El Alav¨¦s descose al Atl¨¦tico El equipo de Ranieri se desmorona en los minutos finales ante el club vitoriano, que es cuarto

En una Liga que camina al rev¨¦s, el partido de Mendizorroza constat¨® una paradoja m¨¢s. Abri¨® una brecha ya infranqueable (doce puntos) entre el Alav¨¦s y el Atl¨¦tico. Los vitorianos desempe?an un papel que corresponder¨ªa en buena l¨®gica a los rojiblancos: cuartos, en Liga de Campeones, y con pocas debilidades que hagan pensar en una posible reca¨ªda. Los de Ranieri, en un lugar que no quieren ni mirar, a un punto del descenso, y la cabeza cada vez m¨¢s confusa.S¨®lo la inercia de cada equipo puede explicar c¨®mo un partido de color rojiblanco pudo terminar en desastre para el Atl¨¦tico y fiesta albiazul. El Atl¨¦tico fue ayer uno de los pocos rivales que han conseguido descolocar en el campo al Alav¨¦s y, curiosamente, ninguno ha ca¨ªdo con tanta facilidad al final en Mendizorroza. Todo esto puede entenderse por la hist¨®rica fatalidad que suele ir de la mano del Atl¨¦tico, y que explica c¨®mo Molina pudo recibir un primer gol en un bal¨®n incontrolado y, sobre todo, en un saque de esquina que remataron dos de sus compa?eros.

El Atl¨¦tico tuvo las ideas claras durante el 90% del partido, pero cuando se coci¨® el resultado el equipo se evadi¨®. Quiso copiarse a s¨ª mismo, y repetir el resultado de Vigo, donde gan¨® sin Hasselbaink. Pero este a?o el grupo de Claudio Ranieri no sirve de ejemplo en nada. Ni siquiera a s¨ª mismo.

Con el holand¨¦s sancionado, el Atl¨¦tico se comport¨® con exquisitez. Necesitaba s¨®lo diez metros para defenderse con total suficiencia del rival y utilizaba m¨¢s de cincuenta para moverse en ataque. Y lo m¨¢s importante, consigui¨® que el equipo m¨¢s ordenado de la Liga se desorganizara. El Alav¨¦s se expuso m¨¢s de lo com¨²n, descuid¨® su defensa y tuvo a sus laterales siempre con el pie cambiado. Con muchos metros por delante, los rojiblancos llevaron el partido a un terreno desconcertante. El bal¨®n se mov¨ªa de un ¨¢rea a la otra, aunque el Atl¨¦tico gan¨® de sobra en el c¨®mputo global. La m¨¢s clara ocasi¨®n correspondi¨® a Kiko -a pase de Valer¨®n- al borde del descanso, pero dej¨® patente que todav¨ªa sigue lento y que con su magia, aunque tiene mucha, no puede igualar la potencia de Hasselbaink en el remate. El Atl¨¦tico necesita a los dos.

El Alav¨¦s no supo contrarrestar la consistencia del Atl¨¦tico m¨¢s que tirando de jugadas de estrategia y procurando controlar la posesi¨®n del bal¨®n. Pero todos los intentos resultaron insuficientes hasta que el t¨¦cnico del Alav¨¦s movi¨® el banquillo. Esper¨® al descanso para recomponer el equipo. Introdujo a Javi Moreno en la banda derecha (luego pas¨® a la izquierda, aunque siempre se movi¨® con libertad) y el Alav¨¦s empez¨® a ver con m¨¢s nitidez el partido. Man¨¦ apost¨® por responder a Ranieri con su mismo dibujo t¨¢ctico (4-1-4-1) y, al menos, encontr¨® m¨¢s v¨ªas libres por las bandas.

El Atl¨¦tico sigui¨® a lo suyo: Valer¨®n dirig¨ªa los contragolpes, ayudado por la potencia de Roberto Fresnedoso y Kiko, ayudado espor¨¢dicamente por Solari. A la vista del resultado, aquello parec¨ªa poco para ganar a un sorprendente Alav¨¦s, que los pocos descuidos que cometi¨® los resolvi¨® Herrera.

Lleg¨® el momento de la verdad, de tomar decisiones y comparar la ambici¨®n de uno y otro. Los jugadores rojiblancos, llegados a ese punto y con las cosas tal y como est¨¢n, se conformaban con el empate. Claudio Ranieri, no. Por eso sac¨® a Correa. En esa contradicci¨®n, el Alav¨¦s sali¨® ganando. Javi Moreno, ya en la izquierda, empez¨® una jugada dentro del ¨¢rea, Julio Salinas estorb¨® a Molina y Magno remat¨®. El Atl¨¦tico se derrumb¨® y dio pie a la fiesta vitoriana. Javi Moreno, ¨¦l otra vez, asust¨® a Molina en un lanzamiento desde el centro del campo y, en el saque de esquina posterior, se confirm¨® una vez m¨¢s que el Atl¨¦tico sigue teniendo mucho de pupas y que el Alav¨¦s contin¨²a aliado a los ¨²ltimos minutos y a la suerte.