Primeros resultados con ingenier¨ªa de tejidos
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Massachusetts (EEUU) afirman que han tomado c¨¦lulas inmaduras de la m¨¦dula espinal de ratas adultas, han provocado su crecimiento y despu¨¦s las han implantado en el hueco de las m¨¦dulas espinales seccionadas de ratas paralizadas. En un plazo de dos semanas, los animales comenzaron a moverse y en tres meses, varias de las ratas pod¨ªan mantenerse en pie y andar. Es uno de los ejemplos m¨¢s sobresalientes de una disciplina cient¨ªfica llamada a dar resultados espectaculares: la ingenier¨ªa de tejidos humanos. Charles A. Vacanti, que dirigi¨® el grupo de investigaci¨®n, afirm¨® que los animales no eran capaces de correr como las ratas normales, pero andaban de forma coordinada. Algunas viv¨ªan dos a?os m¨¢s sin sufrir ninguna p¨¦rdida de movilidad. El trabajo de Massachusetts ha provocado diversas reacciones entre los cient¨ªficos. Algunos lo califican de logro asombroso, otros prefieren esperar a que se investigue a¨²n m¨¢s, y hay quien sugiere que la nueva movilidad puede que no sea m¨¢s que "un caminar a trompicones", una especie de movimiento a sacudidas, una respuesta muscular que podr¨ªa proceder del mismo experimento y no de los mensajes del cerebro.
Con todo, el trabajo de Massachusetts es uno de los esfuerzos m¨¢s sorprendentes en el campo de la ingenier¨ªa de tejidos que con tanta rapidez evoluciona. Bi¨®logos e ingenieros de medicina biol¨®gica est¨¢n reproduciendo tejido vivo en incubadoras y reactores biol¨®gicos. El objetivo es crear recambios vivos para el cuerpo humano, que funcionen mejor que los sint¨¦ticos. El equipo de Vacanti ha estado colaborando con otro encabezado por su hermano, Joseph P. Vacanti, de la Facultad de Medicina de Harvard -de hecho hay cuatro hermanos Vacanti involucrados en la ingenier¨ªa de tejidos- y con un grupo dirigido por Robert Langer, del Instituto Tecnol¨®gico de Massachusetts.
Los grupos de Harvard y Massachusetts colaboraron recientemente en la reproducci¨®n de un peque?o h¨ªgado que funcionaba parcialmente y que era capaz de producir albumina, una de las muchas prote¨ªnas que produce el organismo. Junto con otros investigadores de diferentes universidades del mundo, han reproducido vasos sangu¨ªneos vivos a partir de c¨¦lulas humanas y animales, y los han probado en animales con cierto ¨¦xito inicialmente. Y se est¨¢n produciendo nervios perif¨¦ricos que reparan las lesiones de los nervios animales y que superan con creces a los tratamientos normales.
En suma, los laboratorios cient¨ªficos universitarios y privados se encuentran en diversas fases en la reproducci¨®n de unas 23 formas de tejido vivo, incluso cart¨ªlago vivo para reparar la estructura muscular sin necesidad de cirug¨ªa, y la reproducci¨®n de piel a partir de c¨¦lulas humanas.
Sin publicar
Charles Vacanti asisti¨® recientemente a una conferencia m¨¦dica de la Sociedad Brit¨¢nica de Ingenier¨ªa Celular y de Tejidos celebrada en Londres, pero no quiso revelar los datos espec¨ªficos de su trabajo sobre la m¨¦dula espinal, porque se est¨¢ revisando un art¨ªculo sobre el tema para su publicaci¨®n en una revista m¨¦dica. No obstante, describi¨® el trabajo en t¨¦rminos generales. El equipo tom¨® c¨¦lulas de la m¨¦dula espinal de animales adultos que hab¨ªan madurado hasta alcanzar la fase de reproducci¨®n, y que se encontraban suficientemente desarrolladas o diferenciadas como para pertenecer a la m¨¦dula espinal en general, pero a¨²n no suficientemente diferenciadas como para ser asignadas a una parte concreta de la m¨¦dula.
Posteriormente, en una placa petri dentro de una incubadora con los nutrientes, calor y ox¨ªgeno necesarios, las c¨¦lulas se regeneraron hasta alcanzar una poblaci¨®n suficientemente grande como para iniciar la reproducci¨®n de tejidos. Sin embargo, en esta fase no se les permiti¨® diferenciarse a¨²n m¨¢s.
Hay quien piensa que la m¨¦dula espinal est¨¢ compuesta de fibras separadas, como los cables del hilo telef¨®nico, que, si se separan, deben volver a conectarse de forma exacta, por ejemplo el cable rojo de una parte con el cable rojo de la otra. Pero el grupo de Charles Vacanti cre¨ªa que era posible que esta conexi¨®n no tuviera que hacerse directamente, sino que podr¨ªa surgir por s¨ª sola.
El equipo coloc¨® sus c¨¦lulas madre que no se encontraban plenamente diferenciadas en una secci¨®n de cuatro mil¨ªmetros en la m¨¦dula espinal de las ratas. All¨ª, seg¨²n afirm¨® Vacanti, se regeneraron para formar una nueva secci¨®n funcional. Vacanti dijo que cre¨ªa que la clave estaba en utilizar ¨²nicamente c¨¦lulas madre, idea que fue concebida por otro de sus hermanos, Martin P. Vacanti, miembro del equipo de Massachusetts. "La idea era que si se dejaba solas a las c¨¦lulas madre sin diferenciar", afirm¨® Martin Vacanti, "se organizar¨ªan siguiendo el orden correcto, y producir¨ªan las funciones necesarias". Esta perspectiva es completamente distinta de la que est¨¢ siendo verificada por el cuarto hermano, Francis X. Vacanti, miembro del equipo de Joseph Vacanti. Ellos est¨¢n intentando implantar nuevas c¨¦lulas medulares que unan directamente cada fibra nerviosa nueva con la fibra antigua correspondiente, conectando efectivamente el "cable rojo" con su correspondiente "cable rojo".
Un a?o m¨¢s
Entre el resto de los cient¨ªficos las respuestas han sido variadas. Joy Young, catedr¨¢tico de biolog¨ªa celular y neurolog¨ªa de Rutgers, afirm¨® que con los trabajos similares llevados a cabo en otras partes del mundo, con c¨¦lulas fetales, embrionarias y adultas,los recientes esfuerzos aportan una firme promesa de mejora de resultados para los pacientes con lesiones medulares.
Otros neur¨®logos son m¨¢s cautos, entre ellos Evan Snyder, de la Facultad de Medicina de Harvard y del Hospital Infantil de Boston, uno de los primeros en aislar las c¨¦lulas madre del cerebro. ?l y otros cient¨ªficos reconocieron que, a diferencia de lo que se hab¨ªa cre¨ªdo durante mucho tiempo, las c¨¦lulas cerebrales no desarrolladas de los adultos pod¨ªan desarrollarse, con la posibilidad de tratar un amplio abanico de enfermedades, desde el fallo card¨ªaco a la enfermedad de Lou Gehrig.
Seg¨²n Snyder, puede que haga falta otro a?o antes de que "podamos efectivamente demostrar que las m¨¦dulas seccionadas se pueden reparar, y que se vuelven a conectar y permiten el transporte de los mensajes cerebrales que hace posible que los mam¨ªferos recuperen la movilidad".
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