Torearon los finalistas

Los tres novilleros de ayer, posiblemente ser¨¢n los tres que lleguen a la final del pr¨®ximo s¨¢bado, d¨ªa 4 de marzo. Ellos son el mexicano Antonio Bricio, el franc¨¦s Sebasti¨¢n Castella y el salmantino Javier Casta?o. El mexicano atesora mucho temple en sus dos manos. A su primer toro le tore¨® por derechazos y naturales con una gran suavidad y templando muy bien las embestidas. En su segundo mejor¨® lo que hab¨ªa hecho en su primer novillo: dio tres tandas de naturales con sumo gusto y calidad. Dej¨® una grata impresi¨®n por la calidad demostrada.Sebasti¨¢n Castella, que fue el triunfador en la segunda novillada del III Encuentro Mundial de Novilleros, puesto que hab¨ªa sido el ¨²nico torero que hab¨ªa cortado dos orejas a un mismo toro, ayer volvi¨® a confirmar que es un muchacho con mucho porvenir en esto del toreo. Al menos, ayer lo demostr¨® en sus dos toros. A su primero le dio varias series de muletazos con la derecha y una tanda de naturales. Instrument¨® dos o tres manoletinas muy ajustadas. Tambi¨¦n en su segundo toro estuvo a mejor altura. Destacamos unos pases de trasteo de enorme calidad. Luego volvi¨® a torear con las dos manos de manera muy templada. Mejor con la izquierda que con la derecha, ya que con esta mano abus¨® un poco del pico.

A Javier Casta?o le falta mucho por aprender. A su primer novillo lo tore¨® por naturales y derechazos, siempre sin ligar. Movi¨¦ndose, por lo que no cal¨® en los aficionados. Pero donde realmente demostr¨® que quiere ser torero, pese a sus deficiencias estil¨ªsticas, fue en el ¨²ltimo novillo de la tarde. Ah¨ª se dio un arrim¨®n muy grande. Fabric¨® tres tandas de naturales sin ligar, aunque en alg¨²n momento llevando al toro bastante templado. Sufri¨® un revolc¨®n.

No se arredr¨®: a partir de ese revolc¨®n fue cuando m¨¢s puso en evidencia que tiene un valor a prueba de neutrones. Hizo un alarde de quietud, de deseos de demostrar que o sal¨ªa por la puerta grande o esa noche la pasaba en la enfermer¨ªa, oliendo a cloroformo y a penicilina.

Parec¨ªa que estaba pidi¨¦ndole al novillo que se atreviera a empitonarle. Era como si en ese momento estuviera flotando el novillero por una nube que le emit¨ªa canciones de triunfo, de orejas, de gloria, de ensue?os, todo menos la posible sangre que pudiera salir de su cuerpo valeroso. Cit¨® y se fue tras la espada a encontrar el hoyo de las agujas. Y la espada entr¨® hasta las p¨¦ndolas. Y el sue?o se hizo realidad: le llevaron en volandas a hombros con una oreja en cada mano.

Estamos, posiblemente, ante los tres pr¨®ximos finalistas, si el novillero Sergio Aguilar no entra en el bombo final. El pr¨®ximo s¨¢bado sabremos qui¨¦n es el supremo ganador de estos encuentros celebrados en la plaza de toros donostiarra.