La m¨¢s larga etapa de expansi¨®n JOAQU?N ESTEFAN?A
Cuando termine febrero, Estados Unidos habr¨¢ batido otro r¨¦cord: la etapa m¨¢s larga de crecimiento econ¨®mico de su historia: 107 meses seguidos, que baten los 106 meses que se consiguieron entre 1961 y 1969. Y no hay visos de un cambio brusco de tendencia. Los datos son cada vez m¨¢s abrumadores: el Departamento de Comercio revis¨® el pasado viernes el porcentaje de crecimiento anunciado del ¨²ltimo trimestre de 1999 hasta llegar a un ?6,9%!, m¨¢s propio de pa¨ªses en v¨ªas de desarrollo que de la primera superpotencia del mundo.No es la ¨²nica cifra envidiable: el crecimiento de los ¨²ltimos tres a?os super¨® el 4% (1997: 4,5%; 1998: 4,3%; 1999: 4,1%), lo que no suced¨ªa de modo consecutivo desde el periodo 1976-1978; el consumo est¨¢ muy alto y equivale a dos tercios de la econom¨ªa (un 5,3% de aumento en 1999, el porcentaje m¨¢s alto en los ¨²ltimos 15 a?os); la inflaci¨®n est¨¢ dome?ada y se sit¨²a en el 2,7%; el paro est¨¢ en el 4,1% (pleno empleo), el m¨¢s bajo en 30 a?os, hasta el punto de que la falta de mano de obra empieza a ser un problema y que los empresarios est¨¢n exigiendo un replanteamiento m¨¢s generoso de las leyes de emigraci¨®n y de la situaci¨®n de los casi seis millones de trabajadores que viven en situaci¨®n irregular. La productividad, que mide la capacidad de competir de un pa¨ªs, tambi¨¦n est¨¢ increment¨¢ndose: en el ¨²ltimo trimestre de 1999 creci¨® un 5%, mientras que los costes laborales disminu¨ªan un 1%; en el conjunto del a?o, la productividad subi¨® un 2,9% (2,8% en 1998), con unos costes laborales que se redujeron en un 1,2%. Las previsiones de crecimiento del PIB para el a?o 2000 est¨¢n m¨¢s cerca del 4% que del 3,5%.
No es de extra?ar que el presidente Clinton, en su ¨²ltimo informe anual sobre el estado de la Uni¨®n ante el Congreso, dijese: "Tenemos suerte de estar vivos en este momento de la historia. Es la primera vez que nuestra naci¨®n disfruta, al mismo tiempo, de tanta prosperidad y progreso social, con tan pocas crisis internas y tan pocas amenazas exteriores. Nunca antes hemos tenido una oportunidad tan buena -y, por tanto, una obligaci¨®n tan fuerte- de construir la Uni¨®n m¨¢s perfecta que so?aron nuestros fundadores".
No todo es perfecto: hay dos o tres datos coyunturales, y alguno de m¨¢s largo alcance, que generan inquietud a medio plazo. Entre los primeros, el inmenso d¨¦ficit comercial: EEUU termin¨® el a?o con 271.000 millones de d¨®lares de d¨¦ficit, un 65% m¨¢s que en 1998, lo que, por otra parte, demuestra la fortaleza de su econom¨ªa. El crecimiento de las importaciones, un 12%, oscureci¨® el dinamismo de lo que los americanos venden fuera: un 3%. Pero es dif¨ªcil pensar que esta coyuntura ser¨¢ sostenible y seguir¨¢n entrando los capitales con el mismo dinamismo que hasta ahora, teniendo en cuenta que los mercados emergentes se est¨¢n recuperando y dan m¨¢s rentabilidad a los inversores. Tambi¨¦n la situaci¨®n del ahorro, que est¨¢ bajo m¨ªnimos: la media por familia fue de un 1,9% de su renta disponible en el ¨²ltimo trimestre, por debajo del 2,7% que se consigui¨® en 1998. Las autoridades han manifestado su preocupaci¨®n por el espectacular crecimiento del mecanismo de compra de acciones en Wall Street mediante pr¨¦stamos; lo que se conoce como apalancamiento.
Entre los desequilibrios estructurales figura la desigualdad. Sirva un solo dato: en algunas empresas en las que se han repartido stock options (opciones sobre la compra de acciones), la diferencia entre el emolumento m¨¢s alto y m¨¢s bajo de la plantilla ha alcanzado la relaci¨®n de 419 a uno. Hay otro dato sociol¨®gico que afecta al desempleo oficial: la cifra de personas encarceladas en EE UU -y que, por consiguiente no son parados- es de dos millones de personas, con lo que Estados Unidos se convierte en el pa¨ªs del mundo con mayor n¨²mero de seres privados de libertad.
Pero ¨¦stos son intangibles. Lo que se mide est¨¢ disparado. No es de extra?ar que el vigilante de la playa, Alan Greenspan, anunciase hace d¨ªas en el Congreso la subida de tipos de inter¨¦s.
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