Bush
Se acercan las elecciones de nuestro emperador global y sigo por lo tanto las fluctuaciones del candidato Bush, que al decir de sus conocedores dispone del mismo coeficiente mental que su padre, el justo, casi escaso, para poder ser soldado profesional en Espa?a. Bajo tendr¨¢ el coeficiente intelectual Bush Jr., pero el Se?or de las derechas lo ha dotado de instinto de supervivencia pol¨ªtica y le ha iluminado con su luz cada vez que ha tenido que aplicar la pena de muerte en defensa de la sociedad abierta. Casi doscientos indeseables han dejado m¨¢s despejado el american way of life gracias al rigor ¨¦tico de Bush, coincidente con su fidelidad a la ¨¦tica de mercado: si el mercado electoral le pide que mate, Bush Jr. mata. En un pa¨ªs en el que una inmensa mayor¨ªa es partidaria de la pena de muerte, es decir, del terrorismo judicial y de Estado, y de que los perdedores sociales se pudran en las c¨¢rceles mientras se consiguen niveles de riqueza que maravillan a la comparser¨ªa neoliberal de provincias, ser¨ªa del g¨¦nero tonto que un chico astuto e inseguro como el que nos ocupa fuera a contracorriente y se jugara una carrera din¨¢stica que su padre empez¨® en la CIA.Que nadie se asuste ante la evidencia de que las poquedades del joven Bush no le impidan llegar a ser emperador, porque es sabido que el poder real del imperio lo ostentan quienes hacen posibles carreras como las de Johnson, Nixon, Ford, Reagan, Bush, padre e hijo, es decir, el Esp¨ªritu Santo de los grupos de presi¨®n. Ah¨ª s¨ª que hay gente de talento, y estaremos en buenas manos. De momento contemplamos con melancol¨ªa a esos radicales norteamericanos que se juegan su lugar en el establishment cada vez que salen a la calle a protestar contra la pena de muerte. Son los mismos que en el pasado fueron antifranquistas, contrarios a la guerra de Vietnam y a la del Golfo, por poner tres ejemplos de obviedades ¨¦ticas gravemente incorrectas.
No obstante, el inter¨¦s por las elecciones imperiales no debe impedirnos participar en la lid por el virreinato espa?ol del 12 de marzo. S¨®lo faltar¨ªa que nos saliera otro Bush.
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