A un punto del descenso

El Atl¨¦tico ense?a tics que delatan su posici¨®n. Practica un juego reconocible, a veces incluso meritorio. Pero le traiciona el subconsciente. No gana desde hace un mes (el 29 de enero, en Vigo), los puestos de descenso le acechan (ya s¨®lo le quedan a un punto y un puesto) y hasta la estad¨ªstica empieza a ponerse en su contra. Hasta ayer, era el ¨²nico equipo que siempre hab¨ªa marcado en sus desplazamientos. Ya no. Es decir, que con Hasselbaink el Atl¨¦tico es poca cosa, pero sin ¨¦l se empeque?ece m¨¢s a¨²n.Uno de los gestos que denotan las penurias atl¨¦ticas no se ve, est¨¢ en la mente de cada jugador. Pero se traduce en derrotas como la de ayer. Hay un impulso nervioso que invita al futbolista a recular, a conservar lo poco que se ha conseguido, y que resulta dif¨ªcil de corregir, ni siquiera con cambios ofensivos como el que orden¨® Ranieri. Y cuando un equipo juega al empate, normalmente pierde.

Ese mismo impulso, pero a la inversa, empuja ¨²ltimamente al Alav¨¦s, confirmado ya definitivamente como equipo revelaci¨®n entre el ramillete de clubes humildes que han actuado de intrusos en esta Liga (Rayo, Numancia). El equipo de Man¨¦, en puestos de Liga de Campeones por primera vez en su historia, ha perdido la cuenta del n¨²mero de partidos que ha ganado en los ¨²ltimos minutos. Hay al menos media docena de equipos que han sufrido las consecuencias (Deportivo, M¨¢laga, Racing, Sevilla, Mallorca, el propio Atl¨¦tico...). No se sabe hasta cu¨¢ndo seguira as¨ª.