Un mensaje universal
Una de las mayores preocupaciones de la National Gallery al preparar la exposici¨®n Mirando la salvaci¨®n era reunir obras que atrajeran a un p¨²blico ajeno a la tradici¨®n cristiana. Un tercio de las pinturas de su colecci¨®n permanente son de inspiraci¨®n religiosa. "Sin embargo, la mayor¨ªa de nuestros visitantes no son cristianos. Por eso hemos buscado telas con las mismas dudas y preguntas a trav¨¦s de los siglos", dice en el pr¨®logo del cat¨¢logo su director, Neil MacGregor.As¨ª, aunque el Cristo crucificado de Dal¨ª, una de las im¨¢genes religiosas m¨¢s modernas, aparezca en la tapa del libro, la muestra no ofrece s¨®lo al salvador como puro sujeto art¨ªstico. M¨¢s bien trata de confrontar al espectador con las dificultades experimentadas por el pintor a la hora de reflejar al hombre. "De este modo esperamos que pueda ser comprendida por todos la trascendencia de su sufrimiento".
Abierta hasta el pr¨®ximo 7 de mayo, en Mirando la salvaci¨®n hay un cuadro que plasma con una mezcla de rubor y humor, la propia Resurrecci¨®n. Se titula as¨ª, La Resurrecci¨®n (1924) y es del brit¨¢nico Stanley Spencer. Considerada entonces "la obra m¨¢s importante de un artista ingl¨¦s en este siglo", retrata un cementerio el d¨ªa del Juicio Final. Spencer no s¨®lo aparece a la derecha relajado y con traje oscuro. Sobre todo plasma sin angustias la resurreci¨®n personal y la colectiva a medida que se abren las tumbas.
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