El Partido Laborista cumple 100 a?os marcado por la divisi¨®n

Marcado por las acusaciones de falta de democracia interna y supuestas ansias de "control total" de su l¨ªder, Tony Blair, y con el alma partida por culpa de la candidatura a la alcald¨ªa de Londres, el Partido Laborista brit¨¢nico celebr¨® ayer su centenario con un mensaje de unidad que bien pudo interpretarse como una advertencia a las voces disidentes salidas de la izquierda. "Cuando ganamos somos perfectos. En la derrota parecemos divididos", dijo Blair al selecto p¨²blico que abarrotaba el teatro Old Vic de Londres, para pedir luego la oportunidad de seguir cambiando el Reino Unido otro siglo.Advertido por sus asesores m¨¢s pr¨®ximos de que las bases del partido est¨¢n molestas por lo que consideran la p¨¦rdida de valores del laborismo aut¨¦ntico, Tony Blair llam¨® ayer "h¨¦roes" a sus votantes m¨¢s fieles, que en este momento son tambi¨¦n los m¨¢s recelosos del estilo casi presidencialista de su liderazgo. Su cumplido son¨® sincero desde el escenario teatral londinense, pero el primer ministro brit¨¢nico no perdi¨® un segundo para recordar que la naturaleza misma de su trabajo le obliga a no perder el contacto con otros sectores sociales, en especial las clases medias.

Una vez cumplida su obligaci¨®n para con la militancia hist¨®rica, el l¨ªder laborista pas¨® a enumerar con entusiasmo los cinco objetivos que, en su opini¨®n, servir¨¢n para mantener el favor popular del laborismo durante el nuevo siglo. Los dos primeros -la reforma de la sanidad p¨²blica, "para convertirla en el orgullo de la naci¨®n y la envidia del mundo", y una educaci¨®n capaz de brindarle oportunidades a todos los ciudadanos- vertebraban ya su programa electoral de hace tres a?os.

Nuevos lemas

La b¨²squeda de empleo para todos y la erradicaci¨®n de la pobreza infantil en el plazo de 20 a?os podr¨ªan servir como lema para las pr¨®ximas elecciones. Sobre todo porque la brecha que divide en estos momentos a ricos y pobres en el Reino Unido se agranda cada vez m¨¢s. Su ¨²ltimo deseo, trabajar duro para poder mirar "con la cabeza bien alta al resto del mundo", fue pronunciado en tono vibrante, con la mezcla de entusiasmo y firmeza que caracterizan al l¨ªder del nuevo laborismo.

Dicha etiqueta le est¨¢ costando muchos quebraderos de cabeza a Blair, acusado por el ala m¨¢s izquierdista de su partido de ahogar las voces disidentes. Cuando ayer dijo en el Old Vic que el laborismo "hab¨ªa contribuido a civilizar el siglo XX con sus ideales de decencia y justicia, incluso cuando no ostentaba el poder", todo el mundo asinti¨®. Al pedir el apoyo de todos, o, lo que es igual, la unidad del partido, para convertir en un ¨¦xito una segunda centuria, ni siquiera el hecho de que el patio de butacas hubiera sido llenado de nombres cuidadosamente elegidos pudo evitar algunas muecas de desaprobaci¨®n.

M¨¢s informaci¨®n: www.labour.org.uk