El cuento
JULIO SEOANE
En un viejo cuento de ciencia ficci¨®n, creo recordar que de Asimov, la democracia electr¨®nica ten¨ªa una interpretaci¨®n bastante distinta a la que recibe actualmente, esa esperanza de que todos podremos influir, participar y votar constantemente para orientar el desarrollo de nuestras sociedades. En el cuento, por el contrario, los computadores y las bases de datos acumulaban tanta informaci¨®n sobre los ciudadanos del pa¨ªs que f¨¢cilmente pod¨ªan seleccionar a aquel que representaba al hombre medio, al prototipo, a eso que los expertos llaman retrato robot del votante. Una vez seleccionado al que nos resume y representa a la perfecci¨®n, todo consist¨ªa en preguntarle a ese individuo qu¨¦ partido y candidato deber¨ªan gobernar durante el siguiente per¨ªodo. Y todo terminaba en un instante.
Por supuesto que me desagrada el procedimiento, pero bastante m¨¢s le disgustar¨ªa al elegido cuando comprobara que toda la propaganda, las presiones y la seducci¨®n de la maquinaria de los partidos se dirig¨ªa exclusivamente sobre ¨¦l. Una raz¨®n m¨¢s para no ser nunca un hombre medio.
Una versi¨®n m¨¢s actual del mismo cuento consiste en afirmar que la llave del 12-M est¨¢ en la Comunidad Valenciana. Ya s¨¦ que Gonz¨¢lez no es Asimov, afortunadamente para ambos. Pero llegar a pensar que la clave del jerogl¨ªfico electoral est¨¢ en Valencia, es concederle una representatividad bastante discutible y que nos llevar¨ªa a creer que con el voto valenciano ser¨ªa suficiente para resolverlo. Un pensamiento inc¨®modo y molesto. Y, adem¨¢s, que no coincide con las experiencias pasadas.
La distribuci¨®n de esca?os que esta Comunidad aport¨® a las distintas elecciones generales, no siempre coincide con el prototipo del perfil com¨²n. De hecho, la primera vez que se ajusta al sentir general fue en las de 1982 y contin¨²a el acuerdo en el 86 y en el 89. Pero en las de 1993 vuelve la discrepancia, para volver a coincidir en las ¨²ltimas del 96. Hasta ahora, las elecciones generales son insuficientes para construir un cuento de ciencia ficci¨®n, pero parece que el perfil valenciano coincide con el general s¨®lo en algunas ocasiones, principalmente cuando el PSOE destaca con mucho margen o cuando el PP triunfa por muy poco espacio. Si esa es la llave, el resultado parece claro.
La clave no est¨¢ en Valencia. Estoy convencido de que no somos los elegidos ni estamos predestinados, al menos desde el punto de vista electoral, y espero que ustedes est¨¦n de acuerdo conmigo. El resto es ficci¨®n, paranoia o, simplemente, cuentos interesados.
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