Schindler
En el patio del campo de concentraci¨®n y sentado en un taburete de palo, el teniente de la Gestapo limpia su pistola. A su lado Schindler se despereza y comenta sonriente lo muy soleada y agradable que est¨¢ la ma?ana. Schindler es un oportunista sin mala conciencia cuyos negocios le han conducido hasta el campo de concentraci¨®n donde se gana un dinero con la intendencia. Aunque todos los d¨ªas ve a los prisioneros y sabe que han sido condenados por no pertenecer a la raza aria, eso no va con ¨¦l. Son problemas de los jud¨ªos, no suyos.El teniente acaba de limpiar su pistola y comprueba el punto de mira gui?ando un ojo. En ese momento acierta a pasar un recluso empujando una carretilla. El teniente le ordena que se acerque. Tras un titubeo, el preso avanza hacia el teniente. Entonces el teniente le apunta con su pistola y lo derriba de un tiro en la frente. "Est¨¢ bien", comenta. Guarda su pistola en la cartuchera y a?ade, "s¨ª, un d¨ªa estupendo".
Schindler se queda paralizado en la silla con el cad¨¢ver a sus pies. Lo que acaba de suceder no le horroriza moralmente (¨¦l es un hombre pr¨¢ctico y un buen cat¨®lico) pero comprende que con gente as¨ª todos est¨¢n condenados a muerte, ¨¦l incluido. No s¨®lo los jud¨ªos y los gitanos, sino cualquiera que se les ponga a tiro. Comprende que aunque se justifiquen con lemas pol¨ªticos como la defensa de la naci¨®n o la pureza de la etnia, los nazis carecen de ideas, son s¨®lo una fuerza zool¨®gica. Por eso no usan el lenguaje ni pueden razonar.
A partir de aquel asesinato, Schindler comienza a hacer m¨¦ritos para no verse arrastrado por el inevitable desastre nazi. Ve con meridiana claridad que aquellos b¨¢rbaros no pueden ganar jam¨¢s nada, ni siquiera metiendo a todo un pa¨ªs en el campo de concentraci¨®n. Y que tampoco se proponen seriamente ganar, sino continuar sacando provecho del terror. Por eso Schindler, que no es un ide¨®logo y ni siquiera una persona medianamente honesta, comienza a ayudar a los jud¨ªos. No quiere que le condenen como socio de los nazis cuando llegue la hora final. Porque esa hora llegar¨¢ indefectiblemente.
Record¨¦ la escena tras leer que Arzalluz hab¨ªa llamado "agentes del Cesid" a las v¨ªctimas de los nazis vascos.
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