Capital dilapidado
Despu¨¦s de la experiencia traum¨¢tica de la legislatura del 94 al 96, en la que la no fue posible la aprobaci¨®n de los Presupuestos de la Comunidad Aut¨®noma en ninguno de los dos a?os, Andaluc¨ªa qued¨® advertida y, en cierta medida, vacunada contra el virus de la ingobernabilidad o contra el de "gobernar desde el Parlamento", que es m¨¢s o menos lo mismo.El PA fue el beneficiario de la reacci¨®n del cuerpo electoral andaluz en las elecciones auton¨®micas del 3 de marzo de 1996. Le permiti¨® ocupar el vacio dejado por IU y convertirse en un partido que pod¨ªa presentarse como el garante de la gobernabilidad de Andaluc¨ªa, a pesar de que s¨®lo hab¨ªa conseguido tres esca?os.
Todo hac¨ªa pensar que el PA iba a aprovechar esa oportunidad y que iba a dirigirse al electorado en las elecciones del 12-M capitalizando su contribuci¨®n a la gobernabilidad. Ten¨ªa la oportunidad de transmitir un mensaje claro y comprensible, que era adem¨¢s consistente con su conducta pol¨ªtica a lo largo de la legislatura que acababa de terminar. Es decir, ten¨ªa resuelto el principal problema que tiene un partido peque?o en una consulta electoral: tener una raz¨®n clara con base en la cual solicitar el apoyo de los ciudadanos.
Y sin embargo, inexplicablemente, ha tirado por la borda el peque?o pero estrat¨¦gico capital que hab¨ªa acumulado en estos ¨²ltimos cuatro a?os y est¨¢ haciendo una campa?a en la que no est¨¢ siendo capaz de justificar para qu¨¦ pide el voto a los ciudadanos.
La verdad es que se ve¨ªa venir. Ya en los momentos finales de la legislatura el PA empez¨® a dar s¨ªntomas de que estaba empezando a perder el norte y en lugar de centrarse en potenciar el mensaje con el que hab¨ªa iniciado la legislatura, le entr¨® una urgencia por "diferenciarse" del PSOE, que le llev¨® incluso a amenazar con romper el pacto de legislatura.
El resultado est¨¢ a la vista. Ha desparecido de la campa?a. No hay forma de saber qu¨¦ es lo que quiere y para qu¨¦ pide el voto. En lugar de ir a m¨¢s, es un partido que va yendo a menos a medida que se aproxima la fecha electoral.
Parece como si sobre el PA pesara una suerte de maldici¨®n que le lleva a equivocarse cada vez que se encuentra con una posibilidad de asentarse en el sistema pol¨ªtco andaluz en primer lugar y en el espa?ol despu¨¦s. Ya le ocurri¨® en 1979 y en 1993 y parece que le va a volver a ocurrir en el 2000. El PA no puede continuar siendo un partido err¨¢tico, que emite mensajes contradictorios casi sin soluci¨®n de continuidad. As¨ª no va a ning¨²n sitio. Mejor dicho: va a la cat¨¢trofe.
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