La herencia de Aznalc¨®llar Detectan alteraciones gen¨¦ticas en algunos animales afectados por el vertido minero El caso de los ratones

Algunos micromam¨ªferos tambi¨¦n han sido analizados para determinar si las sustancias t¨®xicas vertidas les han afectado. En este caso, la especie elegida como bioindicadora ha sido el rat¨®n moruno, debido a su capacidad para acumular contaminantes y a la existencia de informaci¨®n previa sobre el da?o gen¨¦tico que presentaba este roedor en diferentes puntos del Parque Nacional de Do?ana. Aunque no han concluido los ex¨¢menes de c¨¦lulas sangu¨ªneas, m¨¦dula ¨®sea y espermatozoides, todo parece indicar que existen da?os gen¨¦ticos similares a los hallados en ejemplares de este roedor capturados en las inmediaciones de los pol¨ªgonos industriales de Huelva, zona sometida a una elevada carga contaminante. Los ratones, al igual que algunas aves, han sufrido el impacto de la contaminaci¨®n a escala molecular, ya que presentan niveles anormales de enzimas antioxidantes y desintoxicantes, agentes que se activan, como mecanismo de defensa, en presencia de determinadas sustancias qu¨ªmicas.

"Al d¨ªa de hoy", concluye Miguel Ferrer, director de la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana, "no existen evidencias de que ninguna poblaci¨®n de las especies que estudiamos est¨¦ en riesgo de desaparecer de la zona. Esto no quiere decir, sin embargo, que el vertido no haya tenido consecuencias en los seres vivos, como las malformaciones detectadas en cig¨¹e?as u otras afecciones al genoma menos visibles. Y, adem¨¢s, es esperable que este tipo de efectos contin¨²e en el futuro".

En el ¨²ltimo informe del comit¨¦ de expertos encargado de analizar las consecuencias ambientales de la cat¨¢strofe de Aznalc¨®llar, hecho p¨²blico a finales de diciembre, se destacaba la importante reducci¨®n de riesgos derivada de las tareas de limpieza que se han llevado a cabo en la cuenca del Guadiamar y ¨¢reas lim¨ªtrofes. A juicio de los especialistas, la retirada de los lodos ha permitido neutralizar el avance de la contaminaci¨®n, que ha desaparecido, o ha decrecido de forma notable, en amplias zonas. Por eso, los t¨®xicos que a¨²n permanecen en el ecosistema, a?ad¨ªa el documento, est¨¢n "confinados en puntos identificados y controlables".La distribuci¨®n de las aves en la comarca de Do?ana, durante el periodo reproductor de 1999, indica que solo un porcentaje peque?o, en torno a un 10%, pudo verse afectado por la contaminaci¨®n. De hecho, los niveles de metales pesados en este grupo animal han ido decreciendo con el paso de los meses. "En general", explica Miguel Ferrer, director de la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana, "los ¨ªndices de contaminaci¨®n detectados en seres vivos est¨¢n disminuyendo".

Los ¨²ltimos an¨¢lisis de sangre y v¨ªsceras muestran la escasa o nula presencia en las aves de cobalto, antimonio o talio, y un acusado descenso en los niveles de cadmio y plomo. El cobre se mantiene en las concentraciones medidas durante el invierno de 1998-99, y el cinc tiende a incrementarse, conservando un ¨ªndice elevado en un buen n¨²mero de especies. Pero lo que m¨¢s preocupa a los investigadores es la aparici¨®n de ars¨¦nico por encima de los valores que se hab¨ªan registrado en meses anteriores, aunque todav¨ªa en un reducido n¨²mero de especies e individuos.

Con los datos disponibles hasta el momento, no parece que el vertido t¨®xico haya originado en la comarca de Do?ana una mortalidad anormal en ninguna de las especies de aves analizadas, ni variaciones significativas en su ¨¦xito reproductor.

Esta ¨²ltima afirmaci¨®n, contenida en el informe del CSIC debe, sin embargo, matizarse, ya que s¨ª se ha observado un descenso en el n¨²mero de gansos que acuden a invernar a las marismas del Guadalquivir, estimado en casi 6.000 ejemplares, cifra que coincide con el n¨²mero de animales en los que previamente se hab¨ªan detectado niveles letales de contaminaci¨®n por plomo.

Hasta ahora solo se ha localizado en el ¨¢rea afectada por el vertido una especie, la cig¨¹e?a blanca, en la que se han manifestado da?os que podr¨ªan atribuirse a la presencia de metales pesados, si bien todav¨ªa no se conoce el efecto que estas alteraciones causar¨¢n, por ejemplo, en su tasa de supervivencia y comportamiento reproductor. En concreto, los investigadores encontraron 22 pollos de cig¨¹e?a con una malformaci¨®n en el pico (torcido hacia arriba), individuos pertenecientes a la colonia de la Dehesa de Abajo, situada en las inmediaciones de Entremuros, la zona m¨¢s contaminada. En los m¨¢s de 12.000 pollos de esta especie anillados desde 1986 en Do?ana y otros puntos del pa¨ªs nunca se hab¨ªa registrado un fen¨®meno de esta naturaleza.

De lo que no cabe duda es de que las cig¨¹e?as de pico torcido presentan lesiones gen¨¦ticas de envergadura, en comparaci¨®n con otros individuos tomados como muestra y que habitan en zonas no afectadas por el vertido.

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