La compa?¨ªa teatral Schaub¨¹hne de Berl¨ªn busca un renovado 'realismo pol¨ªtico'
La Schaub¨¹hne de Berl¨ªn, una instituci¨®n art¨ªstica de los a?os sesenta que alcanz¨® su apogeo bajo la direcci¨®n de Peter Stein en los setenta, ha iniciado su Temporada 2000 bajo la batuta de un nuevo y ambicioso equipo de j¨®venes profesionales que ven el teatro como un lugar para "repolitizar" a una sociedad hoy sumida en "un malestar difuso y sin conciencia pol¨ªtica". Un nuevo realismo y la equiparaci¨®n de la danza a la actuaci¨®n dram¨¢tica son algunos de los instrumentos con los que el cuarteto dirigente de la compa?¨ªa busca su propio espacio.
"El realismo no es simplemente una copia del mundo tal cual se ve. Es una mirada hacia el mundo a partir de una posici¨®n que exige cambios, que nacen del dolor y de la herida que se convierte en raz¨®n para escribir y que quiere vengarse de la ceguera y de la imbecilidad del mundo", dice el manifiesto del nuevo equipo de la Schaub¨¹hne."Nuestras piezas se concentran m¨¢s en la descripci¨®n de un estado que en dar una respuesta. No surgen de una actitud preconcebida frente al mundo", afirma en una entrevista con EL PAIS Thomas Ostermeier, de 31 a?os, que junto con Sascha Waltz , Jochen Sandig y Jens Hellje, forma la direcci¨®n art¨ªstica de la compa?¨ªa.
Criado en el norte de Alemania, Ostermeier ha realizado una carrera rel¨¢mpago, reconocida con el nombramiento de Director de las nuevas generaciones en 1997 y 1998. Este hombre corpulento de ojos penetrantes estudi¨® arte dram¨¢tico en Berl¨ªn, trabaj¨® con Manfred Karge en Weimar y en el Berliner Ensamble e infundi¨® vida a la Baracke experimental del Deutsches Theater. Lo suyo, dice, "no es un teatro pol¨ªtico tradicional, como el que conocemos del 68". "Nuestro teatro es el que m¨¢s autores contempor¨¢neos desconocidos pone en escena. Estamos a la cabeza de un movimiento para recuperar a los autores para el teatro, que se est¨¢ extendiendo por toda Alemania", dice el director, seg¨²n el cual en la Schaub¨¹hne existe una "relaci¨®n de trabajo ¨ªntima entre el autor y el director".
Baile y arquitectura
La danza es uno de los pilares de la compa?¨ªa. La compa?¨ªa ha iniciado la temporada con Cuerpos, una coreograf¨ªa de Sacha Waltz, que constituye una historia social del cuerpo humano. La obra se basa en trabajos que Waltz realiz¨® en colaboraci¨®n con el Museo Jud¨ªo de Berl¨ªn para experimentar la noci¨®n de espacio.
En el di¨¢logo entre el baile y la arquitectura, los cuerpos recuerdan en m¨¢s de una ocasi¨®n los cad¨¢veres apilados en los campos de concentraci¨®n nazis. Otra de las puestas en escena de la Schaub¨¹hne, C¨ªrculo de personas 3.1, del sueco Lars Nor¨¦ns, se inscribe en la "est¨¦tica de lo feo". Durante cinco horas el p¨²blico es confrontado con alcoh¨®licos, marginales, heroin¨®manos y una buena dosis de exhibici¨®n genital.
?Y el placer del espectador?. "Pensar es un gran placer", se?ala Ostemeier, que considera de "gran belleza est¨¦tica" una escena pornogr¨¢fica de la obra, en la que ha empleado una t¨¦cnica de collage. El director reconoce, no obstante, que es necesario tener "calma contemplativa" para ver C¨ªrculo de personas 3.1.
En Ubu Rey, Ostermeier recurre a los excrementos y la defecaci¨®n en el escenario. Curiosamente, la escena berlinesa ofrece estos d¨ªas retretes de distintas caracter¨ªsticas en varios de sus escenarios. En El Contingente, que ocurre en un lugar indeterminado entre los Balcanes y el C¨¢ucaso, el tema son las intervenciones de pacificaci¨®n internacionales.
Entre los teatros berlineses hay un juego de afinidades, animadversiones y complicidades. La Schaub¨¹hne mantiene una "solidaridad" y una "competencia est¨¦tica" con la Volksb¨¹hne de Frank Castorf, pero no con el Berliner Ensemble (BA), el teatro de Bertolt Brecht que hoy dirige Claus Peymann.
El BA, dice, se ha convertido en un "teatro de Gran Estrella", con "un repertorio relativamente conservador".
"En cualquier escenario de provincias se puede ver Ricardo III, Hamlet y Tartufo. Eso es rid¨ªculo". "El papel que Peymann intenta adoptar en esta ciudad es el de la buena y vieja tradici¨®n del teatro burgu¨¦s de mullidas butacas, un reparto de estrellas y una elaboraci¨®n de los cl¨¢sicos algo modernizada. Eso es un teatro tur¨ªstico", dice.
En la toma de posiciones art¨ªsticas, la localizaci¨®n geogr¨¢fica es significativa en Berl¨ªn. La Schaub¨¹hne est¨¢ en la antigua zona occidental, que hoy parece un poco off Broadway en relaci¨®n al Mitte, el centro que est¨¢ en v¨ªas de adquirir un car¨¢cter representativo oficialista. Ostermeier est¨¢ de vuelta del Mitte, donde vivi¨® diez a?os tras la ca¨ªda del muro.
"Hoy, en el centro de Berl¨ªn, sucede lo que pas¨® en Montmatre en Par¨ªs o en el Soho londinense. El barrio figura en las gu¨ªas de viaje, los precios de los inmuebles se han disparado y los artistas se han mudado a otro sitio".
Pese a su juventud Ostermaier no se ha olvidado de las tradiciones del teatro alem¨¢n. "Nos insertamos en una tradici¨®n mucho m¨¢s fuerte de lo que se podr¨ªa pensar de una generaci¨®n tan joven. Tenemos un modelo de cogesti¨®n y la pol¨ªtica de la compa?¨ªa es muy r¨ªgida", se?ala el director. "Tenemos una compa?¨ªa establecida, donde no hay ning¨²n invitado, y donde los miembros de la compa?¨ªa se han comprometido a no trabajar fuera", afirma.
Ser cr¨ªtico en Alemania no es negar las subvenciones oficiales. "La cultura teatral que tenemos aqu¨ª no ser¨ªa posible sin ayuda del Estado", dice Ostermeier. "La Schaub¨¹hne recibe 22 millones de marcos al a?o del municipio. Alemania es un para¨ªso para los que se dedican al teatro", afirma el director.
De gira por Austria y Yugoslavia
Thomas Ostermeier est¨¢ en contra del bloqueo internacional a Austria y es solidario con los intelectuales serbios de oposici¨®n que, seg¨²n ¨¦l, no tienen ning¨²n lobby en Occidente. Por eso, tiene intenci¨®n de viajar a ambos pa¨ªses con su compa?¨ªa. La "gran discusi¨®n" sobre la procedencia de viajar a Austria est¨¢ en proceso en la Schaub¨¹hne, donde el grupo toma decisiones colectivas sobre el repertorio, la colaboraci¨®n internacional y el perfil pol¨ªtico del teatro. Ostermeier quiere acudir al festival de Salzburgo, porque el "boicot pol¨ªtico" resulta "miope" y "banal", ya que el "populismo de derechas" es un problema en otros pa¨ªses europeos, como Alemania o Italia. "No entiendo porque se debe abandonar festivales y teatros para dejar el sitio libre a gentes que est¨¢n m¨¢s pr¨®ximas ideol¨®gicamente a esos idiotas de Carintia", dice. Ostermeier, que ir¨¢ tambi¨¦n a Belgrado, dice haberse sentido frustrado por la imposibilidad de ayudar a sus amigos intelectuales serbios a encontrar refugio en Alemania durante los bombardeos de la OTAN en Belgrado. "El problema de los intelectuales serbios es que el ¨²nico que les apoya es Peter Handke, pero Handke act¨²a desde una posici¨®n pol¨ªtica totalmente falsa, porque se deja instrumentalizar por el r¨¦gimen de Belgrado y los otros, los que est¨¢n al otro lado, no tienen su lobby en Europa Occidental".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.