Opciones de futuro para todos JOAQU?N ALMUNIA
Al convocar elecciones para el pr¨®ximo 12 de marzo, Aznar daba la victoria por descontada. Al fin y al cabo, la econom¨ªa espa?ola va bien y, como pensaba Laureano L¨®pez Rod¨®, el crecimiento de la renta per c¨¢pita debe garantizar por s¨ª solo el apoyo popular a un gobernante. Es cierto que Aznar es el primer presidente del Gobierno que comenz¨® su mandato en una fase expansiva de la econom¨ªa: no tuvieron esa fortuna ni Su¨¢rez en 1976, ni Calvo Sotelo en 1981, ni Felipe Gonz¨¢lez en 1982. Pero ello no ha impedido que Aznar proclamara que "el milagro soy yo", o que alg¨²n alto dirigente del PP haya dicho que se acude a ¨¦l "como se visita a un santo".La derecha ha infraestimado siempre al pueblo espa?ol. Pero si algo evidencia la conducta electoral de este pueblo es que tonto no es: sabe que la reforma del IRPF acordada por la derecha ha supuesto el ahorro de un mill¨®n de pesetas para una familia con unos ingresos de 15 millones, pero 20 veces menos (50.000 pesetas) para una familia que gane solamente tres millones. Y si Espa?a va tan bien, ?c¨®mo es que ha habido que arrancar a la fuerza al Gobierno de la derecha una subida, por lo dem¨¢s bien modesta, para las pensiones m¨¢s bajas? Y, tras cuatro a?os, la gente se pregunta ?qu¨¦ ha hecho el PP por la educaci¨®n, las mujeres, el medio ambiente, los j¨®venes o la cultura?
"Vamos a m¨¢s": ellos, desde luego, s¨ª. Ante el estupor general, acompa?ado por una sensaci¨®n de impotencia, unos amigos de Aznar, teledirigidos por ¨¦l y por Rato, han llevado a cabo la m¨¢s escandalosa operaci¨®n financiera y medi¨¢tica que pueda imaginarse. Por un lado, un pelotazo sin escr¨²pulos: el reparto de un bot¨ªn de 75.000 millones de pesetas de opciones sobre acciones (stock options) entre unos pocos afortunados. Para ellos s¨ª que Aznar ha sido un milagro. Por otro lado, una kafkiana concentraci¨®n de poder en la econom¨ªa y en los medios de comunicaci¨®n que, de cuajar, puede aniquilar las reglas de la democracia.
Si atendemos a sus diversas ramificaciones, el monstruo acordado por esos dos amigos de Aznar, Juan Villalonga y Francisco Gonz¨¢lez, tiene un peso equivalente al 60% del Ibex 35. Y controla televisiones abiertas, plataformas televisivas digitales, peri¨®dicos de informaci¨®n general, econ¨®micos, deportivos, cadenas de radio... Pero el caso de Telef¨®nica no es excepcional: antes de privatizarlas, Aznar coloc¨® al frente de empresas p¨²blicas, patrimonio de todos los ciudadanos, a amigos suyos, y ah¨ª siguen, dirigi¨¦ndolas una vez privatizadas. La concentraci¨®n de poder resultante equivale a un 40% de nuestro PIB.
?Esperaban que esto sucediera de forma invisible? ?O que la reacci¨®n fuera fatalista y resignada? Si en t¨¦rminos pr¨¢cticos esta operaci¨®n puede desequilibrar la competici¨®n democr¨¢tica y oligopolizar la econom¨ªa de forma inaceptable, para los ciudadanos significa convertirse en rehenes de esta oligarquia y estos monopolios.
Privatizaci¨®n oligopol¨ªstica y olig¨¢rquica, s¨ª. De liberalizaci¨®n, nada. Se ha consolidado el monopolio del gas, la Ley del Tabaco ha impedido la competencia con Tabacalera, las diez empresas del sector el¨¦ctrico han quedado reducidas a dos, que controlan m¨¢s del 80% de la generaci¨®n y distribuci¨®n de la electricidad y que han recibido del Gobierno conservador un suculento regalo billonario. Las v¨ªctimas han sido los ciudadanos, que han pagado m¨¢s de lo que debieran por estos servicios.
La legislatura que se inici¨® con una declaraci¨®n de Aznar: "Aqu¨ª hab¨ªa un problema y se ha solucionado", al tratar de forma inhumana a unos inmigrantes llegados en pateras, concluye con la explosi¨®n racista de El Ejido, estimulada por su alcalde del PP, amparado por su partido. Como si resumiese en unas semanas la sustancia de estos cuatro a?os, la legislatura concluye tambi¨¦n con la defenestraci¨®n inaclarada del ministro Pimentel y con las trampas descaradas de Matutes para burlar a la justicia y eximir a Pinochet de responder por sus cr¨ªmenes.
Los ciudadanos espa?oles esperaban una oportunidad para la esperanza, signos de que el cambio era posible. Pero la desmovilizaci¨®n era amplia, por mucho que tanto las elecciones europeas como la victoria socialista en Catalu?a mostraran la amplitud de esos sentimientos progresistas. Ese signo ha sido el pacto entre el PSOE e IU, sobre todo por lo que representa de tiempos renovados. Ese pacto responde a lo que, en su momento, denomin¨¦ la "causa com¨²n" de los progresistas de este pa¨ªs.
La izquierda es plural, no s¨®lo en Espa?a, sino en la mayor¨ªa de los pa¨ªses europeos. Ello no es raz¨®n para la divisi¨®n, cuando existe un claro denominador com¨²n consistente en la democracia y la igualdad. En esta base se han fundado los Gobiernos de coalici¨®n de esa izquierda plural, desde Suecia con Olof Palme a Francia con Jospin. Esos Gobiernos han podido aunar crecimiento econ¨®mico y distribuci¨®n equitativa de sus resultados hasta situar a sus pa¨ªses en cotas envidiables. Nosotros estamos 20 puntos por debajo de la renta per c¨¢pita media europea (en paridades de poder adquisitivo); Francia, m¨¢s de 10 puntos por encima.
El pacto que suscribimos es un acuerdo para gobernar. Y para gobernar primero hay que ganar. Todos sabemos que el sistema electoral espa?ol castiga la divisi¨®n y premia la concentraci¨®n del voto. Por eso, a pesar de contar con m¨¢s votos, Maragall obtuvo menos esca?os que Pujol. Para gobernar, sobre todo, es necesario recuperar la ilusi¨®n por parte de los votantes progresistas. Que se movilicen y no se abstengan. Y que no se desperdicie ni un voto.
Desgraciadamente, ETA ha entrado en campa?a. Como lo ha hecho habitualmente desde las primeras elecciones democr¨¢ticas. Pero su campa?a es otra, como otro es su proyecto. Su programa es la muerte. Hace pocas semanas acab¨® con la vida del teniente coronel Blanco. Ahora lo ha hecho con las de Fernando Buesa y Jorge D¨ªez. Todas las vidas valen lo mismo: todo. Pero cuando se asesina a un portavoz parlamentario se est¨¢ asesinando la libertad. No quieren acabar s¨®lo con la vida de un hombre, sino con todo un pueblo. Frente a la campa?a que quiere ETA tenemos que decirle, con una sola voz, que nunca lograr¨¢n otra cosa que dolor y destrucci¨®n: un miserable bagaje. Hemos de recomponer la unidad de todos los dem¨®cratas. Las elecciones son el tiempo de debate, de la pacifica confrontaci¨®n de ideas, del respeto a la pluralidad. Pero no podemos pagar el precio de nuestra discusi¨®n cuando lo que est¨¢ en juego es la libertad y la vida.
Pero las elecciones son tambi¨¦n el momento en que los ciudadanos manifiestan sus convicciones. Estos dias lo han hecho en la calle gritando ?basta ya! Es un grito que se puede reproducir millones de veces el pr¨®ximo 12 de marzo. Tantas como votos seamos capaces de depositar en las urnas los dem¨®cratas, los que queremos vivir en paz. Votar es, tambi¨¦n, una forma de afirmar nuestra voluntad de paz, de rechazar a quienes matan, de derrotar a ETA.
El pacto entre el PSOE e IU ha configurado dos alternativas de gobierno: sabemos en qu¨¦ consiste la que plasmar¨¢n, si pueden, el PP y Convergencia i Uni¨®: aparatosas descalificaciones preelectorales seguidas de discretos intercambios de favores a espaldas de los ciudadanos. La ocultaci¨®n, por Aznar, de parte de su programa, constituye al mismo tiempo una falta de respeto hacia los electores y una demostraci¨®n de su intenci¨®n de mantener plena libertad de movimientos para pactar con Pujol. La otra alternativa es la encarnada por socialistas e Izquierda Unida, un fen¨®meno com¨²n en toda Europa, aunque in¨¦dito en Espa?a, que puede llevar a los progresistas al Gobierno.
?Gobernar para qu¨¦? Para democratizar el poder, afrontando la escandalosa concentraci¨®n de poder econ¨®mico. Las medidas de liberalizaci¨®n que promoveremos romper¨¢n el abuso de los monopolios y de ello se beneficiar¨¢n los usuarios de la luz o de la telefon¨ªa, por el abaratamiento que traer¨¢ una mayor competencia. Democratizar el poder para que el Parlamento no sea reh¨¦n de la mayor¨ªa gubernamental. Para reforzar a los partidos a una financiaci¨®n transparente. Para que el director general de RTVE sea designado por una mayor¨ªa cualificada del Parlamento. Es un compromiso formal que asumo y que desear¨ªa que fuera ahora asumido por los dem¨¢s.
Gobernar para distribuir de forma m¨¢s justa la riqueza y las oportunidades de vida. Para introducir reformas que impidan la p¨¦rdida de poder adquisitivo por el desboque de la inflaci¨®n, algo que ha sucedido en 1999 con seis millones de trabajadores. Para distribuir con mayor equidad la aportaci¨®n fiscal sin aumentar la presi¨®n impositiva. Para impedir que, como ha sucedido en estos cuatro a?os, se beneficien las rentas m¨¢s altas y se penalicen las m¨¢s bajas.
De obtener la mayor¨ªa, mi Gobierno tendr¨¢ como principal prioridad la educaci¨®n, el instrumento m¨¢s poderoso para abrir oportunidades a las personas y para promover la competitividad de nuestra econom¨ªa. Pondr¨¦ fin al abandono con el que la derecha ha pretendido estrangular las reformas socialistas. Mi Gobierno promover¨¢ de nuevo la igualdad de oportunidades y proteger¨¢ de la necesidad o la pobreza. Ampliar¨¢ la red de residencias de ancianos y la asistencia a domicilio. Adem¨¢s de incrementar las pensiones, promover¨¦ perspectivas nuevas de participaci¨®n, de disfrute del ocio y de la cultura para las personas mayores. Pondr¨¦ fin a los intentos de privatizaci¨®n de la sanidad p¨²blica y financiar¨¦ adecuadamente el Servicio Nacional de Salud, extendiendo sus prestaciones.
El actual ciclo de creaci¨®n de empleo se inici¨® en 1994, con Gobierno socialista, y se prolonga ya durante seis a?os. Resulta inaudito que con una econom¨ªa en crecimiento el Gobierno haya aceptado el fatalismo o el chantaje de los empleos precarios que a veces llegan a una aut¨¦ntica explotaci¨®n. Mi Gobierno pondr¨¢ fin a los abusos de las empresas de trabajo temporal y apostar¨¢ por una mayor calidad de los empleos para j¨®venes.
Un Gobierno comprometido con el acuerdo program¨¢tico suscrito por PSOE e IU acabar¨¢ con la pol¨ªtica miope de la derecha, que mira s¨®lo al presente, con ojos de publicitarios, y desprecia el futuro. Una derecha que ha recibido billones de privatizaciones y ha incrementado en billones la deuda. Y que, a pesar de ello, ha dejado caer lamentablemente la inversi¨®n p¨²blica. Una derecha que se siente orgullosa de haber alcanzado el 80% de la renta per c¨¢pita europea, dos puntos m¨¢s que en 1975, el mismo periodo en el que los irlandeses han recortado 25 puntos.
Los espa?oles no pueden ni deben resignarse. Frente a la mercadotecnia del presente deben exigir un claro compromiso de futuro. El progreso se mide en infraestructuras, en investigaci¨®n, en el cuidado a la universidad. El progreso se mide por no vincular el crecimiento a la dependencia de la energ¨ªa nuclear. El progreso se mide por dar mayor calidad a la democracia, aumentar las oportunidades y reducir las desigualdades.
?stas son las pol¨ªticas que se corresponden con lo que los Gobiernos de la Uni¨®n Europea, progresistas en su abrumadora mayor¨ªa, est¨¢n llevando a cabo. Es tambi¨¦n una Espa?a "como t¨² la har¨ªas". No como el PP, que se la est¨¢ quedando. Para m¨ª, la "causa com¨²n" representa opciones de futuro para todos. A veces me preguntan con que pol¨ªtico me identifico m¨¢s, si con Blair o con Jospin. Me identifico con mi pa¨ªs, que es Espa?a, y siempre he sido un socialdem¨®crata.
Joaqu¨ªn Almunia es secretario general del PSOE y candidato a la presidencia del Gobierno.
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