Porcel de tapa dura EMPAR MOLINER
Todos los escritores de este pa¨ªs sue?an con una tapa dura, pero uno de los pocos que de verdad la merecen es Baltasar Porcel. El pasado jueves present¨® su libro El cor del senglar (tapa dura), y mis 50 mejores amigas, sus 50 maridos y yo misma all¨ª est¨¢bamos dispuestos a pasar una tarde agradable. Si se aburren y son de comer, h¨¢ganse profesionales de la presentaci¨®n, como nosotros. No hay nada mejor que beber champa?a o Mirinda, comer fiambre de oliva o redondo de pavo y encima escuchar a tres se?ores que hablan bien de un cuarto se?or que no est¨¢ muerto. ?Qu¨¦ m¨¢s quieren si encima es gratis? Eso s¨ª: nos pusimos las pieles y el forro polar, porque en la sede del FAD (donde ten¨ªa lugar la cosa) hace la misma temperatura inhumana que en el interior del estudio de Josep Cun¨ª, o si no lo quieren tan tr¨¢gico, que en el Gulag. Ya saben, los arquitectos han querido respetar la singularidad del lugar y habr¨¢n pensado que una estufa catal¨ªtica estropea. De hecho, todos notamos que el champa?a ten¨ªa un ligero saborcete a l¨ªquido anticongelante.Por lo dem¨¢s, fue un acto muy concurrido.
All¨ª a lo lejos divis¨¦ a la agente literaria Anna Soler-Pont, la amiguita de los ni?os (y de los editores). Iba tan guapa y con un vestido tan apretado que, sin darse cuenta, parafrase¨® ese t¨ªtulo del maestro Gimferrer y fue l'agent provocadora.
Tambi¨¦n estaba el afable, eminente y siempre modesto Joaquim Carb¨®. Con ¨¦l pasa algo inaudito. Es un gran escritor, vende muchos libros, triunfa en todo el mundo y sin embargo los dem¨¢s escritores no le odian.
Y empez¨® la presentaci¨®n tras el atril del FAD, que es la cosa m¨¢s fea salida nunca de las manos del hombre. Es una especie de caja mortuoria de caoba, pero de tama?o familiar. Los se?ores ponentes se sientan detr¨¢s de ella y s¨®lo les ves las cabecitas, de manera que parecen bustos encima de un piano. Por all¨ª asomaba la de Miquel Roca, que nos cont¨® que una vez Porcel present¨® en Madrid un libro suyo y lo puso a parir. Este detalle por parte de Porcel arrob¨® a mis amigas, que al instante le amaron m¨¢s: "?Mira que es...!", suspiraban. "Es que no se casa con nadie", a?ad¨ªan. "Tal como las piensa... las suelta".
Ricardo Bofill (padre) fue otro de los presentadores. Pasan los a?os y ese hombre tiene cada d¨ªa m¨¢s rasgos f¨ªsicos en com¨²n con su obra m¨¢s pol¨¦mica. Ya habr¨¢n adivinado que no me refiero al aeropuerto, sino a su hijo, el escritor Ricardo, al que, por cierto, Porcel admira. Y si Porcel lo admira, a callar. Bofill se las arregl¨® para decir cosas que tanto sirven para El cor del senglar como para Oda a un robledal oculto, del poeta logro?¨¦s Heredero. Dijo que Porcel es mediterr¨¢neo (s¨ª, ya s¨¦ que hoy en d¨ªa todo es mediterr¨¢neo, desde la dieta a la m¨²sica, pasando por la decoraci¨®n, pero Porcel tiene el copyright; fue el primero). Bofill a?adi¨® que lo importante es hacer de tu vida una obra de arte. Yo lo estoy intentando, no crean, pero s¨®lo lo consigo los s¨¢bados por la noche, cuando ejecuto complicadas y tambi¨¦n mediterr¨¢neas posturas amatorias. Eso me comentan, al menos.
Tambi¨¦n estaban Xavier Folch y Josep Maria Castellet, de Edicions 62 (los publicantes). Para que me entiendan: Folch es un cargo y Castellet un sobrecargo. Alg¨²n d¨ªa alguien har¨¢ un estudio sobre la belleza de los editores de este pa¨ªs y colocar¨¢ a Folch en el lugar que se merece. El d¨ªa de Sant Jordi, que salen todos a la calle, f¨ªjense: Miquel Alzueta, el de Editorial Columna, ir¨ªa en cuarto lugar en el ranking de guapos, porque aunque tiene sex appeal, parece que le corte el pelo Eduardo Manostijeras. Jaume Vallcorba, el de Quaderns Crema, estar¨ªa en el tercero; es distinguido y culto, pero guarda un gran parecido con Her Flick de la Gestapo (el de la serie All?, all?). Andreu Teixidor, el de Ediciones Destino es el indiscutible n¨²mero 2; cuando le miramos, todas sabemos que ya no tendremos que buscar a Jacques nunca m¨¢s. ?l es Jacques. Conduce una motarra de tanta cilindrada que cualquier d¨ªa convocar¨¢ un premio de literatura breve para ¨¢ngeles del infierno. Pues bien, Folch es un maduro muy interesante que podr¨ªa quedarse con el n¨²mero 1. Como tiene ese pelo blanco, abundante y rizado, detr¨¢s del atril parec¨ªa un busto de Goethe al que se le hubiera insuflado la vitalidad de un Jos¨¦ Coronado.
La presentaci¨®n me gust¨® tanto, que desde esta improvisada tribuna quisiera lanzar una idea. ?Por qu¨¦ limitarse a presentar libro? ?Por qu¨¦ no presentarlo todo? ?Por qu¨¦ un escritor tiene que chupar m¨¢s plano que un ganadero? A una vaca le cuesta tanto hacer un entrecot como a un escritor un cap¨ªtulo. Ya lo estoy viendo:
"Amigos, estamos aqu¨ª reunidos para presentar este bistec de la parte de la culata. Tiene la palabra el se?or San Jos¨¦ Torras. Buenas tardes".
"Hola, buenas tardes, ?qu¨¦ tal? Ser¨¦ conciso, porque lo mejor que pueden ustedes hacer es comprar el bistec a la salida y trag¨¢rselo. Es muy gordo, pero cuando lo empiecen, les aseguro que no podr¨¢n dejarlo. Pero quiero comentar que es un bistec muy elaborado . Vigoroso, dir¨ªa yo. Un bistec de madurez (la vaca estaba ya vieja). T¨¦cnicamente, tiene incluso demasiado nervio en la parte central. En los tiempos que corren, donde s¨®lo consumimos productos blandengues, de f¨¢cil y r¨¢pida digesti¨®n, quiero recomendarles un bistec duro. Muy duro. Y dir¨ªa que extremadamente crudo. El bistec que sostengo en mis manos, estoy convencido de que terminar¨¢ con el descr¨¦dito de la carnicer¨ªa catalana".
Amigos, les emplazo a pensarlo. Y ahora les dejo. Porcel es uno de los grandes y yo estoy zambullida en la lectura de El cor del senglar con la misma pasi¨®n de Kevin Costner zambull¨¦ndose en la plaza de Cerd¨¤... quiero decir en Waterworld, je, je.
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