Con los ojos cerrados

Tres meses y tres muertos ha necesitado el lehendakari Ibarretxe para darse por enterado de que estaba gobernando con los votos del brazo pol¨ªtico de una banda que se considera con derecho a matar a los pol¨ªticos de los dem¨¢s partidos. Ibarretxe ha quedado desautorizado moralmente, pero tambi¨¦n pol¨ªticamente: sin los votos de EH, su Gobierno cuenta con el respaldo de 27 parlamentarios en una C¨¢mara de 75. Las fuerzas no nacionalistas suman 32. Habr¨ªa razones morales y pol¨ªticas para su dimisi¨®n.Sin embargo, en el sistema de poder nacionalista el lehendakari no importa gran cosa. Es el l¨ªder quien decide. Los lehendakaris pasan, Arzalluz permanece. Es una diferencia esencial con el PNV de los a?os 30, el de Jos¨¦ Antonio Aguirre. Tambi¨¦n Arzalluz ha sido desautorizado. Durante un tiempo mantuvo una posici¨®n de equilibrio entre Ardanza y Atutxa, de un lado, y Egibar y su frente negociador, de otro. Pero acab¨® entreg¨¢ndose a la fantas¨ªa de su delf¨ªn -repartir la raz¨®n entre ETA y los dem¨®cratas-, avalando con su autoridad el acercamiento y m¨¢s tarde el pacto rupturista, antiautonomista, con el otro nacionalismo. En un partido menos teocr¨¢tico, Arzalluz tendr¨ªa que haberse ido ya (y Egibar con ¨¦l). En el PNV eso no es posible porque la adhesi¨®n lo es hacia el l¨ªder antes que hacia una pol¨ªtica. Pero tal vez Arzalluz encuentre ahora alg¨²n motivo para encabezar la rectificaci¨®n. Es lo m¨¢s que cabe esperar.

Egibar dijo ayer que no es el momento de romper puentes porque tenderlos ha sido la ¨²nica estrategia que ha dado alg¨²n resultado. Por supuesto que es mejor que haya tregua a que no, pero es cerrar los ojos ignorar que durante ella, y mientras se nos dec¨ªa que el proceso era "irreversible", ETA estaba preparando -dinamita, coche, informaci¨®n- el asesinato de Buesa. Es cerrar los ojos no entender que si todas las concesiones realizadas no han bastado para convencer a ETA de que no vuelva y se disuelva, es la estrategia del frente negociador del PNV la que ha fracasado. Y no dir¨¢n que no se les advirti¨® de todas las maneras posibles: ning¨²n grupo terrorista desiste mientras vea que sus interlocutores son sensibles al chantaje; que ceden m¨¢s cuanto m¨¢s se les aprieta. El regreso de ETA s¨®lo se ha producido tras asegurarse de que el PNV se hab¨ªa pasado al otro lado y no pod¨ªa dar marcha atr¨¢s.

En su charla de la semana pasada en Madrid, Ibarretxe dijo unas quince veces que hab¨ªa que evitar el "confusionismo interesado" entre violencia y normalizaci¨®n pol¨ªtica. Sin embargo, es su partido quien mezcla las dos cosas al aceptar el planteamiento de que hay que pagar un precio pol¨ªtico por la paz. Cuando acusa a los partidos no nacionalistas de negar la existencia de un conflicto pol¨ªtico detr¨¢s de la violencia y reprocha al Gobierno su inmovilismo, ?qu¨¦ est¨¢ haciendo sino condicionar la paz a la satisfacci¨®n de determinadas reivindicaciones nacionalistas? Es dif¨ªcil que ETA desista mientras sea ¨¦se el mensaje que recibe.

S¨®lo desistir¨¢ cuando compruebe que su chantaje no da resultado. Para eso se necesita tiempo y, en alg¨²n momento, que se lo exija su brazo pol¨ªtico. Egibar dijo ayer que el objetivo de su acercamiento era facilitar la entrada de HB en la pol¨ªtica institucional. Algo ha debido de fallar porque HB va a boicoterar, por primera vez, unas elecciones. Tal vez contra los deseos ¨ªntimos de los de Otegi; pero para que ¨¦stos se atrevan a disentir de los jefes de ETA tendr¨¢n que haber experimentado que ser el brazo pol¨ªtico de los que ordenan disparar no s¨®lo suscita el desprecio de la mayor¨ªa sino p¨¦rdida de influencia y rechazo de los dem¨¢s nacionalistas. Sin embargo, lo que encuentran es comprensi¨®n: los encapuchados respond¨ªan "a las tretas electorales" del Gobierno, seg¨²n Arzalluz; en cambio, los que se manifestaron el s¨¢bado pasado en Donosti contra los encapuchados son "intolerantes", por haber criticado al PNV.

El PNV no comparte la idea de que los vascos no tienen nada que hacer en el Parlamento de Madrid. Pero en su entrevista con Gabilondo (13-12-99) Arzalluz no s¨®lo dijo ser partidario de la independencia con el 51% de los votos, sino que a?adi¨® (con los ojos cerrados) que en esa Euskadi "unos [los de "nacionalidad espa?ola"] votar¨ªan en las elecciones espa?olas y otros votar¨ªan en las vascas". La cuesti¨®n es qu¨¦ piensa hacer con el 60% que considera compatibles ambas identidades.