"La paz en Colombia vendr¨¢ cuando la gente tenga empleo"
La opini¨®n p¨²blica europea ha contemplado con gran sorpresa el viaje que desde comienzos de febrero ha realizado por el Viejo Continente una especie de patrulla de reconocimiento pol¨ªtico, compuesta por los m¨¢s destacados miembros de la mesa de negociaci¨®n del conflicto colombiano. Al cabo de m¨¢s de 30 a?os de guerra civil, media docena de guerrilleros, representantes del Gobierno, entre ellos los presidentes del Senado y de la C¨¢mara, y una tropilla de hombres de empresa y parlamentarios han hecho un viaje de estudios por Europa. Durante 25 d¨ªas -del 1 al 25 de febrero- comandantes de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia), la guerrilla m¨¢s antigua de Am¨¦rica, han compartido con sus presuntos enemigos hoteles, autobuses y aviones en un recorrido que los ha llevado a Espa?a, Suecia, Noruega, Suiza, Italia y Francia. En Espa?a es donde han permanecido m¨¢s d¨ªas, entre los d¨ªas 20 y 23 de febrero, en los que visitaron la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n, la Seguridad Social y se reunieron con representantes de CCOO, UGT y la CEOE.Ra¨²l Reyes, de 53 a?os, es el segundo hombre de las FARC, movimiento insurgente de origen marxista organizado a mediados de los a?os sesenta por un campesino rebelde, Manuel Marulanda V¨¦lez, que el Ej¨¦rcito conoce como Tirofijo. Las FARC tienen, seg¨²n las autoridades, 20.000 combatientes.
Pregunta. ?Para qu¨¦ ha servido este eurotour?
Respuesta. El logro principal ha sido mostrar a la comunidad internacional el inter¨¦s, tanto de las FARC como del Gobierno, en encontrar salidas a la guerra; mostrar que Colombia no es s¨®lo narcotr¨¢fico, sino un pa¨ªs de enormes posibilidades. Creemos que la lucha contra el narcotr¨¢fico la debemos afrontar tanto los pa¨ªses consumidores de drogas duras y productores de insumos qu¨ªmicos, como los productores de la base para la fabricaci¨®n de la coca¨ªna y de la hero¨ªna. Es una lucha que debe ser global. Eso significa inversi¨®n social. No ser¨ªa s¨®lo injusto, sino tambi¨¦n in¨²til, erradicar la coca y la amapola, dejando a los campesinos y a sus familias sin qu¨¦ comer. Hay que contar con una alternativa econ¨®mica para que la gente pueda dejar los cultivos il¨ªcitos.
P. ?Qu¨¦ tiene que ver su viaje con el Plan Colombia?
R. El Plan Colombia es una obra del Gobierno y no fruto de un acuerdo con nosotros. Las FARC estamos completamente en desacuerdo con sus objetivos. Necesitamos ayuda, pero no para intensificar la guerra, sino para desarrollar el pa¨ªs, para lograr que los colombianos vivamos en paz, y, sobre todo, con dignidad. En ese sentido, hacemos un llamado a los europeos y a los amigos verdaderos de Colombia para que no contribuyan a fortalecer el plan tal como est¨¢ hoy formulado. Las ayudas, para que sean eficaces, tienen que ser producto de los acuerdos de la Mesa de Negociaci¨®n.
P. ?Por que no han incluido a EEUU en la gira?
R. Comenzamos por Europa, pero no descartamos un eventual viaje a EEUU. Es bien sabido que all¨¢ hay sectores interesados en la guerra. El se?or McCaffrey [jefe de la lucha contra la droga en EEUU], por ejemplo, va pavone¨¢ndose por Colombia mostrando las bondades de la guerra. Sin embargo, esa posici¨®n no es unitaria en el Gobierno y menos a¨²n en el pueblo norteamericano. Hay sectores progresistas en el Congreso americano que temen esta estrategia belicista porque la consideran una injerencia inaceptable y porque sospechan que va a agravar el terrible panorama de Derechos Humanos.
P. Las FARC parece que decidieron la contienda electoral en 1998; ?podr¨ªan cambiar de opini¨®n y apoyar, si les conviniera, al Partido Liberal en el a?o 2002?
R. Las FARC son un poder pol¨ªtico reconocido y eso les da una capacidad grande para decidir sobre muchas cosas. Por eso nos reciben en todas partes. Pero nosotros no somos electoreros, somos revolucionarios y estamos dispuestos a disputarles el poder a los partidos tradicionales a como d¨¦ lugar; tambi¨¦n en las calles o en las plazas. Pero en la direcci¨®n de las FARC no hemos hecho un an¨¢lisis para definir la posici¨®n frente a las pr¨®ximas elecciones. Lo que s¨ª estamos buscando es una alianza contra los guerreristas, y nos duele que no se vea nuestra intenci¨®n y que se haga todo lo posible para sabotear la paz.
P. Dijo hace unos d¨ªas que en los ¨²ltimos tiempos se hab¨ªa hecho m¨¢s por la paz que en 40 a?os de lucha.
R. Lo que digo es que todo lo que se hace hoy es el resultado de 40 a?os de confrontaci¨®n. Esta pelea viene desde las guerrillas liberales de los a?os cincuenta, y nosotros hemos seguido luchando. Es lamentable e inconcebible la cantidad de muertos en tantos a?os de guerra debido a la insistencia del Estado en liquidar la oposici¨®n pol¨ªtica democr¨¢tica, en acabar con las organizaciones guerrilleras, en acallar el sentimiento popular. Hoy, Colombia tiene menos posibilidades de desarrollo que hace 10 a?os; hoy, muchas cosas que se produc¨ªan antes se est¨¢n importando, y debido al conflicto se hace imposible explotar todo nuestro potencial.
P. ?Se ha consolidado la Mesa de Negociaci¨®n con esta gira?
R. La negociaci¨®n propiamente dicha, s¨ª. El hecho de estar siendo recibidas las dos partes por diversos pa¨ªses ya es una muestra de gran confianza. Las FARC no habr¨ªan hecho esta correr¨ªa sin tener confianza en el Gobierno, y el Gobierno seguramente tampoco. Por tanto, la gira es una muestra de confianza mutua, un buen mensaje para los colombianos y para la comunidad internacional.
P. El reconocimiento de las FARC ?facilita el canje de prisioneros?
R. En la medida en que haya un reconocimiento de fuerza beligerante es mucho mas f¨¢cil el intercambio de presos. Puede que esta gira no conduzca al reconocimiento de beligerancia, y sigan negando con ceguera manifiesta esta alternativa, pero entonces no vamos a poder ponernos de acuerdo en una ley de canje permanente que permita inicialmente entregar los 500 soldados presos que tenemos para que el Gobierno nos devuelva los nuestros.
P. ?Las FARC dijeron que s¨®lo conversar¨ªan si se desmantelaban los grupos paramilitares?
R. Mantenemos esa exigencia, pero vimos que ten¨ªamos que hacer un aporte grande para lograr que la negociaci¨®n no se empantanara; vimos que para que el proceso tomara su propia din¨¢mica no pod¨ªamos radicalizarnos e insistir en el desmantelamiento de los paramilitares. Para nosotros, el paramilitarismo es una pol¨ªtica de Estado y no es con un decreto presidencial que se va a acabar. A los paramilitares no se los inventaron los presidentes Samper o Pastrana. Para desmantelarlos, el Estado tiene que convencer al establishment. El Gobierno no puede mostrarnos voluntad ni generar en nosotros confianza si contin¨²an las incursiones criminales de esos grupos que son simplemente sectores del Ej¨¦rcito disfrazados dizque de autodefensas campesinas.
P. ?Se aliar¨ªan con el Estado para luchar contra los paras?
R. Estamos dispuestos a aliarnos con todos los sectores pol¨ªticos, econ¨®micos y sociales que tengan como fin trabajar por la paz con justicia social, y eso significa trabajar contra las acciones punitivas de los paras.
P. ?Para cu¨¢ndo la paz?
R. Creo que con la gira hemos logrado mayor comprensi¨®n e integraci¨®n. Se ha hecho conciencia de que lo que se est¨¢ buscando en la mesa no son la desmovilizaci¨®n y la entrega de armas, sino la soluci¨®n a fondo de los problemas, social, econ¨®mico y pol¨ªtico del pa¨ªs. ?Que cu¨¢ndo se firma la paz? Dif¨ªcil preverlo, porque la paz vendr¨¢ cuando la gente deje de aguantar hambre, cuando tenga empleo, cuando no la maten, cuando tenga garant¨ªas para pensar distinto, para que los que disienten no sean asesinados ni tengan que exiliarse.
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