Secretari@s
El concejal andalucista Juan Ortega se ha estrenado al frente de la delegaci¨®n de Cultura de Sevilla con una traca sonada. Para festejar el D¨ªa de Andaluc¨ªa se le ha ocurrido recuperar un "gran baile de gala" en el Casino de la Exposici¨®n. Dijo Ortega: "No hemos encontrado nada mejor para festejarlo que una gran noche de fiesta en la que los asistentes podr¨¢n disfrutar de la elegancia de los ritmos de anta?o y de la vitalidad de los nuevos sonidos". Y esto, que exhiben como iniciativa ambiciosa, de apuesta por llevar la cultura a los desheradados (han repartido 2.000 invitaciones) para que se ba?en en la historia "a trav¨¦s de los sonidos", tiene pinta en puridad de verbena de pueblo, donde lo m¨¢s cultural del asunto es el escenario (el Casino). Y donde el ¨²nico interrogante intelectual que genera es el sabido ?qu¨¦ me pongo? para disfrutar de ritmos antiguos a la par que elegantes y musiquillas nuevas pero vitales.
Casi mejor huir de tentaciones originales y limitarse a organizar la en¨¦sima jornada de puertas abiertas, como ha decretado el Parlamento andaluz.
En este reino de lo banal, cualquier paso de peatones aspira a convertirse en hijo predilecto de la calle donde mora. Y siempre habr¨¢ un baile de gala o un concurso para magnificar lo trivial. Como el organizado por una ETT (no significa Empresa de Truco Total) para elegir a el/la secretari@ de mayor cualificaci¨®n profesional en Andaluc¨ªa.
La gran sorpresa es el n¨²mero de aspirantes (medio centenar: 42 mujeres y ocho hombres) al t¨ªtulo, que se han examinado de idiomas, inform¨¢tica, conocimientos generales y "habilidades propias de su trabajo", entre las que ser¨ªa deseable que no se incluyese el servir caf¨¦. La ganadora ha sido Inmaculada G¨®mez Campoy, que trabaja para una multinacional holandesa que vende semillas.
Entre la cortedad de miras sobresalen los capaces de ver el bosque y los ¨¢rboles al mismo tiempo, como el arzobispo de Sevilla, Carlos Amigo Vallejo, reci¨¦n distinguido como Hijo Predilecto de Andaluc¨ªa, que no se amilana a la hora de criticar los excesos cofradieros. Muchas hermandades se utilizan como trampol¨ªn social y otras muestran aut¨¦ntica racaner¨ªa a la hora de contribuir a financiar la di¨®cesis, aunque luego practiquen la exaltaci¨®n religiosa en temporada alta, como la Semana Santa, vino a decir.
TEREIXA CONSTENLA
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