El n¨²mero de personas solas que recurren al salario social se duplica El 32% de los perceptores del ingreso para pobres sufre aislamiento
La tercera parte de los ciudadanos empobrecidos que perciben el ingreso madrile?o de integraci¨®n (IMI) sufren, adem¨¢s, otro grave problema propio de las grandes ciudades: el aislamiento. El n¨²mero de personas solas que perciben este salario social de 41.000 pesetas al mes se ha duplicado en los ¨²ltimos nueve a?os. Ahora suponen el 32% de los 8.500 perceptores de este ingreso para personas sin recursos, cuando en 1991 eran un 15%. No s¨®lo carecen de medios de vida, sino tambi¨¦n de calor humano.
"Lo primero que hay que hacer con estas personas es ayudarlas a restablecer alg¨²n tipo de lazo afectivo que les ayude a recuperar la autoestima y a salir de las depresiones que suelen sufrir", explica Nieves Alonso, responsable del programa IMI en la Comunidad de Madrid. "?C¨®mo se llega a esta situaci¨®n? Hay muchos caminos, pero suele tratarse de hombres o mujeres entre los 45 y los 64 a?os, con un nivel bajo de formaci¨®n y una vida laboral corta o inestable, que van alej¨¢ndose de su familia o amigos, algo que sucede a muchos habitantes de la gran ciudad, pero que en estos casos reviste mayor gravedad", a?ade.La mayor parte de estos ciudadanos vive en casas de alquiler con rentas baratas (un 22%), en pisos cedidos por familiares o conocidos (16%) o en viviendas que ellos mismos adquirieron en ¨¦pocas de bonanza o que heredaron (20%). Su angustiosa situaci¨®n pasa a menudo inadvertida entre el vecindario.
Los distritos envejecidos, con un buen n¨²mero de casas peque?as y precarias, como Centro, el casco antiguo de Puente de Vallecas o Tetu¨¢n, son los que albergan m¨¢s personas sin medios y aisladas. "Curiosamente, est¨¢n empezando tambi¨¦n a llegarnos casos de ciudades de la corona metropolitana sur, como Legan¨¦s", asegura Alonso.
A la soledad se unen tambi¨¦n problemas de salud (en un 20% de los casos); de enfermedad mental (en un 15%) o de abuso del alcohol (un 10%).
Un tercio sin hogar
Un tercio de estos madrile?os carece de domicilio fijo y se guarece en albergues para indigentes o en pensiones. Casi la mitad vive en el distrito Centro, que es donde se encuentran los hospedajes m¨¢s econ¨®micos y donde funcionan algunos proyectos de inserci¨®n para ciudadanos sin techo, como la asociaci¨®n Realidades o la revista de calle Tambi¨¦n Contamos, que dispone de un programa de apoyo social. Alonso destaca que en este grupo de personas que percibe el IMI no hay gitanos, ya que las relaciones sociales que se dan en esta etnia hacen m¨¢s dif¨ªcil el aislamiento. Sin embargo, la presencia de familias gitanas es importante dentro del programa general del salario social.
El objetivo del programa IMI es la inserci¨®n social y laboral de las personas excluidas. Para ello se concede una ayuda mensual media de unas 41.000 pesetas y se desarrollan medidas formativas para facilitar el acceso al empleo. Pero en el colectivo de los sin hogar las posibilidades de hallar trabajo son mucho menores que en otros grupos de beneficiarios del IMI menos marginados, como los parados de larga duraci¨®n o las mujeres con cargas familiares no compartidas.
Seg¨²n el Gobierno regional, el 64% de los sin hogar que cobran este salario para pobres est¨¢ incapacitado para el trabajo o precisan de un proceso de recuperaci¨®n para acceder al mercado laboral.
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