨¢ticas, es decir, junto al PP y al PSOE. ?stos les deben acoger como hijos pr¨®digos que son. Y volver a empezar sin desfallecer ni un momento, esperando que los sectores de EH que han confiado ingenuamente en Lizarra se den cuenta de que est¨¢n en manos de unos antidem¨®cratas asesinos. S¨®lo cuando ETA y los sectores de EH que la defienden se queden aislados podremos confiar en que estamos llegando al final de este doloroso camino.
Para que ello est¨¦ cerca, es de vital importancia el resultado de las pr¨®ximas elecciones en el Pa¨ªs Vasco. Ah¨ª est¨¢ la v¨ªa pol¨ªtica democr¨¢tica a la que nos refer¨ªamos al comenzar el art¨ªculo. Una participaci¨®n masiva en las urnas supondr¨ªa la desautorizaci¨®n de un acto tan antidemocr¨¢tico como es que EH no participe en las elecciones. El d¨ªa 12 de marzo el ciudadano vasco debe acudir a votar, no por razones de partidismo pol¨ªtico, sino por las m¨¢s elementales normas de decencia personal, de pura y simple ¨¦tica. Debe analizar cu¨¢l es su deber c¨ªvico, examinar su conciencia y votar de acuerdo con ella.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.