Siniestro total

No caben ya m¨¢s disimulos ni coartadas: Espa?a es un pa¨ªs tercermundista en lo que a seguridad laboral se refiere. El n¨²mero de accidentes laborales, m¨¢s de 1,6 millones anuales, es ampliamente superior a los que se registran en cualquier pa¨ªs europeo, y adem¨¢s crecen de forma exponencial desde 1993, en parte porque ha aumentado el empleo y en parte porque ni la legislaci¨®n espa?ola ni los usos empresariales han conseguido incorporar la cultura de que la seguridad de los trabajadores es un factor social de primera magnitud, por encima de cualquier consideraci¨®n de gasto o beneficio.El valor de las vidas humanas, en cualquier c¨¢lculo, es infinito. No es de recibo que en Espa?a se registren 10 muertos por cada 100.000 trabajadores mientras que en Europa apenas se contabilizan cinco. Pero es que, adem¨¢s, la elevada siniestralidad genera costes muy elevados, en t¨¦rminos de atenci¨®n m¨¦dica y de p¨¦rdida de horas de trabajo. La sociedad espa?ola debe tomarse muy en serio este problema, que nos aleja de la Europa civilizada de la que formamos parte, si no quiere seguir pagando un tributo que es en gran medida evitable.

El primer paso de esta toma de conciencia es admitir que la actual legislaci¨®n, plasmada en la Ley de Seguridad Laboral de 1995, es insuficiente y debe ser revisada, probablemente para endurecer las sanciones, aumentar las inspecciones y elevar la formaci¨®n de los trabajadores. No es casual que el mayor n¨²mero de accidentes se produzca en los sectores con mayor precariedad laboral y en los puestos de trabajo menos cualificados. Los accidentes no disminuyen por arte de encantamiento, ni se reducen porque se monten escuelas o cursos para formar t¨¦cnicos de prevenci¨®n. Hacen falta normas legales claras, sanciones disuasorias en caso de incumplimiento y una inspecci¨®n vigilante y eficaz.